CAPÍTULO 2 ¿QUIÉN ERES?

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6:00 a.m.
Debo salir de casa ahora mismo o no llegaré a tiempo. Mi laptop se quedó sin batería y no terminé de leer el expediente, tendré que pedirselo a Nanaba.

Tsk... Hace frío, regresé por una chamarra y recordé que le prometí a Mikasa que le llevaría sábanas extra.

Debe estar congelada en ese solitario pasillo. Bien, puedo ayudarle un poco arreglando la calefacción.

Tome mi casco y salí al fin en dirección al hospital, no hay problema con el tráfico ya que está situado en una zona muy solitaria.
Fui directo al almacén tome sábanas y los medicamentos de la primer hora.

-Buenos días.
-Buenos días.

Todos se saludan al entrar a la recepción pero al subir al segundo piso y salir del elevador la atmósfera cambia.
Está en silencio, se escuchan algunos gritos de vez en cuando y se respira la tristeza, así es Redemtion.

Pase mi tarjeta y entre al cuarto de Eren Jaeger.

-Hola, bastardo.
-¿Cuándo me dejaran salir?
-Cuando te recuperes, así que toma tus píldoras.
-Las mismas...

Estaba sentado, siempre tengo que dárselas en la boca y ver que las trague.

-En un momento más, traerán tu comida.
-Espero que sea sopa.
-Claro... tu problema. Regreso después.

Pasé al cuarto de Connie Springer, quien estaba en el suelo llorando.

-Levántate, te toca tu medicamento.
-¿Dónde está Sasha?
-Muerta.
-¡Mataré a quien me la quitó!
-Ya lo hiciste... por eso terminaste aquí.
-Pero... ¿Dónde está Sasha?
-Tragate esto.
-Quiero a Sasha... quiero verla, quiero ver a nuestro bebé.
-Tsk... mejor me largo.

Y ahora el más tranquilo de la sección A, o al menos el que menos molestias causa. Sólo entré, le di sus medicamentos y me largué a la sección B.

-Uff aquí vamos.

Estaba sentado en el suelo, es quien más miedo me da, es realmente alto que prefiero darle el medicamento rápido e irme.

-Bien, es todo por ahora... oh cierto, me falta Mikasa.

Salí del elevador y abrí su puerta, seguía acostada dando la espalda.

-Mikasa... despierta.
-Estás aquí.
-Cuidare de ti, así que tienes que obedecerme.
-Sí. ¿Cuál es tu nombre?
-Levi sólo necesitas saber eso.
-Está bien.

Ella se sentó en la cama y yo me quedé de pie frente a ella para darle el medicamento. Tenía una piel suave y el aroma que emitía era dulce, me revolvía un poco el pensar que ese aroma irremediablemente se apagaría conforme su tiempo avanzará en estas paredes vacías.

Más lástima, es todo lo que causa su ser.

Tocio al pasar la píldora.

-¿Estás bien?
-Lo estoy.
-Creo que es todo.
-No te vayas.

Abrazo mi piernas con fuerza, y aunque su intención era sutil, yo no pude evitar tener un pensamiento pervertido al sentir su cara muy cerca de mi entre pierna, verla desde arriba. ¿Qué demonios?

-Déjame.
-No.

Se aferró más.

-Tengo trabajo que hacer.
-No importa.
-Tsk, suéltame.
-Acaricia mi cabello.
-Lo haré si me sueltas después.
-Está bien...

Pase mi mano por su cabellera oscura por un rato, ella relajó los brazos o quizás el medicamento ya estaba surtiendo efecto.

La acomode en la cama, tenía los ojos perdidos en el suelo pero en un momento en que ambos nos quedamos tan cerca, ella me abrazo de nuevo.

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