Amor oscuro y peligroso

Capituló (28)

Capituló 28. Karma.

Verónica Valdés.

El agua caliente caía lentamente sobre mi cuerpo, haciéndome relajarme y disfrutar de aquella ducha. Unte shampoo de frutas sobre mi cabello y después enjabone mi cuerpo.

Diez minutos después, enrollé una delgada y blanca toalla sobre mi cuerpo, para después adentrarme al armario y tomar mi uniforme de trabajo. Unté crema sobre mi cuerpo, retoqué mi rostro y coloqué el uniforme sobre mi, para después bajar a la cocina y poder preparar el desayuno.

Tome pan blanco y lo coloqué sobre la tostadora, me dirigí a la lasaña y tome un pequeño tarro de mermelada de arándanos, piqué fruta, al mismo tiempo que servía un poco de leche de almendra. En menos de treinta minutos tenía el desayuno listo, me encontraba untando la mermelada sobre los panes calientes, cuando sentí unas gruesas manos colocarse sobre mi cintura al mismo tiempo que sentía sus labios dar un beso sobre mi mejilla.

Suspire pesadamente y cerré los ojos.

"Buenos días" dijo su voz rasposa.

"Buenos días" dije amablemente. "El desayuno está listo, puedes tomar asiento"

Asintió y tomó asintió enfrente mi. Sonrió.

Tomó el control remoto cambiando de canales hasta encontrar en noticiero. Odiaba que todas las mañanas quitara mi programa matutino para poner a las noticias. Rodé los ojos, mientras daba un trago a mi café.

Jugaba con el tenedor, que se encontraba en mis dedos, mi mirada se dirigió al pequeño anillo bien acomodado sobre mi dedo. Suspiré, hace un mes me habían pedido matrimonio a lo cual había aceptado.

Dirigí mi mirada a la pantalla, una mujer hablaba. "Y pasando a otras noticias, la gran empresaria americana, Randy Ridley, dueña de la gran empresa de transporte 'Ridley's'...."

Sentí mi corazón latir fuertemente. Después de tres años había vuelto a escuchar el nombre de la rubia. "Sus empresas fueron cerradas, sus cuentas de banco fueran congeladas al igual que todas sus propiedades alrededor del país. Al parecer fue la cabecilla de toda una red de narco-tráfico. Ridley se encuentra fugitiva, pero las personas que trabajan para ella han sido detenidas, entre ella John Smith, los hermanos Jordan y el ya conocido, Charlie Watson..." la mujer del televisor suspiro. "El gobierno norteamericano a declarado a la mujer como su enemiga número uno, si alguien la ha visto o sabe algo sobre su paradero, por favor informen a las autoridades"

Una fotografía de Randy Ridley apareció en la pantalla del noticiero, se veía hermosa, su cabellera rubia se encontraba amarrada en una pequeña moña, llevaba sus lentes y un traje negro. Después de tres años de la captura de Charlie todo había salido a la luz, habían descubierto a Randy y a su red de narco-tráfico, se encontraba prófuga de la justicia, había perdido todo y huía como una rata. El karma existía.

"Randy Ridley es una perra..." dijo Sebastián con un asentó británico. "Espero que la encuentren y la condenen a silla eléctrica"

"Solo espero que la logren capturar, es muy peligrosa..." susurre.

"Sí, ese tipo de persona no merecen andar por ahí en las calles" Sebastián dio un gran mordisco a su pan con mermelada. "Es un demonio disfrazado de ángel"

Asentí. Totalmente de acuerdo.

Tres años me habían servido para olvidar a Randy, había intentado sacarla de mi corazón pero me había dado cuenta que eso sería completamente imposible, la mujer estaría clavada en mi como un maldigo clavo. Aprender a dejar de pensar en ella, aprender a dejar de amarla y aprender a creer que una vida sin ella podría ser mejor, aprender todo aquello me había costado, mucho.