Capítulo 11 - Superficial
Habían pasado dos semanas antes de que Vegeta finalmente lograra concentrarse de nuevo en su entrenamiento. Logró sacar de su cabeza todos los pensamientos de ella y regresar a su foco principal. Intentó reducir lo que había pasado entre ellos a nada más que una estimulante distracción. Aunque sabía que no era verdad, le ayudó a continuar. Lo cual hizo lentamente, había logrado comenzar a tomar duchas en su propia habitación…
Había tomado una larga ducha caliente un día después de treinta y seis horas sin parar de entrenamiento. Cerró sus ojos y dejó que el agua fría cayera sobre su cuerpo sin poder evitar dejar que su mente regresara a ella. Para todo el entrenamiento que hizo, aún la extrañaba. Recordó la primera vez que se le unió sin anunciar. La forma en que logró sacar lo mejor de él. La forma en que envolvió sus brazos a su alrededor. "Se sentía tan bien." Susurró él para sí mientras cerraba sus ojos.
"Tú no estuviste tan mal." Llegó una voz desde atrás.
'No puede ser.' Pensó él pero rápidamente le fue probado lo contrario cuando sintió dos suaves brazos envolverse a su alrededor. 'Cómo lo hace?'
"Conoces la regla, Vegeta… No hables, sólo escucha." Dijo ella dulcemente mientras comenzaba a mover sus manos arriba y abajo por sus musculosos brazos. "Cuando salgas de esta ducha vas a recoger todas tus cosas y las llevarás a mi habitación… Entendido?" Dijo ella definitivamente.
"Has perdido la razón, mujer?" Preguntó él con shock. "Yo terminé esto… recuerdas?"
Bulma rió. "Sí, pero eso no significa nada más."
"Oh… Y qué cambió?" Dijo él gravemente mientras se giraba para encararla.
"Cosas." Susurró ella indiferente mientras comenzaba a trazar las curvas de su pecho.
"Sal de mi ducha, mujer…" Demandó él alejándose de ella.
"No entiendes," dijo ella mientras se colocaba contra él y se inclinaba en su oído, "No voy a pasar los próximos meses en abstinencia por tu disposición territorial."
Vegeta frunció. "Mira, mujer, no me importa si vives en abstinencia o fornicas con cada hombre que conoces… No estoy interesado!"
"Oh de verdad?" Ella sonrió. "Bueno, si no te importa que la madre de tu hijo duerma con otros hombres entonces yo…"
Con la velocidad de la luz, Vegeta se giró y la miro a los ojos. "Qué dijiste…" tartamudeó él.
"Oh," Comenzó ella inocente. "Quieres decir la parte donde espero a tu hijo?"
Vegeta casi se cae mientras daba un paso atrás. Sus ojos se ampliaron y su quijada se desplomó, no podía encontrar las palabras para expresar su sorpresa.
Bulma giró sus ojos. "Bueno… He dejado mudo al poderoso príncipe?" Se burló ella.
Vegeta entonces se arrodilló y colocó ambas manos en su estómago. Le tomó un momento pero lo sintió, un pequeño ki; macho y mitad Saiyajín.
"Vegeta?" Preguntó Bulma sin tener idea de lo que estaba haciendo.
Vegeta la ignoró. No podía creer que tenía un hijo, alguien para continuar la sangre real. Pero después de tener un momento para que la realidad se asimilara, también enfrentó la verdad de lo que este hijo significaba. Significaba que ahora Bulma estaría conectada a él de por vida. Le lastimaba pensar que una mujer que no se preocupaba por él ahora iba a quedarse con él por un hijo. En ese momento tuvo una sensación de resentimiento que lo plagaría por los próximos años. Una amargura de que el niño dentro de ella tendría su amor, cuando él nunca lo tendría.