El comienzo del juego (2)

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Narrador: Scarlett

Los días habían transcurrido desde aquel último encuentro con Randy. Al parecer, por medio de los medios de comunicación, Randy había tenido un viaje hacia las Europas, por parte de trabajo, al parecer era uno de los contratos más importantes para ella y gracias a eso, permanecería unos meses allí.

Mientras que por mi parte, los clientes seguían siendo los mismos, y al parecer John era uno de los mejores. Había pedido permiso a mis jefes de pasar un fin de semana al lado del gran empresario, y por el simple hecho de ser millonario, había aceptado, haciéndome ganar 10,000 dólares.

Los chicas y yo nos veíamos más seguido, salíamos de compras y a comer, simplemente todas nos extrañábamos.

Me levante delicadamente de la cama, mientras me dirigía al baño para tomar una rápida ducha. Había estado muy ocupada y agitada los últimos días que no me consentía salir a correr y hacer un poco de ejercicio, así que por primera ves en mucho tiempo, había decidido romper mi rutina.

Abrí la llave haciendo que el agua cayera sobre la tina, hice mi rumbo hacia el lavabo para lavar mis dientes y hacer unas cuentas cosas necesaria. Deje caer la ropa de ceda hacia el piso, mientras poco a poco comenzaba a sumergirme en las burbujas con agua ligeramente caliente. Prendí el reproductor de música, al sentir mi cuerpo comenzar a relajarse me hundí completamente en la tina, sintiendo mi cuerpo completamente empapado de burbujas, por primera ves en mucho tiempo estaba teniendo un poco de tiempo para mi misma.

Siempre que tenía trabajo era agotador, pasar una noche haciéndole creer a un hombre que es una bestia en la cama no era fácil, ni mucho menos cuando no son capaces de darte un poco de placer o al menos de aguantar más de media hora. En los pocos años que tenía dándole placer a los hombre, ni una sola ves había conocido a alguien que realmente me hiciera sentir mujer, que me diera placer o al menos hacerme llegar a un gran orgasmo haciéndome querer más. Nunca antes había tenido a alguien realmente sea bueno en la cama. Nadie era bueno, ni mucho menos para mi. Era desgastarte la voz en algo que realmente no valía la pena.

Tome un rápido suspiro, mientras tomaba un poco de juego de naranja para después agarrar el libro que se encontraba en el borde de la tina, 'Orgullo y decepción". Era uno de mis libros favoritos, lo había leído aproximadamente más de cinco veces, las hojas y los bordes de aquel estaban completamente desgastadas de tanto tiempo ocupándolo, pero no podía culparme, era algo en donde me sumergía en otra vida, me sumergía en una vida realista pero a la vez anormal, tenía tantos escenarios que no me era necesario viajar para conocer hasta el último rincón del mundo. Con aquel libro había encontrado un entretenimiento, había encontrado en donde perderme cuando ya no podía más, había encontrado mi desahogo desde el día que entre aquí.

Tome la toalla para envolverla en mi cuerpo, me dirigí hacia el closet. No necesitaba nada elegante esta vez, simplemente saldría a la playa y tendría un día conmigo.

Tome unos shorts de mezclilla que llegaban entre en medio de las piernas, una blusa delgada de color rosa claro, mientras que en pies llevaba unas sandalias. Tome mi bolso, empacando todo lo necesario, bikini, protector solar, ropa limpia, toalla, celular y dinero.

Tome las llaves del auto y baje rápidamente las escaleras, las chicas no se encontraban en casa, habían salido al parque al cual me invitaron pero yo simplemente me negué. Me subí al carro y lo puse en marcha hacia la playa, eran aproximadamente cuarenta minutos de viaje. Podía ir a la playa pública, pero simplemente quería estar en paz, sin ruido ni mucho menos con depravadores.

No mucho tiempo después me encontraba estacionando el auto, al parecer no había ni una sola persona, lo cual me parecía genial. Me dirigí al portero que rápidamente me dio la entrada, lo más pronto posible sentir la delicada brisa pegar sobre mi rostro, sentir el viento despeinar mi cabello y oler el delicioso aroma del agua salada. Simplemente era perfecto, no había esperado más de aquel día.

Amor oscuro y peligroso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora