El palacio estaba repleto, de sótano a ático, con adornos magníficos de oro. Coronas, collares, estatuas, cuadros, todo lo que podía ser de oro lo era.
El lujo era impresionante, con poca atención a detalle podías ver la inmensa riqueza del dueño del lugar, obras destinadas a museos se encontraban ahí, los amplios pasillos repletos de piedras preciosas, el sueño de cualquiera.
El mismo palacio estaba evaluado más alto que algunos países chicos, toda una obra de arte.
Incluso con un recorrido sin lujo de detalle te dejaba estupefacto, tus pasos rechinarían en el piso, el eco cargaría tu nombre por miles de habitaciones, pero si te detenías y dejabas de hablar, en verdad escuchabas.
Escuchabas con claridad el silencio ensordecedor de una casa vacía, abandonada, en ruinas.
Corrías de aquel lugar; ¿cómo algo tan lleno puede estar tan vacío? Sin risas ni voces, el palacio no era más que una gran habitación perdida.
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Una Mirada Rápida Dentro de mi Mente
Storie breviCuento cortos. Si, solo eso. Vale la pena checarlo, no tardas más de 10 minutos. Muy abstractos y bizarros. Todo lo que pienso en la madrugada.