SINOPSIS:
Con nuevos poderes, Sarah regresa a Beacon Hills para continuar con su vida ahora como la Consejera en la manada de Scott McCall.
El deber de proteger a la manada, aconsejarla y guiarla es ahora el principal motivo para la adolescente. No...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
#CapítuloLargo.
LA REMOTA MELODÍA DE una sirena agitó las calles de Beacon Hills por una ruta presurosa. Al interior de la ambulancia, la incesante luz de neón que alumbraba a Sarah no dejaba de parpadear, haciéndola parecer un cadáver sobre la camilla por lo pálida de su piel.
La adolescente lidiaba con el pesar de sus párpados, demasiado asustada como para dejarse dormir por los paramédicos con extrañas formas.
Nerviosa, los veía moverse igual que Flash ―el superhéroe― cuando corría rápido: distorsionados. No obstante, Sarah sabía que la verdadera razón del porqué los veía así no era esa.
Se estaba desangrando.
Ocurrió en la casa de Scott cuando el ninja demoniaco la apuñaló en el estómago con su espada antes de inspeccionar si ella era el Nogitsune, y tal parece que su herida no tenía reparo porque los paramédicos no estaban haciendo nada para ayudarla.
Entonces, el rumor popular cobró más sentido que nunca ahora que pensaba en todos los cabos sueltos y asuntos pendientes que estaba dejando atrás.
Recapacitó sobre el tiempo perdido con su papá, en lo poco que lo había disfrutado por culpa de tontas discusiones que a veces tenían.
Especuló sobre el futuro de la manada, sobre todo ahora que los dejaría solos con todos los problemas que los aquejaban.
Se preocupó por Stiles, a quien le había prometido estar ahí cuando despertara para encargarse de que todo estuviera bien.
Y por supuesto, no dejó de pensar en Isaac. Ni siquiera lo había besado como correspondía la última vez, y ahora que hacía un análisis en retrospectiva, descubría todo el tiempo que no disfrutó con él como quiso hacerlo.
¿Dónde estaban sus citas al cine o a comer los dos solos?, ¿Los detalles románticos, las charlas banales a la luz de las estrellas o la serenata fuera de su ventana?, ¿En dónde quedaría el plan de ir juntos al baile de graduación y luego terminar escapándose por no ser un lugar suficientemente privado?
