el desayuno

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Capítulo 4 - El desayuno

Bulma despertó alrededor de las ocho de la mañana completamente exhausta. Había podido descansar unas horas atrás, después de que Vegeta finalmente comenzara a cansarse. 'Este hombre será mi muerte.' Sonrió ella mirando su aún durmiente figura. Estaba completamente sorprendida por su actuación de anoche. Fue tan suave y gentil, nada como lo que había esperado. Lo había imaginado duro y completamente despreocupado de tomar nada sino su propio placer. Pero no fue así. Era casi como si quisiera que ella lo disfrutara tanto como él lo hizo. Bulma sonrió y lo besó levemente en la frente antes de que se soltara gentilmente de su abrazo. Decidió que debía irse ahora para salvarse de cualquier incomodidad. Suavemente se levantó de la cama, recogió lo que quedó de su ropa. 'Tendré que recordar vengarme por esto,' y se fue tan silenciosamente como le fue posible.

Vegeta despertó una hora después de su salida para encontrar la cama vacía. 'Qué demonios.' Se preguntó, indignado de no encontrarla en sus brazos. Lentamente se sentó en la cama y rastreó el área para sentir su ki en la habitación próxima a la suya. 'Así que… decidió dormir en su propia habitación.' Pensó Vegeta más ofendido. Quería la oportunidad de despertar con ella a su lado, pero claramente bajo esos acuerdos eso no iba a pasar. 'Recuerda que esto es sólo sexo, no es como si fuera mi pareja.' Vegeta suspiró levemente. 'No puedo decir que es mi pareja exclusiva… ni eso importa, supongo, es decir, sólo tendré que mantenerla bien ocupada para que no tenga tiempo para nadie más.' Vegeta sonrió malvadamente y se levantó. Luego vio el desastre que habían hecho de su cama. Cerró sus ojos y regresó a anoche. Estaba muy sorprendido de cuán estimulante era ella. De todas las otras mujeres con las que había estado ninguna le dio tanto placer como lo hizo ella. Ninguna lo hizo desear más. Eso fue lo que más desconcertó a Vegeta. Había esperado que después de tenerla una vez, esas urgencias que estaba sintiendo terminarían y él podría continuar, pero lo que sentía, estaba lejos de eso. Ahora la deseaba más que antes. No entendía por qué, pero le preocupaba más que se aburriera de él a que él perdiera interés en ella. Sin embargo, rápidamente alejó los recuerdos y decidió que era tiempo de volver a su entrenamiento. Así que tomó una ducha y luego bajó para desayunar algo.

"Buenos días, Vegeta!" Gritó la Sra. Briefs cuando el príncipe entró a la cocina. "Estoy tan feliz de que hayas decidido regresar a la casa. Estaba tan preocupada estos días de que fueras a pasar el resto de tu tiempo encerrado en esa cámara de gravedad, y que nunca te viéramos!"

Vegeta volteó sus ojos. "Mi desayuno, mujer."

"Oh, por supuesto!" Contestó ella caminando hacia la estufa. "He estado esperando por ti! Debo decir que hoy dormiste hasta mucho más tarde que de costumbre! Pasa algo malo?"

"Por supuesto que no mujer, ahora dame mi comida!" Siseó Vegeta en tono desafiante.

"Al menos podrías decir por favor." Dijo una voz femenina que permanecía con los brazos cruzados detrás de Vegeta.

Vegeta se giró para ver a Bulma de pie tras él en su larga bata blanca con un ceño fruncido en su rostro. Él simplemente sonrió y se giró para agarrar su comida de la Sra. Briefs y fue a sentarse en la mesa para comer.

"Bulma! Buenos días!" Dijo la Sra. Briefs mientras Vegeta comenzaba a devorar su comida.

"Buenos días, mamá." Dijo Bulma besando a su madre en la mejilla suavemente. "Y qué hay para… (bostezo)… desayunar?" Preguntó Bulma caminando hacia el refrigerador.

"Bulma cariño, luces exhausta! Deberías regresar a la cama y continuar tu sueño!" La madre de Bulma le ofreció en su molesto tono alegre.

Bulma miró hacia Vegeta quien sonrió bajando su comida para así poder escuchar su respuesta.

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