La lluvia de estrellas.

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Gemma.

-¿¡Puedes moverte, Mema!?-Harry me gritaba desde la puerta, aveces mataría a esa cabeza de rulos con patas.

-Gemma por Dios, date prisa o no veremos ni una sola estrella.-Me dijo mi madre con una sonrisa boba en la cara.- ¿Y tú quieres pedir un deseo verdad?

Yo me reí, agarré mi peluche y salí disparada por la puerta, subiéndome al coche. Allí un niño de diez años estaba subido en una sillita jugando con un avión de juguete.

-Gems, Gems ¿Juegas?-Me dijo mi hermano con una sonrisa en la cara.Yo negé con la cabeza y me abracé a mi peluche. Harry me miró con cara de pocos amigos y se giró para hacer volar a su avión por la ventana.

-¡Harry Styles, mete esa mano ahora mismo dentro del coche!-Gritó mi madre al verlo, rizitos empalideció y obedeció. Yo volví a centrarme en el paisaje, a medida que avanzabamos nos adelantábamos más cada vez en él bosque.

Mi madre, aprovechando las fiestas y sus vacaciones había decididó llevarnos a contemplar la lluvia de estrellas, cosa que a los tres nos hacia muchisima ilusión.

Al llegar, Harry daba saltitos de alegría y yo, lo acompañaba, aún teniendo quince años camino de dieciseis en breve.

Mi madre hecho un gran mantel en el suelo, donde nos acomodamos tres con los cojines traidos de casa.

-¡Ya está niños! Ahora poneros las chaquetas y las mantas o los mosquitos os comerán vivos, y no olvidéis de mirar hacia el cielo.-Lanzó como advertencia mi madre, pero ni Harry ni yo le hicimos caso, ya estábamos muy bien acomodados como para movernos del sitio, agarre a mi peluche y lo hice bailar frente a mi. A mi corta edad, yo ya me había enamorado y ya me habían partido el corazón.

Lance un suspiro pensando en aquel amor perdido, mi dulce Alex, todo habría salido bien de no ser por la diferencia de edad, seis años. Lose, lose. Puede que sólo tuviera quince pero estaba muy espabilada y era muy madura cuando tenía que serlo, lo que me permitía cierta facilidad al ligar con chicos más mayores que yo.

Si mi madre lo hubiera sabido me habría matado. Estaba como una puta cabra. Quizás el plasta de mi hermano tenía razón y verdaderamente tenía un mono haciendo platillos sonar en mi cabeza, como Homer Simpnson.

Me reí por lo bajó por mi estupidez y volví a mi peluche...Era tan lindo. Le había puesto un nombre neutral desde chica, lo tenía desde que tenía conciencia y desde esa edad era lista, incoscientemente, claro; lo bueno es que aquel peluche que tanto me había consolidado y ayudado, y con el que ya no podía dormir sin él, se llamaba Jajá.

No se por que lo había llamado así, simplemente sabía que ese era su nombre, y que era chico, a pesar de tener un nombre neutral, no se en que momento decidí que fuera chico, simplemente, lo llamaba por "él" siempre y todo el mundo parecía estar de acuerdo con que era chico.

Me gire para contemplar a mi hermano que seguía jugando con el avión, era realmente adorable. Me daba pena llevarme tantos años con él, pues poco habíamos jugado el y yo, por que ahora, yo salía con mis amigos y el tiempo que pasaba sola lo pasaba escribiendo, leyendo o escuchando música; por lo cúal poco jugaba con él. Superé y dessé que por lo menos tuviera amigos con los que jugar.

Ratito después volví a fijarme en mi peluche: "Ojalá fueras real, Jajá, seguro serías un chico, guapo, alto...en fin un príncipe azul" Pense para mi. Me daba igual que sonará infantil, me daba igual que pareciera una ni de dos años, era mi fantasía desde que era consciente, y más ahora, con mi corazón aún recuperándose.

-Chicos, mirad el cielo o no veréis ninguna estrella.-Mi madre nos interrumpió de nuestras fantasias con su dulce voz y mi hermano y yo dejamos de jugar. Yo abracé a mi peluche y mi hermano dejó su avión.

-¿Mamá puedo pedir lo que sea?.-Preguntó Harry con voz inocente.

Yo me reí, obvio que no. No podías pedir que tu muñeco cobrara forma humana y vida, ni que te arreglarán el corazón, ni volver a arreglarlo todo,así que no podías; pero mi madre, soñadora emprendida, le dedicó una sonrisa y le guiño un ojo.

-Sí que puedes Harry, tan sólo al ver una estrella fugaz, pide tu deseo, pero recuerda no decirlo, o no se cumplirá.

-Tsq.- Carraspeé interrumpiendo a mi madre.- Harry no esperes que se cumpla lo que vayas a pedir.-Dije sin sentimiento alguno, al momento me arrepentí. Podía ser una adolescente con el corazón torito pero seguía siendo un corazoncito. Gracias a Dios mi madre pudo arreglarlo enviándonos a los tres un mal rato, ya que mi hermano había empezado a hacer pucheros.

-Por pedir puedes pedir lo que quieras, él,Gemma, ha dicho pedir, no cumplir. De todas formas, nninguno de los tres puede saber si eso se va a cumplir.-Suspiré aliviada, en verdad hasta yo quería que mi hermano tuviera razón.

Y allí estábamos, los tres, mirando al cielo estrellado, cuando arrepiente, una estrella fugaz iluminó el cielo. Todos exclamamos de la emoción, cerramos los ojos, concentraciones para poder pedir un deseo. Al principio dudé pero al ver que no perdía nada dije para mi, apretando mi peluche fuertemente contra mi pecho:

"Deseo que Jajá cobre vida"

Más estrellas fugazes iluminaron el cielo esa noche. Pero yo sólo recuerdo mi primer deseó, y las muchas muestras de amor que dejaron en mi los mosquitos, ah y de mi segundo deseo, que pedí en un estallido hormonal y perdida:

"Deseo encontrar el amor de mi vida"

Por fin termine el primer capítulo wiiiiiii, chicas y chicos, os prometo Smut, romanticismo y drama. ¿Que creéis que habrá pedido Harry, el ahora inocente niño de diez años? ¿Y su madre? ¿Se cumplirán todos los deseos?

Comentar, espero que os haya gustado besitos :3

Clara.

Mi peluche. (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora