Su lengua chocó con la de Ally. Sorprendiéndola. Tocó sus caderas lentamente a la misma vez que se acomodaba sobre ella en los asientos traseros de su Mustang.
- Quiero hacerlo aquí... - le susurró él. Enredó sus piernas con las de Ally para que el espacio no se hiciera tan reducido. Su aliento tocó la piel de ella. Lento. Suave. Delicioso. Ally le apretó la espalda. – me da tanto morbo saber voy a hacértelo aquí, en mi auto. – le sonrió. Ella enarcó una ceja.
- Seguro lo has hecho aquí con todas. – bufó.
- Contigo. Eres todas.
- Mentiroso.
- Te lo juro. Mi auto es sagrado. Si voy a hacerlo, tiene que ser una mujer como tú.
Ally tragó saliva. Las palabras de Austin no hacían más que calentarla más y más. Sintió los dedos de él pasearse por su abdomen. Cerró los ojos sigilosamente. Y soltó un gemido. La erección de Austin creció más, chocando así con el vientre de ella. No podía evitarlo. Estaban tan juntos que apenas había espacio para poder hablarse. Desabrochó y bajó la cremallera de los shorts de ella.
- Ento... entonces... - Ally soltó un gemido. – s...soy...¿la primera? – logró decirle.
- Y vas a tener que recompensarme por eso. – la besó de nuevo. Esta vez apretando su cuerpo contra el suyo. Su erección chocó contra el sexo húmedo de __________________. Al mismo tiempo que su lengua se abría paso en la boca de ella. – vas a sentir mi lengua... en otro lado...
Ella se dejó hacer por él. Cerró los ojos. Estaba en sus manos lo que pasara luego. Y sintió sus dedos una vez más tocándole las braguitas y bajándoselas.
- Quiero que te sientes, gatita. – le pidió él. Ally asintió de inmediato, completamente hipnotizada por él. Tomó asiento normalmente en los asientos traseros... - abre las piernas... - le susurró él. Y ella las separó lentamente. A Austin se le nubló la vista esta vez. Jo.der. No había nada que superara ese sentimiento. Esas ganas inmensas por tocar su húmedo co.ño con la lengua. Esas ganas por escucharla gemir. Retorcerse del placer. Por esas ganas de escucharla pedir más... y oírla gritar su nombre desesperada. De verla transpirar por la agonía. De verla despeinada y jadeante... y saber... que todo eso ha sido gracias a él. – lo bueno de estar aquí... - comentó él. Cogió los muslos de Ally con las dos manos y se incorporó poco a poco. – es que estamos solos, y nadie... - levantó la mirada. Ally tragó saliva. – nadie escucha lo que hacemos.
Ally cerró los ojos fuertemente. La respiración de Austin chocaba con su clítoris. La estaba inspeccionando. Y aunque ella había creído que eso había sido todo... se había equivocado. La lengua de Austin se introdujo en su dulce co.ño con desesperación. Ella hizo la cabeza para atrás y levantó las caderas con ganas de que Austin aumentara su ritmo. Este le cargó los muslos y los colocó sobre sus hombros.
Una vez más. Su lengua tocaba ese pequeño y generoso punto débil.
- ¡Ah...! – gritó sin miedo a ser escuchada. - ¡más, MÁS! – le ordenó. Apretó la nuca de Austin, despeinándole el cabello. Él mordió suavemente uno de sus labios vaginales. – Dios mío... - jadeó ella.
- Esto es exquisito. – le dijo él. Probando sus deliciosos jugos. Ally había llegado a correrse antes de que él lo haya previsto. Se entretuvo besándole el monte de Venus completamente depilado. Era deliciosa... relamió sus labios probando una vez el elixir de ella. Despacio, fue soltando sus muslos.
- No te vayas...
- No me voy...
- ¿Entonces por qué has dejado de...
- Me gusta ver la cara que pones cuando quieres más. – sonrió en medio de muchísima lujuria. Ally puso los ojos en blanco.
- Ven... - le llamó ella. – házmelo. Soy tuya Austin. Solo tuya.
Y esas palabras hicieron que su erección subiera de nivel.
- Me tienes tan duro, nena...
- Lo puedo ver. - Ally bajó la mirada, observando ese enorme bulto que yacía en los pantalones de Austin.
- Todo esto es tuyo. – le aseguró él.
- Mío y de much...
- No, no. – se acostó sobre ella de nuevo. – solo tuyo. – hablaba demasiado enserio para ser Austin Moon. Sentía demasiado enserio para ser Austin Moon. Ni siquiera él mismo podía tragarse o creerse lo que acababa de decir. Se le hacía difícil hacer conciencia de sus propias palabras.
Buscó una pequeña cajita dentro de los bolsillos de su pantalón. Encontró el preservativo y se bajó los pantalones y al mismo tiempo el bóxer. Ally observó todo desde su sitio. Sus labios eran mordidos por sus propios dientes. Sus ojos se habían nublado. Y solo podía verlo a él. Sentirlo a él. Quererlo a él. Necesitarlo a él. Entreabrió los labios... el tamaño de aquel miembro le sorprendía más cada vez. Deseó muchísimo ser ella misma quién le pusiera ese preservativo...
Y poco a poco...volvieron a estar juntos de nuevo...volvieron a tocarse... a enloquecerse con el tacto de la piel del otro.
- Me gustan tanto esto...
- ¿El qué? – logró preguntar Ally.
- Cuando nuestros cuerpos... - bajó la mirada. Tenía su miembro a la misma altura que Ally tenía el vientre. – se juntan.
Y la besó una vez más. Mordiéndole un labio. Juntando el sabor de lo que su lengua había probado hace unos minutos, con el caliente aliento de Ally. Esta levantó las caderas y a Austin solo le faltó moverlas un poco para volver a penetrarla de nuevo. Ella se apartó... soltó un leve gemido casi inaudible... aquello había sido suave. El miembro de Austin salió de ella y entró con brutalidad una vez más. Esta vez Ally no aguantó las ganas de gritar. Y lo hizo. Y apretó la espalda de Austin. Y le pidió más. Y el ritmo aumentaba. Un poco más. Y más. La caderas de Austin se movían en círculos, de un lado para otro, de arriba hacia abajo. Y Ally que apretaba sus nalgas y hacía que la bombeara aún más intensamente. Y Austin... que había dejado de moverse... se estaba corriendo... y le hubiera encantado correrse en ella. Mojarla. Mojarla de él y de todo lo que sentía cada vez que se metía en su precioso cuerpo. Cada vez que lo apretaba tanto entre sus entrañas. Entre su feminidad. Nunca se había corrido de esa forma...y tan rápido.
Era maravilloso. Cada sentimiento. Cada cosa. Todo... se estaba volviendo estúpidamente especial.
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TENTATION
RandomSINOPSIS: Ese mismo día...robaron el banco más grande de todo Estados Unidos. Ese mismo día, uno de ellos... se enamoró para siempre.