Hugo Mitoire
-¿Qué es un alma en pena? -preguntó M a su tío.
-Y, es cuando una persona se muere antes de tiempo, y el alma anda por ahí quejándose.
-¿Y qué es el alma, tío?
-Y, viene a ser como un fantasma, o sea una cosa que no se ve pero que existe. Cuando uno se muere, el alma sale del cuerpo y anda dando vueltas por ahí, lamentándose.
-¿No es un fantasma?
-No. Un fantasma es otra cosa.
-¿Y qué es un fantasma?
-Otro día te explico. No puedo hablarte de dos cosas juntas.
-Está bien. ¿Y vos podes saber cuándo es el día que te toca morir?
-Nadie sabe eso. Lo que pasa es que cuando te morís, ahí recién vos te enterás si tenías que morir o no. Por ejemplo, si vos tenés que morirte dentro de diez años y viene alguien y te mata ahora, tu cuerpo se muere, pero tu alma sigue viviendo hasta el día exacto de tu muerte y aparte empieza a perseguir al que te mató.
-...Y ¿qué le hace al que te mató?
-Lo persigue día y noche, no lo deja tranquilo, el tipo empieza a volverse medio loco, porque escucha todo el día ese lamento, es como una queja de dolor. Después el alma en pena ya empieza a hablarle y al final el tipo no aguanta más y queda loco de enserio o se mata, una de dos. Con el alma en pena no hay tutía.
-...Y las demás personas ¿no se vuelven locas con ese lamento?
-No, porque no la escuchan. Sólo puede ser oída por la persona que le hizo daño.
-¿Y entonces? Vos me dijiste que muchas veces escuchaste almas en pena en la panadería, en la casona, en el río y en muchas partes más...¿Vos mataste a alguien?
-No,no. Lo que pasa es que hay personas que pueden escuchar, pero para eso tenés que tener poderes especiales. Hay una pregunta clave que se hace cuando escuchas quejidos o sospecha algo raro. Uno tiene que preguntar en voz alta: "Alma que andas penando, ¿qué andáis buscando?" Y ahí, si tenés los poderes, vos podés ver o escuchar la respuesta.
-¿Vos tenes esos poderes?
-Claro, sino no podría escucharlas.
-Yo...¿puedo tener esos poderes?
-Es difícil. Porque uno ya nace con esos poderes, pero por ahí practicando mucho, a lo mejor podés.
-Pero... el alma, eso que vos decís que sale del cuerpo ¿cómo es?
-Bueno algunos dicen que es como un humito, pero más transparente todavía. Pero nadie puede decir bien cómo es, porque nadie la vio realmente, ni con poderes especiales. Yo pensé mucho en ese asunto y me imagino que mi alma es como mi cuerpo, todo igual nada más que es invisible, entonces cuando morís, es como si anduvieras por ahí pero nadie te ve, ¿entendés?
-...Ehh, sí, creo que sí. Pero mi maestra dijo que esas cosas no existen.
-Tu maestra no sabe nada de eso. Los maestros no estudian esas cosas, por eso no saben.
-¿Me podés contar alguna historia de un alma en pena?. Pero de una bien fea, una que persigue al que lo mató.
-Te voy a contar la de Vallejito, el hijo menor del viejo Vallejos. Esos tipos eran bastantes peligrosos, muy peleadores. El viejo tenía cuatro hijos, pero el más grande ya lo habían liquidado en un baile, hacía mucho tiempo, cuando tenía veinte años. Le encajaron como ocho puñaladas, y ahí mismo en el baile lo degollaron y murió desangrado. Los otros también habían peleado en todas partes, y nadie los quería. Al más chico le decían "Vallejito", porque era parecido al papá, y más malo que la peste. A los quince años ya había matado a un pobre tipo, a un almacenero. Don Julián era un hombre muy bueno, tenía un almacén cerca de la ruta, casi llegando a Pindó. Una madrugada llegó Vallejito, y por supuesto el almacén estaba cerrado, pero Vallejito le golpeó la ventana de la casa y lo despertó.
-¿Qué querés, Vallejito? -preguntó don Julián, cuando abrió la ventana y lo alumbro con la linterna.
-¡¡¡Quiero vino!!! -contestó medio borracho.
-Mirá, muchacho, no podés venir a esta hora a buscar vino, andá a tu casa a dormir.
-¡¡¡Que te importa mi vida!!! ¡Vos vendeme el vino y listo!
-le retrucó.
-No te voy a vender nada, andate y dejá de molestar , que es muy tarde y toda mi familia está durmiendo -lo retó don Julián.
Y antes de que pudiera cerrar la ventana, Vallejito sacó su revolver 32 y le encajó cuatro balazos. La cosa es que don Julián murió ahí mismo en su casa, en el medio del campo, porque la señora estaba sola con los hijos chiquitos y no había ninguna casa cerca para pedir auxilio. Entonces se quedó con él hasta que se murió. Dicen que cuando estaba ahí tirado en el piso, su mujer y los chiquitos, todos lloraban porque sabían que se iba a morir, y parece que don Julián les dijo que los iba a proteger desde el cielo.
A Vallejito lo agarró la policía esa misma mañana, pero como era menor de edad, enseguida lo soltaron. Después, apenas lo largaron, él andaba por todos lados contando cómo mató a don Julián, se burlaba y hasta amenazó a la viuda con que un día la iba a matar a ella y a todos sus hijitos, porque lo había denunciado.
Pasó un tiempo. Un mes más o menos, y Vallejito empezó a quedar medio loco. No podía dormir de noche, o si se dormía, se levantaba de golpe medio sonámbulo gritando que lo querían matar y llamaba llorando a sus padres para que lo defendieran. Una madrugada se despertó de golpe y salió corriendo de la casa, gritaba y lloraba, y todos salieron corriendo detrás de él. Su papá y sus hermanos lo corrieron y lo alcanzaron en el maizal, porque se cayó cuando atropelló unas ramas que estaban amontonadas. Lo peor fue que no reconocía a ninguno, ni a su propio padre. Gritaba que no lo mataran y lloraba y pataleaba.
Después de eso lo llevaron al doctor, y le dijeron que podía quedar loco del todo. La cosa es que cada vez estaba peor y no quería hablar con nadie.
Pasaron unos meses, hasta que un día le contó al papá que él escuchaba siempre y a toda hora cómo se quejaba don Julián, y más todavía a la noche. Decía que don Julián le preguntaba: "¿Por qué me mataste, Vallejito?"
En el campo, todo el mundo sabía que el alma en pena de don Julián lo andaba persiguiendo y que lo iba a perseguir siempre, y que no lo dejaría descansar nunca.
Y así anduvo, cada vez peor. Y casi al año de la muerte de don Julián, un domingo, la mamá se levantó y vio que su hijo menor no estaba; entonces despertó a toda la familia, para ver si alguien sabía algo. Esa noche se había dormido tranquilo, dijo uno de sus hermanos, porque no habían escuchado ningún ruido ni gritos, parecía que estaba bien. Entonces salieron a recorrer los alrededores de la casa, el gallinero, el corral y el galponcito; miraron por el maizal, y por último fueron al montecito que estaba a unos cincuenta metros. Y allí lo encontraron.
Vallejito se había ahorcado y su cuerpo estaba colgado de la rama de un aromito.
-Entonces, ¿el alma en pena existe y te puede matar? - preguntó M un poco asustado.
-Por supuesto. A Vallejito lo mató el alma en pena de don Julián. Él dejó una carta donde decía "me voy a matar, porque el alma de don Julián no me deja en paz". Y así como esta historia verdadera, conozco muchas más - cerró el tío.
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CUENTOS DE TERROR PARA FRANCO I
HororCada día cuesta más asustar a un chico. Hoy día sino se le aparece un Freddy Krugger o un Chucky el muñeco asesino, los pequeños ni se mosquean. Desde temprana edad, casi todos los niños son depositados frente al televisor, para que allí se entrete...