Cap. 31 El reencuentro

5 1 0
                                    


Me encontraba dando vueltas por los alrededores de la casa, poco a poco me iba alejando, de pronto logro divisar la garita de madera de Murr, me acerco y veo que está vacía.

Kad —Murr ¿Dónde estás?

En eso escucho un ruido detrás de mí, me doy vuelta pero no lograba ver nada, en eso escucho

Murr —... hola chico ... ¿Que deseas?

Miro de nuevo hacia la garita y ahí se encontraba.

Kad —hola Murr, dime, ¿vistes a alguien nuevo?

Murr —la verdad es que está todo tranquilo ... luego de aquella pelea que ocurrió en el pueblo ... una parte bastante considerable del bosque quedó reducida a cenizas ... así que ahora tenemos menos territorio.

En eso, siento un olor familiar, un olor que hacía bastante años que no sentía de nuevo, un olor a un viejo lugar que yo considere mi hogar ... Wolf, aquel desgraciado andaba cerca, pero ¿Por qué? ¿Cuál será el motivo de que este rondando por este lugar?, Pero no solo se encontraba el, sino que otro olor rondaba el lugar, este era distinto pero compartían cierta semejanza, rápidamente salgo corriendo en dirección hacia el lugar donde se encontraba, Murr me sigue con la mirada a medida que voy adentrándome en el bosque. De pronto lo encuentro, el junto con otra persona, ambos se parecían bastante, el se da la vuelta lentamente, y para cuándo nuestras miradas se cruzan, un sentimiento muy incómodo se apodera del momento.

Wolf —conque ... estás vivo chico.

Kad —si ...

Nos miramos por un rato ... esperando algo ... un sentimiento ... lo que sea, pero ni eso es capas de hacer, ni un solo sentimiento, en sus ojos solo se veía indiferencia, habían pasado años y en todo ese tiempo se notaba que nunca pensó en mi, ni un solo segundo. De pronto su compañero le habla.

Arius —yo seguiré buscando, no creo que esté muy lejos, tu ¿Te encargas de esto?

Wolf —na para que perder el tiempo, tenemos mejores cosas que hacer.

Simplemente no lo pude soportar, esa indiferencia, en mi ira, eleve un gran muro entre ambos, separando los y dejándome a mí solo con Wolf.

Arius —bueno, veo que ahora sí te encargas tú, en fin yo seguiré el camino, nos vemos luego.

Wolf se da la vuelta y me mira con cara de fastidiado.

Wolf —¿Qué quieres ahora chico?

Kad —¡¿Que quiero? Quiero que me notes, es imposible que en todo este tiempo no hayas generado ni una pizca de cariño hacia mi, después de todo este tiempo, después de todas esas cosas horribles que pase, tú, TÚ, te mantienes en ese estado egoísta!

La ira brotaba de mi boca, pero aún así, el no mostraba ningún reflejo de importancia, de pronto el suelo empezó a temblar y la tierra a emerger en bloques, estaba perdiendo el control de mí mismo, estaba determinado a matarlo, pero antes de que pudiera siquiera moverme, el, EL, dió un golpe certero en mi pecho, sentía en mi interior como mis costillas se partían, mi corazón, en ese instante caí al suelo, la sangre no paraba de salir.

Wolf —¿Terminaste?

Su voz, tan sobrante, yo no era nada para el, pero de pronto escuchó una voz proveniente de entre unos árboles.

Murr —¿Te diviertes al molestar a mi familia?

Murr y Fert se encontraba en ese mismo lugar, Wolf los mira de arriba a abajo y se muestra desinteresado en ambos hermanos.

Murr —¿Sabes? ... te arrepentirás de ...

Y antes de que él pudiera terminar la frase, Wolf se encontraba detrás de ellos y de un solo movimiento, le corta la cabeza a Fert, Murr ve la cabeza de su hermano rodar en la nieve fresca, y su cuerpo frío cae secamente al suelo, el queda paralizado del miedo y aprovechado la situación, Wolf lo atraviesa con su mano, suspendiendo lo en el aire aún vivo, sus gritos llenan el bosque entero, yo no podía soportar el ver a los únicos que me consideraron familia sufrir de ese modo, si tan solo no hubiera buscado venganza e ido tras el olor de Wolf, tal vez nada de esto hubiera pasado, si no fuera tan egoísta, ellos estarían vivos, en eso, Wolf terminan de matar a Murr, y lentamente toma rumbo hacia mi dirección.

Wolf —tanto tiempo, y aún sigues siendo un niño llorón, es una pena el tener que matarte ... bueno, en realidad no.

Y tras un rápido movimiento de brazos, me sumerjo en la muerte.

Eres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora