Capítulo 6

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Capítulo 6

Hacienda Montesinos

Chuy: Señorita Valentina, ¿usted sabe si el señor José Miguel está bien?

Valentina: Pues, creo que sí

Chuy: Que bueno

Valentina: ¿Por qué te preocupa tanto?

Chuy: Es que no me gusta que a la gente buena le pasen cosas malas

Valentina: ¿Y cómo sabes que él es bueno?

Chuy: Porque un día yo le di un abrazo y no se enojó

Valentina: (ríe) ¿Cómo esta eso de que le diste un abrazo?

Chuy: Cuando nos salimos de la casa grande para venirnos para acá, fui a darle las gracias por mis botas nuevas .

Valentina: Eso está muy bien, que seas agradecido ¿y?

Chuy: Pero él no se comporta así con usted, yo vi que le hablaba golpeado, ¿por qué señorita?

Valentina: Porque todavía no se ha dado cuenta que soy su amiga, pero sabes una cosa.

Chuy: ¿Qué cosa?

Valentina: Tú y yo vamos hacer algo para que José Miguel se dé cuenta que todos los que vivimos en esta hacienda, somos sus amigos.

En el comedor de Los Cascabeles, estaban terminando de cenar Ivana y Alonso, mientras Iluminada recogía las cosas

Iluminada: Entonces que la vecina me dice, ¿dónde está José Miguel?, yo le conteste que, en el despacho, pero que no la podía dejar pasar, porque el patrón me iba a matar, pero para pronto ella me voltea la tortilla y me dijo que si no entraba el que se muere es él, no ahí fue donde la marrana torció el rabo, y pues la deje pasar, aunque yo sabía que el patrón me podía poner como Dios puso al perico

Ivana: Bueno, bueno ya, y luego ¿qué pasó?

Iluminada: Pues vino lo mejor, porque, aunque el patrón no quería nada de ella, la señorita Valentina no le hizo caso y lo subió a su camioneta, no es por nada, pero esa señorita lo veía con unos ojos, que hasta a mí se me puso la carne de gallina.

Alonso: ¿Tanto así?

Iluminada: Hubieran visto, fue como en las películas, ¿ustedes no la conocen verdad?

Ivana: Al menos yo no

Alonso: Yo menos, ¿es de aquí?

Iluminada: No, yo creo que también viene de la capital, porque luego, luego se le ve aire de gente de ciudad grande.

Alonso: Pues que bien (se queda muy pensativo)

En los establos de Los Cascabeles, José Miguel se encontraba acariciando a Altanero

José Miguel: Ay amigo, hoy no pudimos salir a pasear, pero te prometo que muy pronto lo haremos (siente unos pasos y se asusta)

Rosendo: No se asuste patrón, me entere del accidente que tuvo, lo siento mucho, pero aquí hay muchas cascabeles y es imposible acabar con todas.

José Miguel: No se preocupe que yo conozco unas víboras peores, un animal como la serpiente ataca por instinto y para defenderse, en cambio hay otras alimañas que lo hacen con la única intención de lastimar y hacer daño (se va)

Juan se dirige a casa de Sabino para comentarle algo que ocurrió en la hacienda por la tarde

Sabino: ¿A qué debo la visita Juan?

Juan: Pues quería decirle que hace rato vinieron unos trabajadores de Los Cascabeles, a preguntar si la patrona podía darles trabajo aquí.

Sabino: No, lo veo difícil, tú sabes que no hay dinero para contratarlos

Juan: Bueno, eso mismo les dije, pero ellos dicen que ya no quieren trabajar allá, porque ya no aguantan el mal genio de Rosendo, parece que desde que apareció el señor Villalba se le empeoro.

Sabino: Aunque Valentina quisiera contratarlos, es mejor no tener aquí gente de Los Cascabeles, así que ni se lo menciones.

Juan: ¿Por qué no Sabino?

Sabino: Porque a pesar de todo es capaz de contratarlos, Rosendo se va a poner como perro rabioso pensando que le estamos quitando a su gente, a como dé lugar yo tengo que evitar que Valentina tenga dificultades con ese hombre.

Juan: Por qué la protege tanto si la patrona sabe cómo defenderse

Sabino: No lo dudo, pero a mí me parece que entre más alejados estén uno del otro, es mejor

Los Cascabeles (habitación de José Miguel)

José Miguel estaba sentado en su cama viendo su herida, cuando Alonso toca a su puerta

Alonso: (toca la puerta)

José Miguel: Adelante (Alonso pasa) ¿qué se te ofrece?

Alonso: ¿Cómo sigues de la pierna?

José Miguel: Bien

Alonso: Vine a disculparme contigo, créeme que lamento mucho que hayamos discutido, y también quiero darte las gracias por permitir que mi mamá y yo nos quedemos contigo en la hacienda

José Miguel: Mas que nada lo hice por mi tía Isabel

Alonso: Sí claro, primo te quiero aclarar que Gabriela...

José Miguel: No me importa, tú sabrás lo que haces con tu vida, por mí puedes tener las amigas o amantes que se te dé la gana .

Alonso: Gabriela...

José Miguel: Solamente te voy advertir una cosa, no quiero ver a ninguna de ellas dentro de mi casa

Alonso: Esta bien primo, buenas noches que descanses (se va)

En la hacienda Montesinos, Valentina terminaba de apagar las luces de la casa, cuando vio que Chuy se había quedado dormido en uno de los sofás

Sabino: Voy a llevar al chamaco con sus padres

Valentina: No, déjalo, para qué lo despiertas, mejor tráele una cobija

Sabino: ¿Le agarraste cariño verdad?

Valentina: Con él recuerdo mi infancia

Sabino: Sí, así estabas más o menos cuando te llevaron tus padres a vivir a México

Valentina: Pienso que nunca debí de haberme ido de aquí

Sabino: Bueno, pero eso no lo podías decidir tú, además las cosas suceden por algo

A la mañana siguiente en Los Cascabeles, Benita e Iluminada preparaban el desayuno

Benita: Rápido Iluminada con ese jugo, que mi niño no debe tardar en bajar

Iluminada: Pues me estoy apurando seño, pero es que estas naranjas están más secas que un alma de sal (llega José Miguel)

José Miguel: Buenos días

Iluminada: Buenos días patrón

Benita: ¿Cómo amaneciste de tu pierna?

José Miguel: Bien, me molesta un poco, pero igual estoy mejor que ayer, ¿ya está listo el desayuno?

Benita: Sí, ahorita te sirvo (llega Chuy)

Chuy: Buenos días

Benita: Buenos días Chuy, ¿qué andas haciendo por aquí tan temprano?

Chuy: Vine a ver al señor José Miguel, ¿puedo pasar?

José Miguel: Adelante Chuy

Chuy: Aquí le traigo unos huevos para que desayune, se los manda mi mamá, dice que son para que se ponga fuerte y se alivie pronto

José Miguel: Dile a tu mamá que muchas gracias

Chuy: Y esta manzana es de parte mía, nadie me mando se lo aseguro

José Miguel: Gracias Chuy, Benita

Benita: ¿Sí?

José Miguel: Dale algo de fruta, (se dirige a Chuy) y la compartes con tu hermanita

Chuy: No, gracias señor José Miguel, antes de salir para acá, la señorita Valentina me dijo que no aceptara nada

José Miguel: Entonces no fue tu mamá la que te envió con estos regalos, mejor dicho, fue la señorita Montesinos

Chuy: No, no, no.… bueno sí

José Miguel: No te preocupes Chuy (le toca el cabello) gracias de todas maneras

Chuy: De nada Don José Miguel (se va)

José Miguel: Iluminada, hazme el favor de entregarle esto a la señorita Montesinos (le entrega la canasta y la manzana)

Iluminada: Sí patrón

José Miguel: No, mejor voy personalmente (le quita la canasta y la manzana, y se va)

Iluminada: Ya se armó señito...

Benita: Sin comentarios

Hacienda Montesinos

Sabino: ¿Y ya decidiste por dónde vas a empezar a trabajar?

Valentina: ¿Tu que me aconsejas?

Sabino: Pues hay mucha tierra buena para sembrar, pero el problema es que hay que preparar y eso, pues lleva su tiempo.

Valentina: Entonces lo más conveniente será dedicarnos al ganado

Sabino: Aunque tenemos buenos pastizales en las tierras, cada cabeza de ganado vale una fortuna

Valentina: Bueno, aunque sea de poco a poco, por algo hay que empezar, quiero tener esto encaminado para cuando llegue mi papá, ganado.... claro voy a solicitar un crédito al banco para comprarlo (ríe)

Sabino: Ahí sí que yo no te aconsejo nada, esas cosas del dinero nunca se me han dado

Valentina: Bueno, yo tampoco soy una experta, pero voy a ver a Moisés Macotela y que me asesore, es más me voy al banco

Sabino: Suerte Valentina

Al llegar a la entrada de la hacienda, Valentina ve acercarse al auto de José Miguel

Valentina: Que bueno que ya estas manejando, eso quiere decir que ya te sientes mejor

José Miguel: Aquí tiene sus regalitos (le entrega la canasta y la manzana), es el colmo que utilice a un niño de mandadero

Valentina: No, no, no (deja las cosas encima del coche) yo no utilice a Chuy de mandadero, simplemente le sugerí lo que tenía que hacer para agradecerte las atenciones que has tenido con él y con su familia

José Miguel: ¿Usted cree que soy tonto?, a ver, qué es lo que pretende con su aparente amabilidad

Valentina: Solo quiero que nos hagamos amigos, bueno si somos vecinos lo lógico es que llevemos una buena relación, ¿no te parece? (le entrega la manzana)

José Miguel: (vuelve a dejar la manzana en el coche) No, no me parece, a mí no me interesa ni su amistad ni nada que tenga que ver con usted

Valentina: ¿Qué pasa, a quién le tienes tanto resentimiento?

José Miguel: Eso a usted no le importa, y ya dejé de tutearme 

Valentina: Por más que le doy vueltas al asunto, no logro explicarme por qué un hombre tan atractivo, y que aparentemente lo tiene todo, puede ser así

José Miguel: Pues ya ve

Valentina: No, pues sí, es una lástima que a tu edad seas un hombre tan amargado

José Miguel: Cómo se atreve

En ese momento Valentina se lanza sobre él, y le roba un beso, que José Miguel también responde, hasta que se suelta de ella

José Miguel: Va a pagar muy caro lo que acaba de hacer

Valentina: Cualquiera que sea el precio, habrá valido la pena

José Miguel: Muy graciosa, yo espero que conserve el humor cuando tenga que abandonar esta hacienda, yo voy hacer que usted se largue de aquí para siempre (toma la canasta de huevos y la manzana, y los tira al suelo, se sube a su coche y se va)

En Los Cascabeles, Benita e Isabel arreglaban el jardín mientras platicaban

Isabel: Confieso que anoche me costó trabajo dormir

Benita: ¿Y eso señora?

Isabel: ¿Quién puede estar tranquila con víboras en la casa?, con cualquier ruidito te imaginas que uno de esos animales te va a saltar encima

Benita: Entonces usted piensa que tenemos un nido de víboras, eso no puede ser verdad, francamente yo no puedo creer que el pobre animal, haya entrado hasta el despacho que siempre pasa cerrado

Isabel: Estas queriendo decir que alguien puso la serpiente apropósito

Benita: Con la fama que se ha ganado mi niño, algún trabajador resentido pudo hacerle la maldad

Isabel: Ay Benita, acabo de recordar algo que me dijo el padre Ventura

Benita: ¿Qué cosa?

Isabel: Que Nazario es gente de Rosendo Gavilán, y me recomendó tener cautela con ellos, y que también se lo dijera a José Miguel

Benita: Pues a la primera oportunidad que tenga, ¡suélteselo!, a mí la verdad ese tal Nazario no me da confianza, y de Rosendo Gavilán mejor ni hablamos.

En la hacienda Montesinos, Valentina trataba de encender el motor de la camioneta que otra vez se había estancado y no quería arrancar.

Valentina: ¿Qué hubo Chuy, y esa cara? ¿te regañaron tus padres?

Chuy: No, la que me va a regañar es usted y con harta razón

Valentina: ¿Por qué habría de hacerlo?

Chuy: Es que sin querer le dije al señor José Miguel que lo de los huevos y la manzana había sido una idea suya

Valentina: Sí ya me enteré, pero no te preocupes

Chuy: Entonces, ¿no está enojada conmigo?

Valentina: No, por supuesto que no

Chuy: A lo mejor otro día le puedo llevar otra cosa al señor José Miguel, para que de plano sepa que somos sus verdaderos amigos

Valentina: Tal vez Chuy, pero quizá no valga la pena, estoy empezando a dudar que alguna vez podamos ser amigos, y como la camioneta no sirve vamos a ensillar el caballo

Chuy: ¿Quiere que la acompañe?

Valentina: No, otro día, pero ayúdame a ensillarlo, vamos (se van)

Los Cascabeles (Despacho)

Benita: Mi niño no debe de tardar

Ernesto: Lo espero

Benita: ¿Quiere que le triga un cafecito?

Ernesto: Te lo acepto Benita voy aprovechar para hacer una llamada, con eso de que los celulares no funcionan aquí.

Benita: Con toda confianza

Ernesto: Gracias (Benita se va y el hace la llamada) Buenos días Thelma, mira ya revise el texto del amparo, para mí esta todo correcto, dile al licenciado Muriel que por favor le dé tramite inmediato allí en el juzgado y que me mantenga informado, está bien, estamos en contacto (cuelga él teléfono y entra Alonso) Buenos días Alonso

Alonso: Ni tan buenos cuando lo primero que veo es a usted

Ernesto: Confirmo que me sigues teniendo el mismo aprecio de siempre

Alonso: No soporto que utilice cualquier pretexto para estar cerca de mi madre

Ernesto: Mira, ya que estamos en confianza, me gustaría que me dijeras por qué te molesta tanto que Isabel y yo seamos amigos

Alonso: A quién quiere engañar, estoy seguro que no busca precisamente su amistad, usted lo único que quiere es utilizarla para poder emparentar con José Miguel

Ernesto: Oye no, ¿realmente eso es lo que crees?

Alonso: Por supuesto, pero no se va a poder, porque la familia es una cosa y los intrusos otra muy distinta

Ernesto: Alonso, es una verdadera lástima que tengas la cabeza tan llena de tonterías

Alonso: La cabeza tan llena de tonterías la tiene usted (se va)

Los Cascabeles (Sala)

Benita: Dile a Nazario que te lleve al pueblo y no te vayas a tardar con las compras, porque no voy a tener lista la comida

Iluminada: Sí seño Benita

Benita: Con cuidadito de perder el dinero y nada de entretenerte por ahí platicando (entra José Miguel furioso y sube a su habitación)

Iluminada: Ay no, por lo visto el patrón José Miguel regreso peor que cuando se fue ¿usted cree que le hizo algo a la señorita Valentina?

Benita: Lo dudo mucho

Iluminada: Más bien parece que ella fue el que lo puso en su lugar, ella es la única que puede con él ¿verdad? (sonríe)

Benita: Eso parece

Iluminada: Oiga seño Benita, y por qué le caerá tan mal la señorita Valentina, si ella no le ha hecho nada malo, pues al contrario se ha portado a todo dar con él.

Benita: Ya te he dicho que dejes de meterte en lo que no te importa y vete a San Pedro a traer el mandado.

Iluminada: No, por así por las buenas (se va)

Los Cascabeles (Habitación de José Miguel)

José Miguel entra a su baño y se mira en el espejo recordando el beso que se dio con Valentina, pero como sus sentimientos estaban totalmente mezclados, le tiró algo al espejo y lo rompió.

Soy tu Dueño (Historia invertida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora