- ¿Irnos? – preguntó ella, entreabriendo los labios. Dando a entender su inmensa sorpresa. No podía creer que aquello que ambos estaban teniendo, se estuviera convirtiendo en algo cada más grande.
- Sí. – respondió Austin. Tenía los nervios en la garganta. Con ella experimentaba cosas tan extrañas. Cosas que nunca había experimentado antes. Como ahora, que no podía con sus propios sentimientos. – quiero... te juro que quiero irme contigo Ally, y sé que es apresurado, porque probablemente tú...
- ¿Yo qué?
- Tú no confíes en mí. Y te entiendo.
- Pero...
- Déjame hablar a mí. – le pidió. Ally asintió. Los preciosos ojos marrones de Austin brillaron en la oscuridad. Buscó las palabras adecuadas. Quería y deseaba con toda su alma irse con ella a donde le pidiera. – sé que tienes a muchos hombres detrás...
- ¿Qué...?
- Y también lo entiendo. Eres preciosa, inteligente, divertida y... y tan... - tragó saliva e intentó no desconcentrarse mucho con lo que le iba a decir. – tan jo.didamente buena en la cama...
- ¡Austin!
- Y todo eso te hace perfecta.
Las mejillas de ella enrojecieron repentinamente. Sabía que tenía la mirada de Austin fijamente en ella y en su rostro.
- Y me gustas. Desde el primer momento en que te vi lo supe. Pero soy muy idiota y... cometí errores. – tragó saliva y apretó un poco los labios. Sentía su corazón abrirse y perpetuar sus pensamientos en aquellas palabras. – te quiero mucho. Y no deberías dudarlo, me he peleado con muchísima gente por ti, y lo haría mil veces. Te lo juro, no me arrepiento de nada.
- Austin por favor... - susurró ella. Cada letra que salía de la boca de Austin, solo hacía desearlo más y más.
- Te amo. – apretó un puño debajo de las sábanas, así Ally no notaba lo tenso que se encontraba. - Pero no lo supe hasta después de sentir que te perdía para siempre. – ella sonrió tímidamente y se acercó a los labios de Austin para besárselos. –y quiero que seas mía. – ambas miradas de tocaron, al igual que sus labios. Varios segundos de silencio entre los dos, donde solo podía escucharse el sonido de sus labios jugando entre ellos. Austin se separó. – que voy a cambiar... y que no voy a dejar que otro tipo, de esos que mueren por ti, te saque de mi vida.
Ally soltó un suspiro. Sus ojos bajaron la mirada y se dedicó a pensar en su respuesta. Pero Austin continuó.
- Voy a dar todo de mí para cambiar, gatita. – insistió una vez más. La piel de Ally se erizó por completa al oírlo llamarla así. Cuánto le gustaba, solo viniendo de él.
- ¿Y si... y si algo sale mal? – preguntó ella con un hilo de voz.
- ¿Cómo qué? – le respondió él, acoplándose a sus susurros. Le acomodó un mechón de cabello y se quedó un buen rato mirándole los labios.
- También hay muchas mujeres que mueren por estar contigo,Austin, y yo...
- ¿Tú qué? – sus dedos recorrieron lentamente la piel de Ally. Erizándola a cada paso que daba. Así, hasta llegar a su cuello. Se lo tocó. Suave. Tan tercio. Deseaba tocarlo mucho más con sus labios.
- No quiero que...
- ¿Crees que te engañaría?
- La verdad sí... - dijo y sonrió al ver el semblante de Austin.
- ¿Es enserio Ally?
- Pero no te ofendas.
- Acabas de decirme que has besado a Max, pero yo soy el infiel.
- Fue un accidente, mi amor. – se le acercó un poco más, chocando su nariz con el mentón de Austin.
- Yo también puedo tener accidentes.
- Lo vez.
- No te engañaría.
- Lo dices ahora...
- Vale, no me creas, todo bien. – se cruzó de brazos e hizo que Ally se despegara de él en el acto al ponerse boca arriba.
Ally se rio bajito, aun así Austin pudo escucharle.
- ¿Te has molestado?
- No.
- Austin...
- Si piensas que soy un mujeriego, te equivocas. – volteó la mirada y encontró con una Ally sarcástica mirándolo también. – tal vez sí lo fui... pero no más.
- Y yo te creo.
- Si te vas conmigo... - volvió a colocarse de costado para poder pegarse a ella. Esta vez mucho más cerca. Tanto, que pudo rozar sus labios lentamente contra los de Ally. Suave. Un tacto preciso y excitante. – no voy a fallarte.
Ella le besó los labios. Austin abrió un poco más la boca y decidió morder el labio inferior de Ally y estirarlo lentamente. Dejándolo libre, volvió a comerle la boca con todas sus ganas. Esta vez apretando su pequeño cuerpo entre sus manos y haciéndolo cada más suyo. Un gemido se apoderó de la noche, proveniente de Ally.
- Te quiero solo para mí, gatita... solo para mí... para nadie más...
- Y yo... - le correspondió ella, ligeramente agitada.
- Vámonos juntos, lejos, que nadie nos encuentre nunca. – le propuso una vez más.
Una vez más Ally trató de pensar la respuesta que le daría. Una que haría que su vida cambiara para siempre. La propuesta más tentadora que no había recibido jamás.
- Sí... - susurró primero. – acepto... - dijo más fuerte. – quiero irme contigo. – le apretó las mejillas y le besó los labios tan suavemente como pudo. – llévame lejos de aquí, Austin.
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TENTATION
RastgeleSINOPSIS: Ese mismo día...robaron el banco más grande de todo Estados Unidos. Ese mismo día, uno de ellos... se enamoró para siempre.