Miedo

13. Miedo...

-Alfred- dijo ella quitándole los auriculares- ¿Que vamos a hacer al llegar?

-Una amiga nos viene a recoger - dijo él mirando a su teléfono- nada más bajar del avión, la busco y vamos con ella. No hagas ninguna declaración, ni les sonrías ni les hagas ningún gesto. Sacarán cualquier cosa de contexto.

-¿Y ya de paso porqué no dejo de respirar?- dijo ella sarcástica- A lo mejor lo sacan de contexto.

Era imposible que el asunto no saliese en las noticias.

-No ha pasado ni un solo día y aparte de Nueva York ya todo el mundo sabe que "La cantante y ganadora de Operación Triunfo 2017, Amaia Romero, víctima de una violación en la ciudad de Nueva York"- dijo ella leyendo la revista Cuore tal cómo decía.

-No lo hagas caso- dijo Alfred- va a ser la noticia estrella durante las próximas semanas. Vete acostumbrando.

-Seria noticia durante un año si me hubiera quedado embarazada- dijo ella rodando los ojos.

-Señores pasajeros, el vuelo con destino a Madrid está llegando a su fin. Por favor, abrochense los cinturones. El descenso está a punto de empezar.

Amaia hizo lo que la voz de aquella azafata indicaba. Se fijó en Alfred, quién cerraba sus ojos con fuerza e hiperventilaba.

Siempre había tenido miedo a los aviones, sobretodo en el descenso. Era algo que no podía superar

Entonces noto una mano encima de la suya, y cuando se giró se encontronazo con las uñas negras de Amaia encima de su mano, apretándola con fuerza.

Ella apoyó su cabeza en el hombro del chico, quién, a su vez, apoyó su cabeza en la de la chica.

I can see your head
in the crowd
Like the sun
through the clouds
You're always turning me
inside out...

-¿Que cantas?- dijo ella con una pequeña risa.

-Hay un cantante llamado Andrew Austin al que le compuse una canción una vez que fui a Canadá- respondió él- La canto siempre que pienso en tí.

-¿Porqué?- preguntó mirándole a sus ojos negros, quitándole un rizo de la cara.

-La compuse por tí- dijo él, apretándole la mano- La llamé Inside out, porque cuando pienso en tí me pones del revés.

-Que cursi- dijo ella riendo, dándole un beso en la mejilla.

A los pocos segundos, se encontraba en tierra. Bajaba su maleta de arriba de su asiento, con la ayuda de Alfred.

-Jope Alfred- dijo dando pequeños saltitos- déjame a mí, que yo puedo sola.

-Amaia, la rapidez no es que sea una cualidad tuya- dijo riendo.

-Eres un tonto- dijo dándole un golpe en el brazo.

-Pero te gusta este tonto- respondió él dándole un beso en la mejilla.

Ambos salieron, y en el camino hacia la puerta de embarque, las voces se hacían cada vez más altas.

Amaia paró en seco. La gente chocaba con ella. Pero seguía estática, sin mover los pies.

Alfred seguía caminando hasta que vio que la pamplonesa ya no estaba a su lado.

Soltó las maletas y las dejó tiradas en el suelo. A paso rápido fue hacia ella, quién hiperventilaba y soltaba lágrimas por los ojos.