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Mary

No supe en qué momento llegamos a Springfield ni cuando habíamos llegado al hotel. Sólo sabía que Izzy me había cargado desde que teníamos que bajarnos del avión hasta que me dejó en la cama del hotel.

Estaba bastante cansada de llorar, en el avión sentía mis ojos hinchados y me ardían horrible, además de que no había dormido bien el día anterior por estar llorando. Aparte tenía bastante hambre, pero me era más urgente dormir.

Los rayos del sol me pegaban de lleno, haciendo que me despertara. Me tallé los ojos y miré que estaba sola en la cama. Me senté y me estiré mirando la vista de la alcoba que estaba a mi izquierda.

– Pensé que nunca despertarías –Izzy se burló, rodé los ojos y me encogí de hombros.

– Lamento que de tanto llorar no haya dormido bien.

– Y que no hayas comido de paso –Tomó un cigarrillo del tocador y salió a la alcoba a fumarlo–. Son geniales las vistas, ¿no crees?

– Sí, lo son –Me levanté y me puse a un lado de él.

– Necesito que me digas dónde será el velorio de tu madre, porque tu prima no me dijo nada durante la llamada –Sacó humo por la nariz.

– De acuerdo, deja desayuno y me baño –Sonreí con tristeza.

Desayuné lo que él había pedido, Izzy se había sentando en el sillón mientras tocaba la guitarra con un vaso de alcohol en la mesa junto a un cuaderno y una pluma.

Me metí a bañar mientras intentaba calmarme mentalmente de que podía verla por última vez sin llorar. Quería estar fuerte para ese momento porque sé que esto es un antes y después.

Salí de bañar acompañada de dos lágrimas rebeldes que alcanzaron a salir, me las limpié con la palma de la mano y me cambié tarareando “Hotel California”, una de las canciones favoritas de mamá.

Tomé unos lentes de Izzy para después ir con él; en cuanto me escuchó, dejó la guitarra y se levantó. Él estaba cambiando desde que estaba despierta.

– ¿Esos no son mis lentes? –Arqueó una ceja.

– Puede ser –Me encogí de hombros. Se acercó y entrelazó nuestras manos.

– Podrás hacerlo, y si crees que no lo podrás hacer, estaré aquí sosteniéndote para que lo logres –Besó mi mejilla delicadamente.

( . . . )

Bajamos del taxi sin antes pagar, apreté la mano de Izzy recibiendo como respuesta que con su pulgar acariciara mi mano.

Suspiré y comenzamos a caminar hacia el recinto donde estaba el velorio de mi madre. Entramos y las miradas se posaron en nosotros, Izzy susurró un “Yo creo en ti, puedes hacerlo”. Saludamos a la gente que estaba y todos me daban el más sentido pésame.

– No vendrá Adam, Mary –Katherine me dijo cuando estábamos recargadas en la pared.

– Maldito imbécil –Espeté enojada–. Sabía que él no sería tan estúpido como para venir al velorio de su primera esposa.

– Sé que no fue la mejor persona en el mundo, pero debes tenerle respeto.

– La gente se gana el respeto, no se le regala solamente porque tenga una etiqueta que diga que es familiar tuyo, y él nunca fue un familiar mío más que el tarado que dió su esperma y se fue.

– Es la primera vez que te escucho hablar así –Izzy me dió un vaso con café al igual que a Katherine.

– Créeme, es peor que eso cuando se enoja más –Kath le dió un sorbo al café–. Los dejo, tengo que checar unas cosas.

– ¿De quién hablaban tú y Kath?

– No vale la pena que lo mencione en estos momentos, Jeffrey –Suspiré y le di un sorbo al café.

– De acuerdo. Por cierto, le marqué a Axl y me dijo que Steven se fracturó la mano y que tuvieron que buscarle reemplazo. Pobre popcorn, le ha pasado de todo.

– Ustedes le han hecho pasar de todo, como cuando le quitaron parte de su batería en el primer ensayo –Le miré mal y negué con la cabeza.

– Lo peor es que nunca encontró las partes –Se rió y tomó de mi café–. ¿Te he dicho que te me haces linda cuando sonríes?

– ¿Me estás ligando o me intentas subir el ánimo? –Me reí y le miré confundida.

– Lo primero que te hiciera reír –Se encogió de hombros–. Bueno, quiero salir a fumar.

– Te acompaño.

– ¿Vas a fumar? –Me miró asombrado– Ni loco te dejaría que fumaras, tú no mereces estar dependiendo de esto.

– Pero si ustedes son una chimenea por fumar tanto, yo solo quiero un cigarrillo –Reclamé.

– No fumes, házlo por tu madre.

– No metas a mi mamá, Isbell –Le miré mal.

– Ella es la persona que más amas, ¿no?

– Claro que sí, pero eso no justifica que no debo hacer unas cosas. Es mi vida, Izzy.

– Pero yo te estoy protegiendo y cuidando –Entrelazó nuestras manos–. Sólo dejaré que des una calada, ¿de acuerdo?

– Va –Rodé los ojos y caminamos hacia la salida sin soltarnos.

– No sé qué pasaría si te sucediera algo y yo estuve ahí para evitarlo –Dijo cuando le había pasado el cigarrillo–. Eres de las mejores cosas que me han pasado y realmente no quiero que desperdicies tu vida en cosas que no valen la pena. Cómo quisiera que todo el mundo supiera lo grandiosa que eres y que entiendan que no eres como las otras chicas que buscan fama, drogas o sexo. Jodidamente no lo eres.

– ¿Por qué me dices esto? –Suspiré nerviosa, tenía nervios de que Izzy me dijera algo importante en este momento tan crucial.

– Porque necesitas que alguien te lo diga en los momentos más necesarios.

Se acercó a mí y besó mi mejilla, frente, nariz y por último, la comisura de mis labios para después alejarse. Por unos momentos pensé que me besaría en los labios, pero no fue así.

– Eres especial, Mary. Aunque la gente te diga lo contrario, para mí eres lo más maravilloso de este mundo.

Se volvió a acercar a mí y podía jugar que ahora sí nos besaríamos, lo podía ver en sus ojos avellanas. Puso sus manos en mis mejillas y yo puse mis manos en su abdomen.

Estábamos rozando nuestros labios, nuestras respiraciones se combinaban, nos mirábamos fijamente.

Pensaba que al fin podría sentir sus labios sobre los míos, y sentía que era el momento más oportuno para que sucediera, lo presentía.

*******

Ok, al fin está pasando ALGO entre estos dos. Se tardaron casi tres putos años 😂

Reasons why I love you || Izzy StradlinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora