Actualidad, año 2018, Universidad de Yale.
Un hermoso joven de 22 años, de cabello castaño ondulado y unos impresionantes ojos color avellana, recorría los pasillos de la biblioteca encima del carrito de los libros, su objetivo era llevarlos a donde se encontraba la computadora para registrarlos con el escáner y poder volver a guardarlos.
—Muy bonito, me parece muy bonito —se escuchó decir la voz de la encargada de la biblioteca, Anthony sabía lo que esas palabras querían decir, algún pobre chico había caído en las garras de la vieja mujer—. De modo que estas convencido que en toda la Universidad de Yale o en toda la Facultad de Derecho, nadie iba a necesitar estos 6 libros durante los últimos tres meses.
Tony quiso ver a quien fuera el pobre desgraciado que ahora tenía que soportar la reprimenda de la mujer, sus ojos se posaron en un joven de no más edad que la de él, con el cabello castaño y unos bonitos ojos cafés, muy lindo, pensó, no había visto a nadie igual en toda su carrera.
—No, yo... —trató de excusarse el joven.
—Menudo Abogado vas a ser —djo la mujer.
Tony volvió su mirada hacia el joven y observó como el muchacho se apenaba y agachaba la vista ante la vergüenza que estaba pasando, mientras la mujer ingresaba todos los códigos con el escáner, el joven se dio cuenta de su escrutinio, él solo le sonrió y volteó a otro lado.
—Tienes que pagar, 86 dólares y 25 centavos.
—¿86 con 25? ¿Acepta tarjetas de crédito? —pregunto dudoso.
—Esto no es una boutique —dijo la mujer, ofendida—, o pagas con dinero o te retengo las notas.
Tony al escuchar eso no pudo quedarse quieto y volvió a mirar al joven.
—Oiga, es que...n...no me alcanza y m... me están esperando en el coche...para llevarme a casa.
Al escuchar cómo se le trababa la voz al pobre chico, Tony no se aguantó más y decidió actuar, corrió apurado hacia la vieja mujer y dijo:
—¡Helga, la sala de los invaluables, los folios de Shakespeare! —con la voz más alterada que pudo fingir.
—¿Si Tony, que pasa? ¿Qué ocurre con ellos?
—¡Están jugando con los folios! —cómo si fuera la cosa más horrible que hubiera sucedido.
—¡Jugando con los folios! —a la pobre mujer parecía que le iba a dar un ataque.
—¡Si! los están arrugando.
—¡Arrugando!
—Si, pronto, ¡Corra!, vaya usted, ya me quedó yo aquí —empujando a la mujer lejos.
—Voy, si —toda alterada, saliendo del lugar— ¡Por todos los cielos!
Cuando la mujer estuvo a unos metros, Tony le dedicó una mirada al muchacho, quien aún seguía con la vista hacia donde se había ido la anciana mujer.
—Jo, ¿Siempre es tan antipática? —volteándose para ver a Tony.
—¿Mamá?, No.
El joven muchacho no sabía qué hacer, acababa de meter la pata, había insultado a la madre de alguien y no de cualquiera, de ese atractivo joven frente a él.
—Lo siento —se empezó a disculpar, mientras Tony tecleaba en la computadora—, no me llega el dinero y no aceptan tarjetas de crédito y...y no me da las notas, me esperan en el coche y...
Tony tecleó algo más y pronto salió un recibo de la caja registradora.
—¡Oh, oh! —expresó, tratando de sonar sorprendido.

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CHANCES ARE
FanfictionA Steve el cielo le regaló una segunda oportunidad de ser feliz con el amor de su vida, aquel que le fue arrebatado sin precedentes, pero no contaba con que se presentaria con una apariencia tan diferente a como él recordaba. Adaptación STONY de la...