El tejado estaba más fresco de lo que pude haber esperado, mi cuerpo no rechazó esta temperatura y se acostó con facilidad, a lado de mí pasando lo mismo.
No hicieron falta las palabras en esta ocasión, todo lo que había por decirse ya se había dicho y era momento de pensar.
Era la calma antes de la tormenta, después de haber gritado por horas éste era un descanso. La tormenta había pasado, ésta calma estaba destinada a la siguiente; solo que aquella era más peligrosa, arrasadora, una que tendríamos que pasar sin la compañía del otro.
Irónicamente el cielo estaba hermoso, grandes nubes blancas rodeaban mi cabeza y por más que lo intentaba no podía asignarle forma a alguna de ellas; el ruido en mi mente era demasiado para la paz que reflejaban.
Un beso en la mejilla me sacó de mis pensamientos, leve y tierno, fue suficiente para decir adiós.
Por primera vez mi cabeza se calló, todo aquel ruido cesó con ese beso de despedida.
Miré al cielo y reconocí un zapato entre la inmensidad de las nubes, no pude evitarlo y reí de lo absurdo, quizá no era otra tormenta a la que me enfrentaba con su partida, quizá era el esperado arcoíris.
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Una Mirada Rápida Dentro de mi Mente
Short StoryCuento cortos. Si, solo eso. Vale la pena checarlo, no tardas más de 10 minutos. Muy abstractos y bizarros. Todo lo que pienso en la madrugada.