Miraculous: Fictober 2018

Karaoke

Adrien nunca se había sentido tan afortunado como cuando consiguió otra oportunidad de Ladybug. Él le había asegurado que había llegado a la cita a diferencia de ella, y cuando se armó un ida y vuelta de quien plantó a quien, decidieron reunirse una última vez.

Esta vez, buscó un lugar más privado en la noche parisina, la única forma de que su padre lo dejara salir, es decir, escapar.

Tenía un conocido con un karaoke exclusivo en los suburbios de París, que no podía negarle nada a Adrien Agreste, después de que se sacó una foto con él hace un par de meses y las ventas de su local aumentaron.

En esas situaciones, les gustaba ser famoso.

Ansioso, esperó en un cuarto de Karaoke a que la chica llegara de una vez por todas.

—Tiene que venir —se dijo a sí mismo, Plagg salió de su chaqueta y lo miró indignado.

—Vendrá —le aseguró. Despues de todo, la chica no falló la última vez.

Cuando llegó la hora acordada, unos golpes a la puerta, hicieron que Plagg se ocultara. Adrien se acomodó la corbata verde que traía puesta y se dispuso a abrir la puerta. Se sorprendió cuando se encontró con Marinette del otro lado de la puerta, entallada en un bello vestido rojo y el cabello tomado a un lado.

—¿Marinette?

—¡Adrien! —exclamó, y enseguida se sonrojó—. Disculpa, creo que me equivoqué —dijo avergonzada. ¿Otra vez se tenía que encontrar a Adrien? ¡Parecía broma! — Adiós —y antes de que se pudiera retirar de la puerta, Adrien la detuvo, aunque el rubio no sabía por qué lo había hecho.

—¡Lo siento! —dijo soltándola de pronto, cuando los ojos celestes de Marinette lo miraron con intriga, realizó una mueca para ocultar tu nerviosismo—. Que te vaya bien —y cuando la chica volvió a despedirse, el Kwami de la destrucción no lo soportó más y salió de la chaqueta de su elegido.

—¡Ya basta! —protestó.

—¡Plagg! —exclamaron los dos al mismo tiempo, haciendo que se miraran sorprendidos— ¿Cómo?

—Hola —Plagg ignoró a su portador y se acercó a la chica de cabellos azulados—, es un placer volver a verte, my lady —dijo en forma de coquetería.

—Hola —Marinette saludó por inercia al Kwami frente a ella. Quien, tras recibir su saludo, se acercó a la carterita de la chica para llamar a Tikki.

Aún con ambos Kwamis frente a ellos, no podían creer lo que veían.

—¿Está más claro así o los transformamos? —dijo Plagg fastidiado.

—Imposible —musitaron ambos.

—¡Tikki! —Plagg la miró fastidiado— ¿Puedo usar mi cataclismo en ellos?

—No, Plagg —Tikki que también estaba hastiada de la situación, frenó a su compañero—, aún los necesitamos para salvar a Nooro.

Adrien y Marinette se miraban fijamente él uno al otro, quizás esa noche de Karaoke iba a ser bastante larga.