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Pensé que estaba en un ataúd. Pensé que yo había sido la causa de alguna terrible broma de Navarre, o algún horrible ritual de novatos, y había sido metido en una caja de pino como el chico muerto que una vez pensé que era.

Empezando a hiperventilar, agarré las mantas alrededor de mí, luego golpeé las paredes, gritando para que alguien me dejara salir.

Caí hacia delante cuando Yoongi abrió la puerta, aterrizando de cara en sus acolchonadas pantuflas. Con la cara sonrojada por la vergüenza, me levanté, escupiendo fuera los pedazos de pelusa de poliéster rosa.

Fue demasiado para el vampiro de trasero duro que se suponia que era.

La voz de Yoongi estaba estrangulada, y podría decir que él estaba trabajando duro para no reírse.

"¿Qué Demonios?"

"Mala noche. Realmente una mala noche."

Me senté en el piso, envolviendo mis piernas debajo de mí, y comprobé el estado de mi brazo. Estaba de rojo langosta desde los dedos hasta el codo, pero las ampollas se habían ido. La sanción supernatural era un truco hábil para los vampiros distraídos, aunque hacía a mis enemigos más difíciles de matar. Ojo por ojo, supuse.

Yoongi se agachó a mi lado.

"Jesús, Park. ¿Qué le pasó a tu brazo?"

Suspiré y pasé unos segundos revolcándome en mi autocompasión.

"Vampiro. Luz del sol. Poof." Dije moviendo mis brazos formando una nube. "Quemaduras de tercer grado."

"Cariño, ¿por qué estabas durmiendo en el armario?"

No lo quería avergonzar reviviendo sus tardías payasadas nocturnas, así que me sacudí la pregunta con un encogimiento de hombros.

"Me quedé dormido muy cerca de la luz del sol, y me metí aquí dentro."

"Vamos," él dijo, tomando mi codo libre, ayudándome a ponerme de pie.

"Pongámosle al menos algo de aloe a tu brazo. ¿Duele un montón?... No respondas eso. Tienes un título en Literatura y tienes problemas en atar juntos un sujeto y un predicado. Sacaré mis propias conclusiones."

"Yoongi!" La voz de Namjoon retumbó en las escaleras.

Yoon convirtió su boca en una apretada línea y me dirigió hacia la cocina.

"Ignóralo," el me aconsejó. "Se parece a la plaga bubónica, se irá si le das el tiempo el suficiente."

"! Yoongi! ¡No hemos terminado! ¡Vuelve aquí!"

Levanté la vista hacia las escaleras.

"¿No lo habrás dejado esposado a la cama o algo, no?"

"Jesús, no." Me relajé exageradamente, hasta que continuó. "Mi cabecera de la cama es de una sola pieza de madera. No hay nada donde lo pueda esposar."

Gemí y traté de borrar la imagen de un desnudo, esposado Namjoon, retorciéndose en la cama, de mi mente.

No quería decir que esa fuera una mala imagen, pero todavía. . .

Yoongi siguió guiandonos hacia la cocina.

"Él está molesto porque no piensa que yo le esté prestando atención a sus incesantes endemoniadas lecturas de magia." Su voz bajó de volumen, y el imitó, "Min Yoon Gi, eres un hechicero de clase cuatro con deberes y obligaciones, blah, blah, blah. Creo que entiendo ahora porque la Orden le dio una patada; él era demasiado mandón hasta para ellos."

Algunos Chicos Muerden [KookMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora