Problemas.

9.5K 788 16
                                    

Sus ojos no se apartaban, ansiaba ver tal y como los demás aunque, ellos ya los habían visto primero. Notó al primer hombre que ingresó al campo, dejando paso al segundo, se notaba alto. Había la diferencia notable sobre quién lideraba el grupo. El tercer y, aparentemente, último integrante, era una mujer. Solo alcanzaba a ver un hermoso matiz rojo por su cabello. Apenas eran siluetas.

Conforme a que avanzaban pudo ver la diferencia clara de la familia Cullen con los recién llegado y entendió lo que Edward trataba de explicarle en ciertas ocasiones: estaban descalzos y sucios. Incluso, la pelirroja mantenía algunos rastros de hojas y ramas.

La mayoría intentó demostrar despreocupación, quienes se acercaron más fueron Jasper y Emmett. Podía haberse fijado incluso hasta en el líder, pero el aspecto salvaje de la muchacha ahí no pudo pasar por alto, estaba ligeramente aturdida.

 Entonces, notó que los ojos de esos recién llegados no eran ni dorados, mucho menos negros. Tenían una capa roja que resultaba escalofriante. Un rojo que nunca vio y tampoco deseaba verlo nuevamente. Puso una postura firme, tenía que al menos actuar como los Cullen. Confiada y valiente. El moreno daba un paso despreocupado hacia Carlisle.

—Creímos haber oído jugar a alguien —hablaba con un ligero rastro francés—. Me llamo Laurent, y ellos son Victoria y James. 

—Yo soy Carlisle y esta es mi familia: Emmett, Jasper; Rosalie y Alice; Edward y Stella —logró mantener la calma cuando fue mencionada.

—¿Hay un sitio para más jugadores?

—Bueno, lo cierto es que acabamos de terminar el partido. Sin embargo, estaríamos verdaderamente encantado en otra ocasión, ¿piensan quedarse mucho en la zona? —el tono era igual de amistoso que el de Laurent.

—En realidad, vamos hacia al norte, aunque hemos sentido curiosidad por lo que había por aquí. No hemos tenido compañía durante mucho tiempo.

—No, esta región suele estar vacía si exceptuamos a mi grupo y algún visitante ocasional, como ustedes.

Notó un verdadero cambio en el ambiente, entonces, su atención por unos instantes fue hacia Jasper. Había utilizado su don.

—¿Cuál es vuestro territorio de caza?

—Esta, los montes Olympic, y algunas veces la Coast Ranges, de una punta a la otra. Tenemos residencia aquí, también hay otro asentamiento permanente como el nuestro cerca de Denali.

Vio como Laurent se movía sobre sus talones, de adelante hacia atrás con viva curiosidad.

—¿Permanente? ¿cómo han conseguido eso?

—¿Por qué no nos acompañan a casa y así charlamos más cómodos? —invitó amablemente Carlisle—. Es una larga historia.

Parecía que Victoria y James no podían ocultar su sorpresa al mencionar la palabra casa, Laurent supo disimularlo.

—Muy hospitalario e interesante por vuestra parte —mostró una sonrisa encantadora—. Hemos estado de caza todo el camino desde Ontario. No hemos tenido tiempo de asearnos un poco.

—Por favor, y sin ofender, pero he de rogar que se abstengan de cazar en los alrededores de esa zona. Debemos pasar desapercibidos, ya me entiendes.

—Claro. No pretendemos diputar sobre el territorio. De todos modos, nos hemos alimentado a las afueras de Seattle.

Laurent se echó a reír.

—Les mostraremos el camino si quieren ir con nosotros. Emmett, Alice, vayan con Edward y Stella a recoger el Jeep.

Stella. |#1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora