Capítulo 3

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Los dos se alejaron dejándonos solos a Ella y a mi, Yeisson volteó y me hizo señas para que aprovechara la oportunidad de estar sólo con ella.

Ella: ¿Vamos?
Saúl: Si, pero ¿te puedo pedir algo?
Ella: ¿Qué cosa?
Saúl: Terminando ¿podemos ir a la playa?
Ella: ¿Solo tu y yo?
Saúl: Sí -comencé a sentirme nervioso y sentí que mis mejillas se volvían a sonrojar-
Ella: Sí, queda cerca, si quieres nos vamos caminando.
Saúl: Está bien, ahora si vamos a comer.

Caminamos y entramos al restaurante, cada quien pidió lo que consumiría y como lo esperaba, la pesadilla llegó, Yeisson empezó a decir todas y cada una de las cosas que le he pedido que guardara, solo me ponía rojo de la vergüenza, pero no me importaba tanto lo que dijera, hasta que llegó un punto en el que casi dijo algo que siempre le he rogado que no mencione frente a las demás personas que recién conocemos.

Yeisson: ¿Quieren saber cómo le dicen a Saúl?
Saúl: Yeisson, no por favor.
Ella: ¿Por qué no?
Saúl: Porque me da un poco de pena -dije agachando la mirada-
Ella: Entonces que no nos diga, no tenemos problema en eso, ¿cierto?
Fernanda: Cierto.
Saúl: Gracias -dije dándole una sonrisa a Ella-
Narró Saúl
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Narra Ella
Saúl: Gracias -dijo dándome una sonrisa-

Esa sonrisa hacía que al verla sintiera una alegría que nadie más lograba dar, sólo le devolví la sonrisa y bajé la mirada.

Fernanda: Estás sonrojada.
Ella: No es cierto.
Fernanda: Tus mejillas dicen lo contrario.
Ella: ¿Enserio? -dije mientras me tocaba una mejilla-
Fernanda: Tranquila, tu ventaja es que lo sabes disimular.
Ella: Ambas sabemos que eso me ha ayudado siempre.
Fernanda: ¿Acaso el niño que yo pienso hizo que te pasara esto? -dijo con el tono más bajo de voz que pudo-
Ella: Fer, por favor no digas nada.
Fernanda: Ya bien, te dejo en paz.

Le iba a decir que iría con Saúl a caminar cuando termináramos de comer, pero en eso Luis le habló y se volteó hacia él, no quise interrumpir pues Luis hace días me dijo que Fernanda le gustaba, y me pidió que le ayudara a conquistarla, la verdad es que si hacen muy bonita pareja, y se tratan muy bien, supongo que un empujón a que empiecen una relación no les caería mal.

Mientras comíamos no parábamos de reír con las cosas que Yeisson decía, junto con Carlos quien le seguía la corriente, de vez en cuando volteaba con Saúl quien me veía con esos ojos llenos de vida. Cuando terminamos le pedí de favor a Carlos que se llevara a Yeisson en su carro, no tuve otra opción que contarle todo, a él no le puedo ocultar nada, aceptó en llevarse a Yeisson y me pidió que regresara temprano porque al día siguiente teníamos un viaje para conocer varios lugares. Se fueron en los carros y nos fuimos caminando a la playa.

Saúl: Entonces eres regia.
Ella: Por así decirlo sí, nací en Estados Unidos pero mis papás decidieron que viviríamos en Monterrey cuando tenía cinco años.
Saúl: ¿Hay alguna razón?
Ella: Ninguna en especial -mentí-

Cuando tenía dos años comencé a enfermarme muy seguido, un día mi mamá me llevó al hospital de urgencia pues mientras jugaba me desmayé, le dijeron que tenía principios de leucemia, nunca supimos por qué me dio si mi alimentación era buena y nunca presenté signos de anemia o falta de vitaminas, decidió traerme a Monterrey para tener un mejor tratamiento y por suerte se me quitó la enfermedad, o al menos eso pensamos. Casi nadie sabe sobre esto, y los que saben es porque son personas de mucha confianza, además de que no quiero darle cierta lástima a Saúl.

Saúl: No te veo muy convencida.
Ella: Créeme, no hay muchas razones.
¿Te gusta vivir en Ciudad Victoria?
Saúl: A veces si, toda mi vida está hecha ahí así que no me puedo quejar.
Ella: Bastante cierto -crucé mis brazos y decidí sentarme en la arena, Saúl hizo lo mismo y continuó hablando-
Saúl: ¿Tienes hermanos?
Ella: ¿Aparte de Carlos? -sólo me miró y lentamente su sonrisa desapareció-

Okey, vamos a aclarar algo, no es que siempre quiera involucrar a Carlos en mi vida ni mucho menos, sólo que quiero ver la reacción de Saúl al mencionarlo porque siento que de alguna manera le tiene celos a Carlos.
Narró Ella
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Narra Saúl
Ella: ¿Aparte de Carlos? -vuelve a salir él en nuestra conversación y no pude evitar borrar la sonrisa que había en mi cara-
Saúl: Sí, hermanos biológicos.
Ella: Tengo un hermano, es mayor que yo por tres años, antes de que él entrara a la Universidad solíamos hacer todo juntos, pero le ofrecieron beca y se fue a estudiar al extranjero.
Saúl: Supongo que fue difícil separarte de él.
Ella: Un tanto, sí, prometió visitarme lo más posible pero desde hace más de un año que no viene, a mi también me ofrecieron la beca para estudiar donde él está pero la rechacé porque no quería dejar solos a mis papás. Además de que aquí están todos mis amigos. ¿Tu tienes hermanos?
Saúl: Tengo una hermana que es menor que yo, tenemos una buena relación y la quiero mucho.
Ella: Espero un día conocerla.
Saúl: Lo mismo digo yo.
Ella: ¿Te puedo preguntar algo?
Saúl: Sí que pasó.
Ella: ¿Le tienes celos a Carlos?

En ese momento solo quise desaparecer, que la tierra me tragara, no tuve otra opción que voltear mi vista hacia el mar. Ella solo se quedó en silencio esperando mi respuesta, cuando voltee me encontré con sus ojos, su cabello rozaba con su cara y de nuevo apareció su hoyuelo en cuanto apretó los labios esperando a que hablara.

Desde que te conocí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora