- Lo siento... ¿te parece si lo dejamos para otro día? Creo que estás ocupada... - le dijo Max, al verla solamente con esa camiseta a cuadros puesta y sin nada abajo más que braguitas.- No. – se negó ella. – no es lo que tú piensas. – le dijo, Austin se volteó a mirarla, frunciendo el ceño. – él es... él es solo un amigo.
- Igual pienso que deberíamos dejarlo para otro día. No te preocupes, todo está bien. – le sonrió él. Austin soltó una risa tonta, burlándose de él.
- Todo está mejor que bien... - susurró Austin, alejándose y burlándose de nuevo. Pero esta vez dejando salir sus pensamientos hacia el exterior.
- ¿Perdona? – le contestó Max. A Ally le entró un escalofrío. Cerró los ojos con fuerza al notar que Max había entrado a su departamento al escuchar las últimas palabras de Austin.
- Que todo estaba mejor que bien antes de que tú llegaras. – le sonrió al observar que se había acercado a él. Quería discutir, pero se había metido con la persona equivocada.
- Austin... por favor... - logró decir ella.
- Es la verdad, bonita. - contestó Austin.
- ¿Es tu novio? - inquirió Max.
- No... - se excusó Ally. Pero no encontró más que decir.
- Antes que tú llegaras, ella y yo...
- Basta. – Ally se interpuso entre ambos. Se volteó para mirarlo a él. A ese idio.ta que no había dejado de armar problemas nunca. A Austin. – vete.
Austin la miró desafiante. A la misma vez, moría por comerse esa boquita. Le ponía tanto cuando se enfadaba.
- Me voy yo. – inquirió Max. Salió de aquel departamento sin decir nada más, cerrando la puerta con fuerza. Sin siquiera despedirse de Ally, que moría de la vergüenza en ese entonces.
Se hizo un silencio entre los dos. Austin la observó cubrirse el rostro, apunto de insultarlo de la peor manera. Cabreada y sexy. ¿Qué mejor combinación?
- Dijiste que no era tu...
- Vete. Vete ahora mismo Austin, lo digo enserio.
- ¿Vas a enfadarte conmigo por esto?
- No importa ¿sabes? Quiero acabar con...con esto... ni siquiera sé que es pero... no lo sé... solo déjame. – se volteó. No tenía ganas de mirarlo. ¿Cómo podía ser tan impulsivo? ¿Por qué no podía controlarse al menos un poco?
Austin apretó los ojos sin poder evitar arrepentirse por cómo se había comportado. Es que... no podía controlarlo. Era así. Era su jodida personalidad. No podía manejar algo que estaba impregnado a él.
- Yo sí sé que es. – le contestó él, acercándosele por detrás. Al tenerla tan cerca, por dentro...empezaba a desesperarse por tocarla de nuevo. Ally se volteó. Los ojos de ambos se encontraron. Ella los cerró lentamente...negando con la cabeza.
- ¿Quién eres? – le preguntó de nuevo. No supo por qué, pero pasó suavemente sus dedos por las mejillas de Austin. Acariciándoselas. Este tragó saliva. Nunca nadie había hecho esto antes. Moría de ganas por cerrar los ojos y dejar que lo tocara.
- Tengo una mejor manera de explicártelo. – sus manos apretaron las caderas de Ally. A la misma vez, sus bocas volvieron a juntarse.
Ally se separó. Austin aceptó que lo hiciera... no se interpuso... pero necesitaba seguir besándola. Joder. Esto era tan fuerte que apenas y podía asimilarlo. De prontoAlly lo besó esta vez. En esta ocasión siendo ella quién lo dominaba. Lo estampó contra la pared más cercana. El mismo Austin se sorprendió de que lo hiciera. Al tenerlo encerrado entre su cuerpo y la fría pared, lo besó de nuevo. Un beso más intenso. Lleno de sentimientos y una lujuria inmensa, avanzando a un nivel extraordinario.
- Max es solo un amigo. – tuvo que separársele un poco para poder hablarle. Austin asintió. De alguna manera, eso le aliviaba muchísimo. No era que le importase... o tal vez sí... lo que sea que fuera... sentía un alivio en su interior. Se dedicó a quitarle el primer botón de su camiseta a cuadros. Primero uno, luego otro... y el último, y uno más... hasta dejar su camiseta completamente abierta. Ally bajó la mirada.
- Que travieso...
- Traviesa tú. – alcanzó sus labios y se los besó. Se fijó en sus ojos al besarla. Cerrados se asemejaba a un ángel. Un ángel que le ponía muchísimo. Era la primera vez que se fijaba en los ojos de una mujer cuando la besaba. Ally separó sus labios, y esta vez lo estampó contra el cuello de Austin. Eso... había sido demasiado. Estaba tocando su punto débil.
- Joder, no hagas esto...
Ally besó una vez más su cuello. Su respiración chocó contra la piel de Austin. Este sintió que moriría.
- Basta gatita...- gimió Austin. Sabía que si seguía haciéndolo, se descontrolaría. Era capaz de acabar con todo esto. De tumbarla. De follarla sin previo aviso. De abrirle las piernas y hacerla gritar.
- ¿Me has dicho gatita? – enarcó una ceja, y pasó sus dedos por los labios de Austin. Este no hizo más que besárselos.
- Sí, gatita. – un beso más. La erección de Austin ya no podía esconderse ni un segundo más. Tuvo que hacer algo para demostrárselo. Para enseñarle como lo tenía. Apretó su cuerpo un poco, tanto... que Ally soltó un gemido. – cuando cierras los ojos para besarme, te pareces a una.
Ally soltó una pequeña sonrisa.
- Quiero verte mañana... - le dijo ella.
- Yo también.
- Entonces...¿sí?
- Sí. Sí. Sí. – le afirmó él, besándola tres veces. – pero ahora quiero terminar con algo... - se inclinó para morderle el cuello. Ally se estremeció por completo. Si tan solo tuviera una idea de lo mojada que estaba...
- Mañana... - le susurró ella. Algo parecido a un gemido.
- ¿Por qué? – le preguntó Austin.
- Te prometo que mañana. – mordió su labio ligeramente.
Y él... él se contuvo. Guardó todas las ganas que tenía por comérsela. Se tragó todas las palabras que tenía para decirle. Aún no sabía si podría hacer que esa erección se le bajara, pero debía lograrlo. ¿Ella tenía acaso una idea de cómo se encontraba? ¿o es que era todo un plan para matarlo? Necesitaba saciarse cuanto antes.
- Vas a pagarme por esto mañana.
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TENTATION
AléatoireSINOPSIS: Ese mismo día...robaron el banco más grande de todo Estados Unidos. Ese mismo día, uno de ellos... se enamoró para siempre.