CHANCES ARE

Capítulo 11

Tony junto a Steve, entraron al juzgado, era el primer día de Peter como ayudante real en un juicio y querían verlo, además de que debían hablar con él sobre su relación, Tony pudo observar al castaño a lo lejos y sonrió, miró a Steve quien le dedicó un hermosa sonrisa para después ir directamente hacia donde se encontraban las bancas a sentarse.

El castaño caminó hasta donde se encontraba Peter, sintiendo incomodidad en su espalda baja la cual decidió ignorar, y cuando estuvo a solo unos metros de él, lo llamó:

—Peter, psss, Peter —el joven alzó su vista y le sonrió al verlo ahí.

—Hola —saludó, a lo que Tony le sonrió gustoso.

Se escuchó como una mujer decía:

—En pie —a lo que todos se levantaron—. Este tribunal abre la sesión, preside el honorable juez Alexander Pierce.

Escuchar ese nombre a Tony se le hizo sumamente familiar.

—Buenos días —dijo el ya anciano hombre—, pueden sentarse —pidió.

Todos lo hicieron, pero antes de sentarse el de ojos avellana volvió su vista al hombre que ahora se encontraba sentado en la silla de juez, al verlo Tony sintió como otra vez esa neblina que siempre se producía cuando iba recordar algo, aparecía.

—Puede presentarse el caso —volvió a hablar Pierce.

—Señoría, el pueblo de los Estados Unidos co...

Sintió como si una avalancha lo arrollara, cerró los ojos y pudo ver claramente el recuerdo.

Ella estaba en ese mismo tribunal junto a el juez:

—Señoría me destroza el caso, sin las pruebas, los cargos contra Mitchell Carson se van de paseo y usted sabe tan bien como yo que Mitchell Carson es uno de los más fuertes e implacables cabecillas del crimen organizado.

Cuando abrió los ojos, pudo recordarlo todo absolutamente, saltó los barrotes que le impedían cruzar más haya, sin importarle el dolor y dijo:

—Con la venia señoría, ¿Puedo acercarme al estrado? —sin esperar respuesta alguna, causando un alboroto en toda la sala, al llegar frente a Pierce lo señalo y lo acusó—. Se lo de usted y Mitchell Carson.

Justo en ese momento iba entrando Bucky por la puerta y pudo presenciar como Tony estaba tratando ser sacado del lugar por tres policías.

—Un momento —habló Pierce, mirando a Tony—. Suéltenlo —a lo que los hombres acataron las órdenes.

Peter que se encontraba muy cerca del lugar, miraba todo aquello estupefacto, no entendía por que el Juez le había permitido quedarse ahí, Tony lo miró por un momento para después volver su vista hacia Pierce.

—Bien, ¿Aún siguen dándole? —habló Tony con enojo, a lo que Pierce tapó su micrófono para que nadie más que ellos pudiesen escuchar.

—Joven, no sé quién es usted ni lo que quiere, pero está cometiendo un grave error, le sugiero que de la vuelta y salga de aquí sin decir nada más, de este modo se ahorrara el meterse en graves problemas —mirándolo estoico.

—Yo lo idolatraba a usted hijo de puta —dijo Tony, con rabia en su voz—, y dejó escapar a Carson.

—¡Agentes, detengan a este hombre! —ordenó el juez.

Antes de que pudieran siquiera atraparlo, Tony subió a la mesa para que todos lo pudieran ver y escuchar:

—Refutó las pruebas que había en contra de Mitchell Carson —gritó a todo pulmón.