Cap. 8 Aún vivo

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En la oscuridad un nombre me llamaba, un nombre que sonaba todo el tiempo, en el momento en que tome conciencia me encontraba solo y débil en las praderas de erses a las afueras de la gran cuenca antigua.

Algo dentro de ella me llamaba, algo dentro de ese odio me impulsaba, y por lo tanto me lance hacia ello.

Vague durante años buscando algo. En aquel peculiar lugar, me sentía, como en casa, era como si formara parte de él, como si yo fuera aquel lugar.

Con el tiempo encontré la fuente de aquel nombre, en lo más profundo de la cuenca antigua se encontraba una plataforma de piedra y por encima dos largas cadenas negras colgaban. Me acerqué, y tomando a las mismas caí de rodillas al suelo, estás se enrollaban en mis brazos, tomando un color rojizo como la lava y de ellas desprendía un calor  similar al mismo sol, sin embargo la misma oscuridad me aliviaba, me daban fuerzas, hasta que de las mismas cadenas un líquido negro empezó a escurrirse y este llego a mis brazos, lentamente pasaba por mi cuerpo. De golpe surgió un dolor agudo por todo el cuerpo, de mi espalda baja se empezó a crear una larga cola de hueso y en la punta un largo y grueso colmillo surgió.

Al terminar el proceso las cadenas me soltaron y de un golpe caí al suelo, agotado y sin fuerzas. Me levanté y de entre el espeso charco de odio que se avía formado un traje rojo emergió, aquel nombre que tanto me llamaba no era más que el mío, Did.

Junto con el traje la cuenca antigua no solo me dio un nombre sino que también un propósito, llevar a este mundo a su fin, pero sabía que solo no podría lograrlo por lo tanto empecé a investigar y  cierto artefacto me llamó la atención, el idrasil un objeto de infinito poder. Con el tendría la suficiente fuerza como para poder someter a todo el reino, incluso capas podría someter al mismo Gena.

Con eso en mente partí hacia la catedral, me infiltre como una imagen, y legre llegar hasta el corredor, rápidamente pase corriendo, mis pasos retumbaban entre los pilares y las flores se movían según yo pasaba, hasta que note que al frente mío se encontraba una impresión, esta con ropas largas de color verde esmeralda al igual que sus ojos se presentó.

Corr —Hola extraño viajero, mi nombre es Corr, actualmente soy el guardián del corredor, y mi deber es evitar que seres como tú, sin ofender no pasen por aquí, así que con todo respeto te pido que no continúes en esta dirección.

Se notaba en su voz su amabilidad he inocencia y aunque admito que esa forma tan amigable de hablar me quitó las ganas de enfrentarlo rápidamente lo ataque con mi cola, en eso pega un salto esquivando mi ataque.

Corr —Amigo no quiero pelear, en serio, por favor márchate de aquí.

Otra vez sus palabras demostraban que no tenía intenciones de pelear pero lo volví a atacar sin poder darle, era claro el hecho de que él era mucho más fuerte que yo.

Corr —Esto no tiene por qué terminar de esta manera, ríndete, realmente no quiero atacarte.

Nuevamente evitaba el atacarme sin embargo lo volví a intentar, esta vez levantó su arma hacia el cielo y el suelo se dividió en bloques, largos pinchos surgieron del suelo atrapando me, y de la nada grandes cráneos de perro aparecieron de los cueles en sus bocas un potente ataque cargaban.

Corr —Esta es tu última oportunidad, ríndete, te lo pido como un amigo, toma otro camino.

Sus ojos brillaban. Realmente en sus palabras se reflejaba aquel desagrado por pelear.

Did —Lo lamento, lamento haberte atacado, veo que realmente no quieres pelear, prometo marcharme.

Claramente él era capaz de matarme en un solo ataque, no era inteligente pelear algo que evidentemente perdería.

Corr —Ufff, gracias, te lo agradezco mucho, realmente no me gusta la violencia.

Esas fueron las últimas palabras que escuche de aquel sujeto, sin embargo tenía que encontrar la forma de ocuparme de él, en eso escucho una puerta abrirse detrás de mí y una vos decirme.

??? —perdón, pero no me pareces familiar, te ves perdido, ¿Eres una impresión? ¿Cuál es tu propósito? Por cierto me llamo Dev.

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