Desde que te conocí.

Capítulo 5

A la mañana siguiente nos despertamos temprano, Fernanda se metió a bañar primero, mientras yo encendí mi celular, revisé mis redes sociales y un mensaje que tenía de un número que no tenía registrado.

???: Ojalá disfrutes el viaje hoy, espero verte en la noche.
Saúl.

Guardé el número de Saúl. Sonreí al ver el mensaje y apagué el teléfono. Cuando Fernanda terminó de bañarse me metí yo, me arreglé y cuando estuve lista, Fer me volteo a ver con cara picaresca.

Ella: ¿Qué tengo?
Fernanda: Te marcó Saúl.
Ella: ¿Enserio?
Fernanda: Sí, dijo que en unos 20 minutos te volvía a marcar -dijo dándome el teléfono-
Ella: Okey. Oye Fer.
Fernanda: ¿Qué pasó?
Ella: ¿Qué piensas de Luis?
Fernanda: Ella, no, ya la hiciste de cupido conmigo una vez y salió mal.
Ella: Pero fue porque el chavo no estaba interesado en ti.
Fernanda: Y Luis tampoco.
Ella: Tú cómo sabes.

Algo que tenía Fernanda es que a ella le importaba mucho su apariencia, ella es linda, tiene bonito cuerpo y cuando se arregla es una persona totalmente diferente, pero ella no lo veía así. Muchos chicos andaban detrás de ella pero los rechazaba pues sentía que no era lo suficiente para andar con uno de ellos. Pero Luis no era de esos chicos, para Luis, Fernanda era la persona más perfecta del planeta, él la quería por como era como persona y siendo honestos, no conozco mejor persona que Fer.

Fernanda: Porque simplemente lo sé.
Ella: Bueno, en el caso de que si estuviera interesado en ti. ¿Saldrías con el?
Fernanda: En el remonto caso de que lo estuviera, lo cual no existe tal vez si aceptaría.

Lo que Fer no sabía es que estaba grabando lo que hablábamos, cuando me dio el teléfono, sin que se diera cuenta abrí el chat de Luis, activé la nota de audio y se la mandé sin que se enterara.

Ella: Bien, entonces vámonos.
Fernanda: Vámonos que quiero llegar temprano.

Salimos y fuimos al cuarto de los chicos a esperarlos, cuando llegamos recibí una llamada de Saúl y me alejé de Fernanda para hablar con él.

Saúl: Buenos días bonita.
Ella: Buenos días.
Saúl: Espero y te la pases bien hoy.
Ella: Muchas gracias, ¿nos veremos más tarde?
Saúl: Sí, cuando llegues puedes marcarme o mandarme mensaje para ponernos de acuerdo.
Ella: Está bien, te dejo que ya nos tenemos que ir.
Saúl: Okey, te veo más tarde.
Ella: Adiós.

Regresé con los chicos y ya estábamos todos listos. Bajamos y Carlos pidió un taxi para que nos llevaran al lugar en el que habían contratado el viaje. Iba caminando cuando sentí que me jalaron hacia atrás haciendo alejarme de Fernanda y Carlos.

Ella: Me asustaste.
Luis: Perdón pero no quería que Fer nos escuchara.
Ella: Bien, ¿entonces?
Luis: La invitaré a salir regresando a Monterrey.
Ella: ¿Por qué no aquí?
Luis: Porque en Monterrey hay un lugar que Fer ama y la quiero llevar ahí.
Ella: Está bien, si necesitas que te ayudemos en algo...
Luis: Con gusto les pediré ayuda a ti y a Carlos.

El taxi llegó, todos lo abordamos y se dirigió hacia el lugar en el que nos habían citado. Cuando llegamos nos subieron a una lancha en la que nos llevaron a una isla, nos dieron un paseo en caballo por una parte de la isla, terminamos el paseo y pedimos de comer. Mientras estábamos comiendo a Carlos le llegó una llamada de mi mamá, se alejó para hablar con ella bien y cuando regresó no pude evitar preguntarle la razón del por qué le había marcado.

Carlos: Dijo que te estaba marcando pero que no le contestabas.
Ella: Se me olvidó el celular en el hotel.
Fernanda: ¿Qué no estabas hablando con Saúl?
Carlos: Ella.
Ella: ¿Qué? A estas alturas te tendrías que acostumbrar.
Carlos: De eso hablamos luego, lo importante es dónde dejaste el teléfono.
Ella: En su habitación. Cuando terminé de hablar con Saúl me fui a recoger el pelo y lo dejé en la mesa de noche que estaba ahí. Pero, ¿para qué habló?
Carlos: Me dijo que marcó tu doctor y dijo que tienes cita con él regresando del viaje.
Ella: Pero la cita me tocaba hasta dentro de un mes.
Fernanda: ¿Habrá pasado algo?
Ella: Quizás ya tienen el resultado del estudio que me hicieron antes de venir.
Luis: Solo espero que no sean malas noticias.
Carlos: Lo mismo digo.

Mi corazón se comenzó a agitar, sentía unos nervios que me dominaban, tenía miedo. Y ¿si algo había salido mal en los estudios?, ¿mi rango de vida habría disminuido?, ¿el medicamento no funcionó?
Miles de preguntas comenzaron a invadir mi mente, no estaba lista para esto, aún no me quería ir, tenía miles de cosas por hacer. Carlos notó mi cara de angustia por lo que se acercó a mi, rodeó mi espalda con su brazo y me acercó a él, recargué mi cabeza en su hombro y solté una lágrima, Fer me dijo que no estuviera así, que todo saldría bien, lo único que pude hacer fue sonreír y esconder mi cara en el cuello de Carlos.

Carlos: Saldrás de esta. Yo iré contigo a la cita y verás que son cosas buenas las que el doctor dirá.
Ella: No estoy lista para irme. Tengo miedo Carlitos.
Carlos: No te pasará nada, créeme que tendremos a Ella por muchos años más.

Solo lo abracé lo más fuerte que pude y traté de calmarme, no les quería arruinar el viaje, para tratar de distraerme fuimos a caminar a la playa en cuanto terminamos de comer. Después de rato, del miedo que tenía sentí una paz en mi cuerpo. Hicimos más actividades y después de varias horas regresamos, venía un poco más tranquila pero aún así no me quitaba las dudas de mi mente.
Llegamos al hotel y agarré mi celular, abrí un mensaje que tenía de Saúl y decidí contestar.

Saúl: Sé que te dije que llegando me avisaras para ponernos de acuerdo. Pero reservé una cena en un restaurante cerca de tu hotel. Paso por ti a las 9 en punto.
Ella: Está bien, te veo a las nueve.

Apagué el celular y revisé la hora, eran las 6:45, lo apagué y le dije a Fernanda que nos teníamos que ir porque la arena que tenía en el cuerpo me picaba y me quería ir a bañar. Nos despedimos de los chicos y nos fuimos a nuestra habitación.