❄ Capítulo único ❄

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Seis largos años de amistad culminaron en una separación, cada quien tomando rumbos distintos y formando parejas durante ese período. Pero a pesar de la separación y de la agonía en los trabajos siempre tuvieron en mente visitar una casa distinta cada año para celebrar una de las fiestas más añoradas por las personas. Cenar y compartir juntos era el lujo de ellos, disfrutar de la cercanía y las anécdotas que pasaron durante el año era lo más cálido en la reunión, repartir regalos y las posibles sorpresas para el siguiente año nuevo. Y era lujo, porque era en las fechas que más podían compartir y versé.

—Hoy es el año que nos toca organizar la fiesta de navidad, Hyung. —metió un dedo en el tazón de la batidora, ronroneando por lo dulce y sabrosa que había quedado la mezcla de masa para las galletas que haría después.

—Lo sé, Chimchim —caminó hasta donde su novio y besó su mejilla. —Me alegra en demasía que otro año podamos ver a los chicos, y sea nuestro turno de compartir la casa con ellos. —sonrió, alejándose para tomar una bandeja un poco grande y de forma redonda, untando mantequilla en la orilla y en el centro.

—A mí también Hyung. Nuestros trabajos nos impiden vernos en el año... Pero tenemos esa certeza que para diciembre estaremos todos juntos. —suavizó una media sonrisa en su rostro, tomando una pequeña porción de la masa y haciéndola bolita. —¿De qué formas podemos hacer las galletas, cariño?

—Mm... El año antepasado las hicieron en forma de huevos, extraño. Y el pasado de forma de árbol de navidad. Haz las en forma del muñequito que sale en Shrek. —encogió los hombros, situándose a lado del pelinegro que esperaba su respuesta.

—¿Y de cual muñeco hablas? —giró el rostro, encontrándose a escasos centímetros del otro.

—Ese bebé... La galletita que habla y tiene botones de dulce. —besó de nuevo su mejilla. —¿No recuerdas?

—¡Oh sí! Pásame los moldes~ están en la alacena izquierda en una cajita plateada.

El mayor obedeció e hizo lo que pidió el pelinegro, buscando esa mentada cajita plateada. Cuando la encontró, buscó el molde referente a un muñeco.

—Aquí está. —surcó una sonrisa traviesa en el rostro. —No quieres que te ayude con eso...

—¡Sería estupendo! —se acercó al mayor, poniéndose de puntillas para dejarle un casto beso en los labios. —Haré pequeños círculos y tú vas haciendo las formas, ¿sí?

—Bien.

Jimin empezó a regar pequeñas formas circulares en la bandeja que el pálido había preparado para meter al horno, cuando todo el espacio se llenó, dejo que rubio hiciera los moldes, retirando el exceso de masa en las formas. Empezó a contar cuantas habían salido, y a puras eran veinticinco.

—Tranquilo amor, cuanto estas estén listas, hacemos las demás.

Asintió con las palabras del mayor y le sonrió, metiendo la bandeja al horno de la cocina, ajustó el tiempo y se lavó las manos, tapando la masa restante que sobró.

—Deberías de ducharte y arreglarte cariño~ —musitó dulcemente Jimin, alzando los brazos y juntando las manos detrás de la nuca de Yoongi. Mientras este lo abrazaba por la cintura. —Te amo~

Rozaron sus narices mientras sonreían y disfrutaban de la cercanía del otro.

—También te amo mi bolita de amor... —susurró cerca de los labios del pelinegro. Lo besó con delicadeza, queriendo transmitir todo ese amor que sentía por el menor. Acarició suavemente el belfo de Jimin entre sus labios, lamiendo y mordiendo después, sacándole un pequeño gemido al pelinegro. Aprovechó a meter su lengua y explorar la cavidad bucal, deleitándose del exquisito sabor de Jimin, jugaron un poco más con sus lenguas hasta separarse por la falta de aire, uniéndolos un simple hilo de saliva, cual fue cortado por otro beso pequeño de Yoongi.

MC ✧ BTS & Yym.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora