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Había evitado mi deber como nieto por dos días, cuando arribé al ocaso la próxima noche, vestía jeans y una apretada remera, que me daba la imagen de un ninja (que ciertamente habría avergonzado a Jeongguk), y conduje hasta el Lado Oeste hasta la casa de mi abuelo. Desdichadamente, hasta el luchador-feliz Park tenía miedo al rechazo, así que estuve parado frente a su estrecha puerta, incapaz de obligarme a mi mismo a golpear, cuando la puerta se abrió con un chirrido.

Mi abuelo miró hacia fuera a través de la puerta de aluminio.

"¿No ibas a venir a hablar con tu abuelo?"

Lágrimas de duda, de alivio, de amor, inmediatamente brotaron fuera. Me encogí avergonzado.

"Ah, jeez, pequeño. No empieces con eso." Él empujó la puerta para abrirla, manteniéndola abierta con sus pies, y con los brazos abiertos. Me moví hacia ellos, y lo apreté en un fuerte abrazo. Tosió. "Tranquilo ahora. Tienes un poquito más de fuerza en esos músculos desde la última vez que hiciste esto."

Lo liberé y limpié las lágrimas de mi cara.

"Perdóname, abuelo."

Sostuvo mi cara con sus manos de oso y besó mi frente.

"No te preocupes. Entra." Me moví dentro de la casa y oí el cierre de la puerta detrás de mí.

La casa de mi abuelo -una de las casas- no había cambiado en todos los años que la recordaba. El mobiliario era simple y hogareño, las paredes adornadas con fotografías familiares de mis tías y tíos- el hermano de mi padre, sus dos hermanas y sus familias. Mi tío y tías habían soportado su educación con significativa más gracia que mi propio padre, y yo envidiaba la simple relación con sus hijos y mi abuelo. Ninguna familia era perfecta, lo sabía, pero yo había tenido que vivir una farsa por la escala-social de mis padres todos los días.

"Toma asiento, cariño. ¿Quieres galletas? Tengo Oreos."

Le sonreí y me senté el sofá floreado.

"No, gracias abuelo. Estoy bien."

Él se sentó en un asiento reclinable, y se inclinó hacia delante, con sus codos sobre las rodillas.

"Tu padre me llamó cuando la Casa lo llamó a él." Él se detuvo. "¿Fuiste atacado? ¿Mordido?"

Asentí.

Él me miró. "¿Y todo está bien ahora? ¿Tú estás bien?"

"Eso creo. Quiero decir, me siento bien. Me siento igual, excepto por la parte vampírica."

Él se rió bajito, pero su expresión se serenó rápidamente.

"¿Sabes sobre el ataque de Jonathan Porter? ¿Eso fue parecido a tu ataque?"

Asentí nuevamente.

"Yoongi y yo vimos la conferencia de prensa en la televisión."

"Seguro, seguro." Mi abuelo comenzó a hablar, pero pareció que lo pensó mejor. Estuvo en silencio por un momento, el tictac del reloj de pared era el único sonido en la casa. Al final levantó sus ojos preocupados hasta los míos. "Tu padre pidió que la policía no se involucrara en tu ataque. Pero tu nombre estaba en el diario, así que la ciudad sabrá que fuiste cambiado. Que eres vampiro ahora."

"Lo sé," le dije. "Ya he recibido llamadas de los reporteros." Mi abuelo asintió.

"Seguramente. Habría esperado eso dado la notoriedad de tu padre. Francamente, Park, no esconderé una investigación policíaca, no para crímenes de esta magnitud. No puedo en mi buena conciencia hacer eso, no cuando un asesino sigue suelto ahí fuera. Pero yo tengo bastante tirón para guardar la naturaleza de tu transición bajo las envolturas, solo para unos pocos detectives selectos. Si podemos limitar el acceso a esa información, mantenerla en una básica base de datos, no serás llamado cómo la víctima potencial del asesino. Podemos impedir que la prensa se entere sobre eso, y podrás aprender a vivir como un vampiro, no sólo una víctima de ataque. ¿Okay?"

Algunos Chicos Muerden [KookMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora