Una carta de advertencia

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Todos están en silencio tras oír lo que decía la carta sellada que había llegado esa misma mañana, con las condiciones que "ellos" ponían, uno de los presentes se pone de pie y camina hasta la ventana, su largo cabello rubio, casi blanco, ondeaba tras de sí y sus ojos verdes tornasol con extraños destellos rojizos miraron a través del cristal el bonito paisaje arbolado frente a ella.

Todos esperan que sea ella quien hable primero, es lo más lógico, nadie la interrumpe cuando lo hace, en su voz puede notarse la tristeza que todo esto le causa.

-Se sienten más poderosos que nunca ahora que tienen más tecnología, más armas, mayor alcance... más del que nunca han tenido antes, están listos para atacar y lo harán porque están seguros de que pueden ganar.

La mujer hablaba con conocimiento de causa, ella fue uno de ellos, entrenó y lucho a su lado, perdió amigos con los cuales compartía un mismo objetivo, hasta que todo eso cambio y se enamoró de quien no debía y dicho amor fue fieramente correspondido.

-El ataque de hace tiempo no fue algo al azar, aunque fueran simples cazadores furtivos, fueron contratados para tantear el terreno, el que no volvieran fue una advertencia pero ya pasaron más de 10 años y mucho ha cambiado.

Los otros la escuchaban atentos, nadie entre ellos, ni el más viejo y sabio, tenía el conocimiento que ella poseía sobre el enemigo. Sus antiguos compañeros, sus hermanos de armas. Su familia.

-Nosotros hemos cumplido con nuestra parte del trato ¿Qué derecho tienen ellos de hacer esto? Cuando Marcus estaba al mando esto era algo impensable, y con sus predecesores lo mismo. Siempre respetaron el Pacto.

-A estas alturas las tradiciones no les importan, con el cambio de mando muchas cosas se fueron a la basura... además no fue un cambio muy legitimo, me avergüenza decirlo pero fue más bien un motín.

Le avergonzaban muchas cosas, haber sido tan pequeña y ser parte de ello voluntariamente, que terminara en la muerte de su amado abuelo, pero más que nada le dolía que fuera su propio padre quien orquestó todo eso. Su padre que ahora era su enemigo y de todos aquellos que ahora eran su familia. Al menos su hermano fue capaz de pensar por su cuenta y abandonarnos para hacer su vida, maldito el día en que aceptó sin objeciones la misión de cazarlo para llevarlo de vuelta, al menos pudo corregir su error y liberarlo, pero el daño ya estaba hecho. Al menos ahora es feliz con su familia pero los años que le quitó pesaran en su memoria para siempre. Le tranquilizaba saber que tenía una familia a la cual volver.

-¿Cuales son nuestra opciones? Esas condiciones son imposibles de cumplir.

-Enviarlos lejos, muy lejos, donde pocos y de confianza sepan su secreto y tengan suficiente poder como para protegerlos.

-Sus amigos, los extranjeros ¿ellos podrían ayudar?

La mujer de pelo blanco sentada a la cabeza de la mesa lo meditó por unos segundos, por la desesperación de saber que la vida de sus hijos corría peligro no había pensado en ellos

-Los llamaré, estoy segura que podrán.

Las huellas del lobo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora