CAPÍTULO 9.

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SARAH FRUNCIÓ SU CEÑO en cuanto sintió la luz del día colarse a través de sus parpados cerrados, molestándola.

Había llegado la mañana. Y con ello, sintió el calor instalarse en su rostro y también frío en sus brazos. Era la magia de la primavera; calidez y frío al mismo tiempo. Si había una estación del año que ella realmente amase era esa. Como todo florece y renace retornando a la vida era su sátira personal.

No obstante, algo que no amaba era ser molestada por la mañana.

Por consiguiente, y sin querer despertar aún, farfulló para sí misma.

«Malditas cortinas claras y bonitas, ¿su propósito no es detener la luz del sol para que yo pueda seguir durmiendo hasta tarde? Porque, no sé si lo saben, pero hoy es sábado. ¡Sábado! ¿Quién demonios se despierta temprano un sábado? Sólo yo. Yo y mis fantásticas cortinas inútiles que no son capaces ni de...».

Repentinamente, la adolescente silenció a su irritada conciencia cuando una frase emergió desde su memoria de la noche anterior.

Deja las cortinas abiertas. Quiero verte.

Y ese enunciado, breve y fugaz, detuvo su empedernido odio hacia las telas. Se concentró en la realidad.

Antes de poder procesarlo, unos cálidos labios recorrieron la curvatura de su hombro, deslizándose de a poco en el precipicio de su cuello. Y al abrir sus ojos, lo descubrió: Ahí estaba él.

―Buenos días ―saludó Scott con una tenue sonrisa que le otorgó forma a su expresión.

Y pasmada, Sarah abrió sus ojos y giró bruscamente hacia la voz. Lo observó sin parpadear.

Detalló que el rostro del Alfa lucía cansado, de seguro igual que el suyo.

Sus ojos eran achinados y brillantes, y le daban la razón al pensar que recién había despertado, justo como ella.

Sus labios marcados y rojizos eran la irrefutable prueba de todo lo que había ocurrido la noche anterior.

Y su piel, canela y brillante como siempre se la imaginó, ahora estaba cubierta en las partes esenciales por sus sábanas... justo como ella.

➌𝐑𝐞𝐛𝐨𝐫𝐧╢𝐅𝐑𝐀𝐆𝐈𝐋𝐄 𝐓𝐄𝐄𝐍 𝐖𝐎𝐋𝐅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora