CAPÍTULO 1 "BIENVENIDOS A REDEMTION"

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Tsk... Otro día en éste maldito manicomio de mierda. Estoy harto de estos enfermos y el repugnante olor a encierro.

Quiero irme pero la paga aquí es buena, después de todo nadie quiere estar rodeado de gente que podría hacerte daño. Me importa poco lo que me pase, no tengo a nadie que espere por mí en casa, no tengo nada mejor que hacer que estar cuidando a estos desconocidos, que al menos le dan un poco de sentido a mi vida.

-Levi.
-¿Qué pasa?
-Date prisa a repartir estos medicamentos que llegará alguien nuevo.
-¿Otro?
-Es una chica, este es el expediente.
-¿Ah sí?- tome el folder blanco y comencé a leer mientras le daba una píldora a un paciente.

Nombre: Mikasa Ackerman. Edad 18 años.
Estado: Padece Esquizofrenia, ansiedad y desórdenes de personalidad.
Antecedentes: 3 Intentos de suicidio y 4 intentos de homicidio con arma blanca.
Observaciones: Pierde el conocimiento después de sufrir lagunas mentales. Su anterior expediente registra un caso de trastorno de personalidad, además de sufrir episodios de ansiedad sin razón aparente.

Recomendaciones: Se requiere guardar distancia hasta nuevo aviso.

Tsk... Parece demasiado sutil comparado con los enfermos con los que trato cada día... Sólo es una chica suicida, que exagerados.

Cerré el expediente e iba a entregarlo cuando una fotografía cayó al suelo. La tomé, era Mikasa Ackerman, una joven hermosa con los ojos perdidos, en fin, regresé el expediente.

Horas después...

-Levi, necesito ayuda.

El doctor Erwin me pidió ayuda, así que esa tal Mikasa ha llegado, genial no debí pasarme por aquí.

-Claro, ya voy.

Fui con Erwin hasta la recepción, estaban sus ¿Padres?

Y enseguida, ella sentada en el suelo con los dedos en la boca, temblando, como otra loca más.

-Nos encargaremos de cuidar de ella.
-Gracias.

La madre lloraba y el padre la contenía.

Ustedes se lo buscaron, par de exagerados.

Ellos salieron del hospital pero la chica en el suelo no les prestó mayor atención.

-Bien, llévala a la sección C en la habitación 301.
-¿Sección C? ¿No es demasiado para una suicida?
-Es ideal para ella y recuerda que las dos otras secciones están llenas.
-Claro.

Pobre chica, se quedará sola ahí.

-Uff...- suspire- ven aquí mocosa, te llevaré a tu habitación.

Ella levantó la cara, estaba llorando con una expresión tan vacía. Acerqué mi mano a ella y la mocosa me mordió.

-Tsk... No hagas eso.

Volví a acercarme y se encogió en el piso.

-No hagas complicado mi trabajo.

La tome de ambos brazos y la lleve cargando hasta la sección C. Fue un camino largo, la mocosa es más pesada que yo.

Saqué mi tarjeta de acceso y la puerta se abrió enseguida. Bajé a Mikasa y la dejé en la cama. La chica no decía nada, sólo lloraba en silencio, abrazandose así misma pero parecía tener dolor de estómago.

-¿Te pasa algo?

No respondió.

-¿Te duele?

Seguía sin responder pero sus lágrimas seguían cayendo. Me acerqué a ella y la hice mirarme.

-Te he preguntado... ¿Te duele algo?
-Aléjate.
-Uff este es mi trabajo y tengo que cuidar de ti, son las políticas de este lugar.
-No me duele nada... pero quiero un abrazo.
-¿Eh?

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