Di un par de vueltas antes de llegar a la casa de Petra, intentando pensar en cómo salir de la situación en la que me he metido. ¿Sólo querrá sexo y ya? O quizá también... una relación, si es el caso realmente estoy jodido.
Todo lo que quedaba era entrar por esa puerta y aceptar las condiciones para protegerme.
Toque la puerta... ella salió con el gesto molesto.-Llegas muy tarde.
-Lo siento.
-Da igual. ¿Has traído lo que te pedí?Se apartó de la puerta y me jalo hacia adentro.
-No.
-Que suerte que hice las compras por ti.Se puso a mi lado y me tomo del brazo.
-Ven, vayamos a mi habitación.
-Petra...
-No te atrevas a decir que no, investigue bien y esa tal Mikasa o como se llame, es una paciente de alto riesgo que apenas cruzó la mayoría de edad y no tengo miedo de hablar, tienes todas las de perder...
-No tenías que recordarlo... sólo hagamos esto rápido.
-Sabía que eres listo.
-Ajá, vamos que mañana tengo que trabajar.
-Lo sé, cariño... pero eso a mí no me importa.No dije nada más, me irritaba seguir hablando con ella, era mucho peor que al inicio. Ahora actuaba como una maldita molestia por tenerme a su merced.
Si tan sólo pudiera deshacerme de ella.
-Cuando te conocí no pensé que tuvieras ese tipo de gustos... ya sabes, las chicas apenas mayores y con mierda en el cerebro. Diablos. ¿Quién se atrevería a intentar matar a alguien?
-No te expreses así de ella.
-¿Te importa mucho? Dime Levi... ¿Qué puede darte alguien que es tratada como una bestia? Eso es... está encerrada en cuatro paredes y cedada todo el tiempo. ¿No te da miedo?
-Creo que la más interesada en Mikasa eres tú.
-No, claro que no. Da igual, si no fuera por ella hoy no estarías aquí.
-Que bueno que le reconoces algo.
-Levi... no importa el medio en que pasó, ahora somos algo... definitivamente puedo hacer que sólo tengas ojos para mí, puedo hacerte olvidar.Se quito la bata, llevaba puesto un baby doll negro para después abalanzarse sobre mí en la cama.
Comenzó a besarme desesperada, sus labios sabían a cigarro... odio fumar.
Mordía mi piel como si realmente intentara dejar marcas, que molesto.
Sus caderas se movían por encima sin provocarme nada. Estaba más concentrado en lo sucio de su habitación que en ella.
Me tomó de las manos y las puso en sus senos, toque un poco pero... aún no lograba concentrarme con ella. Sólo es sexo ¿No? No debo amarla... he podido acostarme con Mikasa sin sentir nada. ¿Por qué no puedo hacerlo con ella también?
Volvió a besarme, mientras me quitaba la ropa.
Se siente frío...
-Ayudame con tus jeans.
Me quedé en calzoncillos, aún no lograba ponerme tibio siquiera. Ella volvió a sentarse encima, moviéndose raro.
Si tan sólo fueras Mikasa, ya estaría penetrandote.
Ella... imaginé por ese instante su pelo oscuro, su piel pálida y esos ojos llorones.
Tome su cintura y la acerqué para besarla tratando de no abrir los ojos para no perder el encanto.
Me puse encima y abrí sus piernas.
Traté de ignorar todo, aún cuando por dentro sentía como me hacía pedazos, no la miraba a la cara porque sabía que no encontraría los ojos oscuros que me hacen sentir placer dentro de esa habitación blanca.
Me puse el condón y volví a ver a la pelinaranja... no puede ser.
Mierda... ¿Por qué es tan difícil hacer esto ahora?
Sólo es sexo... cómo lo harías con cualquier otra. Sólo es otro par de piernas, otros labios y una más que podrás abandonar cuando termine la noche.
Ella notó lo indeciso que estaba y me rodeo con ambas piernas para acercarnos, una vez dentro se aferró a mí. Se siente caliente pero no siento nada. Ella nunca será Mikasa, por más que lo force.
De todas las mujeres con las que me metí... ¿Por qué la que se viene a mi mente es Mikasa?
Desearía ser el bastardo que necesita para calmar sus ganas.
¿Acaso ha cambiado algo en mí?
Cada vez que me besa se queda ese sabor amargo que me está matando por dentro como ácido hasta que todo termina.
Me levante de la cama y la dejé acostada con el cabello desarreglado. Tomé mis cosas y me fuí. Cansado y sintiéndome tan sucio por haber hecho eso.
No quiero volver, no puedo seguir con esa porquería, le ofreceré dinero pero yo no vuelvo a tocarla.
Subí a mi motocicleta y me fuí a toda velocidad.
Quiero quitarme de encima sus asquerosos fluidos, sus malditas marcas y su olor.
Horas antes en Redemtion...
Tomo el teléfono que robó horas antes cuando Levi estaba con ella y comenzó a buscar algún registro.
-Nada, no hay nada.
¿Arriesgarse o no?
Sacó la tarjeta de acceso que tomó de los bolsillos de él, antes de dejarla.
Recordaba perfectamente los pasillos por los que entró, hasta llegar a la recepción y comenzó a buscar tranquilamente en los registros de visita. Cuando la dejaron ahí, sus padres tuvieron que firmar una hoja de registro.
Petra Ral... Hora de visita 15:33 p.m. Hora de salida, sin registro. Teléfono 55-261-00-89
-Debe ser ella- pensó- fuera de ese nombre no hay ningún otro de hoy.
Abrió una puerta más y el aire frío le acarició la cara después de tanto tiempo.
Todo en lo que pensaba era en deshacerse de la intrusa. Sin embargo en su condición actual era imposible, podía burlar la seguridad interna pero atravesar aquel portón con los guardias de seguridad cuidando no era una tarea fácil, además de desconocer por completo la ciudad y tener información casi nula de su siguiente víctima.
-Maldita sea.
Volvió a su habitación mordiéndose las uñas hasta lastimarse.
-Si lo pierdo... ¿Qué voy a hacer?
¿Qué significaba Levi en su vida?
Era una cuestión que sólo ella comprendía.
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REDEMTION
FanfictionLevi Rivaille es un enfermero solitario y común, Mikasa Ackerman es una enferma mental con antecedentes por intento de homicidio, después de un arreglo en su caso, llegará a Redemtion, el hospital psiquiátrico más prestigioso de su ciudad, sin embar...