Capítulo 10 - Dolor
Al momento que ella se fue Vegeta dejó que las lágrimas que había contenido brotaran libremente. Cayó de rodillas cuando se dio cuenta en lo que se había vuelto. Aquí estaba llorando por segunda vez. La primera vez que liberó lágrimas fue en su muerte en manos de Freezer. Sin embargo, el dolor que sintió cuando fue derrotado por ese lagarto no podría igualar el dolor que ella causó. Siempre había intentado escudarse de las emociones, pero con Bulma era diferente. No tenía escudo, ni defensa, ni forma de salvarse del dolor que sentía en ese momento.
Ella sólo se fue. Sin reclamos, fue completamente inexpresiva. Como si estuviese haciéndole un favor al terminarlo. Él hizo una mueca ante la idea de que renunciar a ella estuviese matándolo, mientras que a ella no la desconcertó. No necesitaba que le rogara y suplicara quedarse, pero algo; lágrimas, una mirada de tristeza, una pequeña objeción, sólo algo. Pero no lo hubo, se fue con una simple idea, como si lo que fuese hecho estuviese hecho y no estuviera perdiendo nada.
Vegeta se hundió en la cama cerrando sus ojos en espera de que el dolor se desvaneciera.
Después de que Bulma regresara a su habitación golpeó duro su cama. Miró su techo y se preguntó lo que había pasado. Quedó en total shock cuando dijo que quería terminarlo, pero no le daría la satisfacción de atraparla desprevenida. No sabía por qué, pero sintió un extraño dolor en su estómago después de que lo dijo. Fue como el dolor que sintió cuando descubrió a Yamcha engañándola, pero algo peor. Con Yamcha estuvo mayormente amarga y enojada, pero con Vegeta estaba más dolida y confundida. Había sido tan maravilloso antes, y luego decide que tuvo suficiente. No podía imaginar qué pasó.
Se sentó y suspiró preguntándose 'Qué pasa conmigo y los hombres! Digo, por qué no puedo mantener a uno interesado! Primero, no soy lo buena suficiente para mantener leal a Yamcha y ahora no soy lo buena suficiente para mantener a Vegeta en la cama por más de un par de semanas!' Bulma saltó de su cama enojada. 'Esto es ridículo! Por qué me importarían esos dos? No necesito un bastardo mentiroso por novio. Y estoy segura que no necesito a Vegeta para divertirme un poco!' Rápidamente fue a su armario para cambiarse y luego salir por la puerta.
Vegeta no vio a Bulma en los días siguientes. Ella había estado durmiendo hasta tarde, y pasaba sus noches afuera. No estaba seguro de lo que estaba haciendo. Aunque la idea de que estuviera afuera con otros hombres y luego que algún día trajera uno aquí a su cama era más de lo que podría manejar. Intentó sacar la imagen de su mente, pero se había vuelto increíblemente difícil para él hacerlo, y estaba haciéndole imposible descansar un poco.
No podía creer lo imposible que se volvió para él dormir sin ella en sus brazos; la sensación de su suave piel, el sonido de su gentil respiración y el olor de su cabello. Daba vueltas cada noche, pero nunca lograba un sueño tranquilo. No fue sino hasta su cuarta noche sin ella cuando escuchó la puerta del frente y el sonido de dos personas riendo. Caminó a la sala para ver lo que estaba pasando. Cuando entró a la sala vio un hombre de cabello marrón con sus brazos alrededor de Bulma. Hizo una mueca ante la vista.
"Entonces dónde está tu habitación?" Preguntó el hombre.
"Justo arriba." Sonrió ella señalando hacia la escalera.
"Vamos." Preguntó él hombre seductoramente mientras acercaba a Bulma.
"Lo único que deberías estar haciendo es salir de aquí…" Siseó Vegeta mientras se recostaba casualmente contra la pared con sus brazos cruzados luciendo como si tuviera completa compostura.
"Qué demonios?" El hombre se giró rápidamente. "No me dijiste que estabas casada ni nada!" Dijo él con shock mirando a la mujer en sus brazos.
Bulma miró a Vegeta. "No lo estoy, ignóralo, sólo es un huésped indeseable!" Ella sonrió mientras miraba dulcemente a su cita.