capitulo 50

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- No puedo creer me hayas convencido... - Austin negó con la cabeza. Parte de él, seguía sintiéndose frustrado, pero esta vez por otros motivos.

- Estás muy cansado, no te hace bien manejar en ese estado.

- He estado peor. – soltó las dos maletas que contenían las cosas de Ally. Sus músculos se relajaron y logró estirar sus brazos hacia adelante. Por detrás, Ally decidió cerrar la puerta del departamento. Tuvieron que pasar varios segundos para que Austin notara que su preciosa novia lo miraba desde atrás pegada a la puerta. Que observaba su espalda imaginándose muchas cosas. Que en pocos segundos se le habían venido varias cosas a la cabeza. Varios recuerdos. Y vaya... se le hacía tan nostálgico. Estaba a punto de escaparse con el amor de su vida. Ese que lograba convencer a todas las personas del mundo de ser un tipo frío y sin corazón, pero que solo las verdaderas llegaban a conocerlo realmente. Y ella había sido una de ellas. Mordió su labio inferior. Le tenía tantas ganas. Muchísimas. Cada faceta suya era tan jo.didamente provocadora. No había vez en la que no haya deseado besarlo. Nunca imaginó que hubiera deseado tanto besar a una persona. Como a él. Como ahora...

- ¿Te gusto mucho, cierto? – Austin enarcó una ceja. La miró mojándose los labios con sensualidad y con segundos propósitos.

- Tonto... - dijo ella, reaccionando y volviendo al mundo real.

- ¿En qué piensas?

- En ti.

- ¿Y qué cosas piensas? – poco a poco se fue acercando a ella a pasos lentos. Los centímetros se hicieron cortos. Y cada cosa que sentían se iba haciendo más fuerte.

- Cosas de mujeres...

- Vamos, dime... quiero saber si mi novia tiene pensamientos impuros conmigo. – le dedicó una sonrisa y esta se hizo más grande al escuchar la carcajada de Ally.

- ¡Idio.ta!

- ¿Idio.ta por qué? Sé que te gusto Ally. Tal vez no tanto como tú a mí, pero lo suficiente como para ponerte mucho.
Ally accedió a morderse un labio. Había sido incontrolable no hacerlo mientras Austin hablaba y le decía ciertas cosas que solo hacían que se excitara más. Tenía tanta razón.

- No te creas mucho...

- ¿Cómo no hacerlo? Después de todo lo que sabes de mí, aún sigues aquí conmigo. Eres jo.didamente valiente. – la cogió de las caderas y se inclinó a besarle el cuello con delicadeza. La punta de su lengua rozó la piel de Ally como un imán que no podría despegarse. Los ojos de ella se cerraron instintivamente. – eres la primera persona a la que no le doy temor después de conocerme realmente.

Se miraron. Austin había subido la mirada, fijándose en sus labios, en sus mejillas, en sus ojos, en ella... en toda ella.

- Y a pesar de que hoy fui un cerdo contigo, tú sigues aquí...

- Olvídalo, ya pasó...

- No es así... tú no mereces pasar por estas cosas. No merecías escuchar cada palabra de las que te dijo Chaz ¿entiendes? Yo... quería pedirte perdón por...

- Basta, por favor, olvídalo... - le rogó Ally. Hizo que lo mirara. Austin soltó un suspiro. Subió sus manos hacia el rostro de ella y le acarició una mejilla suavemente.

- A veces me gustaría dejar de ser esto... - le confesó mientras acariciaba su rostro. Sostuvieron la mirada por un tiempo, hasta que este decidió bajar la mirada hacia el suelo. Tal vez cuando hablaba de estos temas, se sentía avergonzado. Avergonzado de lo que era, y de lo que no podía dejar de ser. – a nadie en este mundo le gustaría ser esta jo.dida mierda. – le dijo resignado. Tragó saliva. No quería ni siquiera mirarla mientras le seguía hablando.

Necesitaba de muchas agallas para aquello. No era tan fuerte cuando la chica que quería, tan diferente a él, lo miraba a los ojos y él le confesaba lo que sentía.
Pero lo siguiente lo sorprendería muchísimo. Ally abrió un poco más la cazadora de Austin, hasta ubicar un par de cigarrillos y encendedor en los bolsillos interiores de esta. Cogió uno. Lo sostuvo entre sus dedos e hizo lo mismo con el encendedor, dándole vuelta a la piedra y provocando la chispa de fuego en este. Juntó el extremo del cigarrillo con el fuego, encendiéndolo y colocándoselo en la boca.

Los ojos de Austin se abrieron un poco más y sus labios terminaron de entreabrirse por sí solos.

- A mí me gustaría ser como tú. – le dijo ella, apartándose el cigarrillo encendido de la boca para después ponérselo en esta de nuevo y aspirar el humo. Cerró los ojos y aspiró más, para dejar salir todo el humo al soltar el aire, aunque un poco de este se quedó atrapado entre su garganta.

- Jo.der, ¿Qué haces?... – le preguntó él al ver que ella se ahogaba, una pequeña sonrisa le adornó el rostro.

- No te burles... - le advirtió ella, al notar que Austin estaba a punto de reírse fuertemente. Tosió un poco más fuerte, liberando el humo que podía.

- ¿Nunca lo has hecho?

- No...

Austin sonrió de nuevo. Todo esto le llenaba de ternura el corazón. Lo llenaba tanto que lo obligaba a reírse de la situación.

- Pues lo haces tremendamente mal. – se rio.

- Ya lo sé, tonto.

- Mira... - se acercó un poco más a ella. – tómalo con los dedos y aspira lentamente, como si estuvieras suspirando... - le indicó. Ally siguió los pasos, hizo exactamente lo que este le ordenó. – eso es... - susurró Austin. – sostenlo, pero no lo pases... - se rio una vez más al fijarse que Ally había vuelto a ahogarse. – no lo pases gatita. – le acomodó el cabello. Todo esto hacía que su cuerpo se llenara de ganas por comérsela a besos. Era preciosa. Era la indicada. Precisa. Perfecta. – eso es... ahora déjalo salir lentamente... - le apretó la espalda con las manos y le abrazó el cuerpo. Esta soltó el humo a un costado de Austin, sintiendo una ligera liberación de su cuerpo entero en el acto. – lo has hecho pésimo. – bromeó y sintió las manos de Ally golpearle el pecho.

- Al menos lo he intentado. – se defendió ella.

- Dame eso. – Austin cogió el cigarrillo con las manos y lo tiró al suelo pisándolo antes de que quemara más. Lo siguiente que probaría no sería ese u otro cigarrillo, sino los labios de Ally. Que le bastarían en lo que necesitaba. Se los mordió suavemente, ella no pudo evitar soltar una risita tonta al sentir los dientes de Austin entre su labio inferior. Pero no volvió a reír, no al notar que este acariciaba lentamente sus nalgas envueltas en ese jean pegado al cuerpo. Al contrario, rozó sus piernas contra las de él, chocando así su caliente feminidad con la erección de Austin. – eres perfecta princesa.

Le abrazó las caderas, subiéndole así poco a poco la blusa y tocarle la piel. Erizándosela. Una mordida en el cuello de parte de ella. Austin soltó un gemido.

- Voy a hacerte el amor aquí y ahora si sigues haciendo eso... - le advirtió. Y no jugaba, justamente era Ally quién mejor podía asegurarlo.


- Hazme el amor en donde quieras... gatito. – le besó la boca una vez más. Un beso con lengua. La necesidad de cada uno se hizo más grande. Vaya, esto era tan fuerte... tanto, más que el simple hecho de fo.llar, era el hecho de amarse bajo unas sábanas y entregarlo absolutamente todo. Eso... justamente eso, era lo que ambos necesitaban esa noche. Eso... y solo eso, podría hacer olvidar a ambos lo que en ese día había sucedido. Y porque tal vez... después de ese día no volverían a verse por un largo tiempo.

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