15.

21 6 0
                                    

Everyday Is Christmas Sia.

15.

THALIE:

La navidad para mí siempre supuso una época de alegría y festejo.

Mamá me había enseñado que a pesar de todo lo malo del año, la navidad era ese momento conclusivo donde decidías si permitir que esos malos tiempos te arruinaran la célebre ocasión o simplemente digerirlos y dejar que solo te hicieran una persona más madura y mejor para futuro.

Entre alegres villancicos y luces por doquier, la navidad era la fiesta más grande y perfecta de los 12 meses del año.

Y qué decir de la celebración de fin de año. Eso era gigante e increíble.

Siempre a medianoche encendíamos los «globos de los deseos» como mamá los había llamado.

Cada miembro de mi familia venía a casa para esa fecha y todos teníamos un globo de un color, y ese color era para siempre, hasta que alguien ya no estuviese más y finalmente el color volviera a estar disponible.

El mío era el azul rey, papá usaba el blanco pues era el de mamá, Emma el purpura, Josh el azul marino y mis familiares variaban entre el amarillo, rosa, verde, anaranjado, rojo y así consecutivamente.

Ese año sería diferente pues Dylan traería a su familia, y conocería a sus padres y hermano.

Hoy faltaba una semana para Noche Buena y era la fecha límite para comprar los regalos, así que mi estrategia era apartarme de mi familia en la salida de compras navideñas y aprovechar mi tiempo a solas para comprar todo lo de la lista.

Tenía el dinero suficiente para comprar todo lo que estaba en la lista luego de mi pequeño regalo navideño que habían decidido darme los ejecutivos de la compañía de papá, había sido divertido asistir a la cena anual de Navidad previa a sus vacaciones.

Reí recordando la cara de sorpresa de papá, estábamos a mitad de la cena cuando una de las asistentes del departamento de economía se acercó a su superior que rio con complicidad antes de hacer señas a uno de sus compañeros.

Cuando me di cuenta, todos se habían arremolinado cerca de mi asiento junto a papá.

― Señorita Weinmann. –Se aclaró la garganta Karl, de departamento de Relaciones Públicas.

― ¿Sí? –Me giré dejando el tenedor sobre el plato.

― Le hemos preparado un pequeño gesto de agradecimiento por...–Carraspeó Günther de Finanzas.

― ... sus acciones este año: las fiestas de cumpleaños de nuestros hijos fueron inolvidables gracias a usted. –Sonrió Erika de Publicidad.

― No fue nada, no tienen que agradecerme nada, me di por pagada por la felicidad de ellos. –Sonreí tímida.

― De igual forma hemos decidido entre todos darle una especie de plus a su regalía navideña. –Rieron. –Ha participado indiscutiblemente y sumado en positivo a su empresa como una aprendiz, y dado a que su padre decidió darle una regalía, hemos querido sumar un par de fracciones a la cifra. –Pestañeé perpleja hacia papá.

― No tengo idea de lo que ellos han planeado. –Dijo papá desencajado. –Tenía planeado darte una regalía, sí, pero ese plus era desconocido para mí. –Enarcó una ceja.

― Nos hemos tomado la molestia de transferirlo directamente a su cuenta corriente. –Tomó la palabra Günther.

Recuerdo haber tomado mi móvil de mi chaqueta y revisar mi estado de cuenta tenía unos 200.000 euros demás.

Thalie: Sentimientos Perdidos [Sentimientos #1]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora