23.

19 6 2
                                    

Say Something A Great Big World & Christina Aguilera.

23.

THALIE:

Abrí los labios sin saber muy bien que decir, es decir, la conversación iba fatalmente, ninguno sabía que decir, qué hacer, como actuar.

Parecíamos... desconocidos, y eso me dolió como nunca.

Pero más me dolía lo que sus palabras insinuaban, por lo que simplemente deje salir las mías.

― ¿Y se supone que ella es más importante que cualquier plan, eso intentas decir, Daniel? —Reí incrédula.

― Yo... no es lo que quise decir, T. Tú... tú tendrías que entenderme. —La acidez en su tono me alarmó.

― ¿Tendría que... de qué hablas? —Fruncí el ceño, ese no era mi Josh, no era mi mejor amigo.

― Oh, vamos, Thalie, tienes a Dylan y gracias a él yo pasé directamente a un tercer plano de golpe. —Rio amargo y bufó. —Deje de ser prioridad para ti.

― Y qué pretendías, ¿eh? ¿Qué te tuviera en la misma posición cuando tú fuiste el primero en desplazarme por otra pelirroja? —El sabor amargo de esa realidad me escoció en la garganta.

― ¡Y tú a mí por otro rubio, ¡y platinado!! —El reclamo en su voz, fue más allá de la exclamación en su subida del tono... algo no me estaba diciendo.

― Eres quien menos derecho a reclamar posee. —Contenía cada vez con más fuerza las ganas de llorar, esta pelea me sabia a acido desintegrando nuestra amistad... nuestra vida.

― Estoy reclamando absolutamente nada, Thalie. —Otra vez esa amargura en su voz, una sensación desagradable me recorrió de pies a cabeza cuando me acerqué y le vi a los ojos.

― Esto es por ella, ¿cierto? —Guardé silencio, no respondió. —Dime... es verdad, ¿no? Tengo razón. —Siguió sin responder— ¡Demonios, Nienmann, dilo: Micaela te envenenó el pensamiento, con ella has reemplazado todos los planes que establecimos, ¡por un demonio, Josh, ¿con que diablos te convenció de sus porquerías?! —Un sollozo se me escapó, y lo cubrí con mis manos.

Suspiró, pero de su boca no salió más sonido que una risa rota, ahí, frente a mí, en plena estación invernal, bajo los copos de nieve descendientes del cielo juré ver a un fantasma de mi amigo, de él.

Di dos pasos hacia atrás, trastabillando, habíamos parado de caminar cuando llegamos al parque más cercano a mi casa. La nieve no cesaba y caía en nuestros cabellos y gorros, adornando la amargura del momento con su fría y blanca presencia.

Reí rota y di la vuelta, con las manos resguardadas en guantes de cuero dentro de los bolsillos del sobretodo verde bosque que me resguardaba del frío, cabizbaja comencé a rehacer mi camino a casa, y como si el crujido de la nieve bajo mis pies al andar lo hubieran despertado del ensimismamiento en que se auto condujo, su voz volvió a la vida.

― ¿A dónde vas? —Sonó como un susurro, pero como el silencio atosigador de la noche nos acompañaba, escuché claramente.

― A casa. —Respondí sin más, no había más que decir y eso era más que evidente, dolía, ¿para qué mentir? Me acribillaba la sensación de quebradura.

― Pero...—Me di la vuelta, esperando algo más, nunca llegó.

― Pero nada, Josh, tú has decidido que esto sea así. —Me encogí de hombros, intentando aparentar indiferencia y suspiré. —Cuando decidas que ya es tiempo, búscame, siempre estaré para ti, lo prometí; y pienso cumplir. —Asintió y me vi obligada a tragar duro para no llorar, y retomé mi camino hacia casa, donde el calor de la calefacción me envolvió.

Thalie: Sentimientos Perdidos [Sentimientos #1]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora