Caminando por aquella vieja mansión me encontré el cuadro de mi abuela, ese que observaba todo los días de niña.
Me sentaba a lado de ella y la miraba pintar por horas; varias de esas horas se pasaron llenas de sabiduría, de consejos e historias sobre su pasado; otras se pasaron en completo silencio, aquel en el que era obvio que estaba reflexionando, recordando e incluso olvidando.
En esas horas de silencio intentaba adentrar al hermoso paisaje que plasmaba, intentaba oler las flores blancas que adornaban los árboles, sentir la brisa salada del Grecia donde creció mi abuela, y en mis días más atormentados, escuchar los cantos de la mujer pájaro que solo yo me imaginaba dentro del paisaje.
Tomé mi cuadro, y llena de recuerdos, lo lleve al lugar más visible en mi viejo hogar.
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Una Mirada Rápida Dentro de mi Mente
Short StoryCuento cortos. Si, solo eso. Vale la pena checarlo, no tardas más de 10 minutos. Muy abstractos y bizarros. Todo lo que pienso en la madrugada.