Capitulo 29: Libertad de tener vida

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Habían pasados los días, estaba a punto de terminar la espada de Xanen. Ya que días anteriores lo había ofendido y para los duendes lo mas importante es su honor. A Vestebar ya lo había solucionado, también me dijo que fuera su rata de experimento en cada invento que hiciera y me da miedo serlo.
Estaba en la casa de William, tio de Kalila, dudaba encontrármela ya que se le prohibió ir a la casa de su tio hasta nuevo aviso.

Ya estaba lijando el filo de la espada cuando de repente siento una presciencia de alguien mas en el taller. Kalila.
Me volteo era ella —¿Que haces aquí?—
No me respondió.
—¿me vas a ignorar sin ningún motivo?—
Tampoco me respondió.
Me voltee para seguir con la espada si ella me ignoraba lo iba hacer.

Me tiro un palo en la espalda. —¿QUE TE PASA?— grité porque estaba actuando como una nena chiquita y no me refería de una forma linda era irritante.
—Sabes que me ire a otro lado— camine hacia la puerta, ella se puso en frente en mi sin dejarme pasar.
Estábamos frente a frente, mi respiración estaba agitada del coraje que tenía parecía una bestia queriendo atacar a una presa. Ella estaba seria me miraba con detenimiento cada gesto que hacía, me sentía examinado hasta el punto que de coraje pase a incomodidad. No la estaba comprendiendo.
—Quítate Kalila, necesito salir— la mire serio.
En eso me empuja —¿que te pasa?— me vuelve a empujar pero mas fuerte, al punto que me tropiezo y me doy en la cabeza. Fue lo único que recuerdo.

Abrí los ojos, tenia un paño en la cabeza y no solo eso, estaba en una habitación desconocida.

Me levante rápido y en eso me caí por el mareo —Te recomiendo que vayas lento— esa voz.
—Ahora deseas hablarme– me voltee a ver para el otro lado de la cama, ella estaba en una silla esperando que despertara.
—Era necesario hacer lo que hice— me quede en shock con sus palabras, ahora resultaba que era una maldita perra.
En eso ella se levanta al igual yo —No te atrevas a tocarme—
—Puedo explicarte— ella se trato de acercar a mi y me aleje.
—No quiero tus explicaciones— me dirigí a la puerta y ella se puso otra vez al frente mío.
—Me vas a oír— me agarro del brazo estaba siendo mas fuerte que yo no se ni como, y me sentó en la cama agarrándome las manos, no era una situación erotica cuando yo era el que tenia coraje —Escúchame bien, mírame— no podia mirarla —Bien no me mires, mi padre contrato un hechicero para que me hiciera un embrujo y que te atacara y me odiaras, el punto es que mi padre recuerdas no sabe de mis poderes, el punto es que no funciono eso pero quería que lo hiciera estaba en el taller escuchando a distancia ya que tiene un buen oido y tenia que hacer que funcionara le deje una nota a mi tia en tu ropa para que te llevara a este lugar, perdón por quererte proteger mi padre es muy difícil, mi vida es infeliz por culpa de él— no sabia como procesar todo eso, y si creerle.
—Suéltame y lo pensaré— ella me solto lentamente, me levante de cantazo y sali corriendo hacia la puerta, la cruce cuando vi estaba en un maldito bosque no sabía donde estaba.
Un conde me quiere matar, se que me he enfrentado en un dragón pero si vuelve hacer eso, no quiero matar a una persona, espero no llegar a eso. Me arodille en medio de la nada, que puta vida.
En eso la siento —Lamento haberte herido—
—Pudiste haberme matado, ¿como hubieras lidiado con eso? ¿Acaso has matado?—
En eso hubo un silencio.
Me levante y la vi, estaba llorando.
Me acerque a ella —dime que es mentira— lloraba con mas fuerza, me acerque lentamente, ella se dejo caer en mis brazos, aunque tenia miedo de ella, no podía completamente temerle.
—Lo siento Steven, fue accidente, nunca quise hacerlo, mi padre me obligo, yo no quería, no queria— me cambio el nombre sera ese...
—Ya tranquila, llora lo que quieras, estoy aquí, empece a acariciarle el cabello— era un momento tan raro, como de odiarla la estaba compadeciendo...

Lo mas seguro ella será mi perdición y lo peor de todo, que si lo deseo, aunque lleve de poco tiempo conocerla, siento que con ella no se esperan las cosas, simplemente pasan y listo, me encanta cada cosa nueva que descubro de ella, aunque sean malas, eso me hace quererla ayudar.

La cargué hacia la cabaña donde estábamos, esa cabaña era en un bosque.
La recosté en la cama —Te buscare algo de comer—
Ella me agarro de la mano para que no me fuera —Kalila no te abandonare volveré— ella me soltó.
Ya estando un poco tranquila, fui al bosque a casar, encontré una ave enorme, lo cual se vería bien en un asado.  No tenia armas so tenia que matarla con mis manos, me escondí en un árbol y cuando la veía mirando para otro lado la agarre, empezó a tratar de volar y era difícil aguantarla. En eso me caí, escuche una risa.
—¿Acaso te gusta el suelo?— era Kalila riéndose era preciosa cuando lo hacia.
Le sonreí y me levante —Creo que si— en eso el ave se acerca tiernamente a Kalila, y trato de cogerla.
—Ni lo intentes Mark, vas a matar esta ave grandiosa—
Rodee mis ojos —Yo como carne—
—Pues ya no, ahora comerás saludable pura frutas—
Me cruce de brazos, ella le dijo algo al ave en otro idioma y el ave se fue.
—Allá va mi comida volando— ella se rio.
—Espera más— en eso el ave vuelve pero con cosas en la boca. Frutas. —Usa la naturaleza no la mates—
En eso ella toma las frutas de la boca del ave, ese ave abre sus alas y vuela a la libertad de tener vida.
—admito que fue bonito toda esta escena— ella me sonrió dulcemente, ella empezó a darle la primera mordida a la manzana. —¿Esta rica?—
Ella asintió y empece a comer otra manzana.

Creo que por eso le duele mucho lastimar una vida, sin duda cada día ella me sorprende...

Fuera de lo Común Donde viven las historias. Descúbrelo ahora