Mi peluche. (Larry Stylinson)

Capítulo 7.

Harry.

Respire acelerado notando la respiración de Louis en mi cuello.

¿Que coño acababa de pasar?

Había tenido mi primera experiencia sexual, y encima, con Louis, y había sido jodidamente fantástica.

Entonces me dí cuenta.

Yo había sido un juego para Louis.

Empujé a Louis de mi y corrí hacia el cuarto baño.

-¿¡Eh, Styles que te pasa!?

¿No era evidente?

Me sentía sucio.

Cerré el pestillo y empecé a llorar. Me lavé bruscamente las manos.

Louis me había utilizado, y yo había dejado que lo hiciera. Podría amenazarme tan fácil, todos le creerían...

Yo era un estúpido, ¿donde había quedado mi odio a Louis? Si de verdad lo odiara no me habria muerto por besar sus labios.

Louis me daba coraje y me hacía enloquecer. ¿Que coño sentía por Louis?

Mis lágrimas no dejaban de correr.

Sorbí mi nariz y mire el techo del cuarto baño por unos instantes.

Levante mis mangas y vi las cicatrices.

Cojí la cuchilla y note la sagre brotar.

<<Oh soledad, dime si algún día habrá, entre tú y el amor buena amistad, vuelve conmigo a disfrutar, las olas del mar. Coje mi mano una vez más>>

Canturee debil, sonriendo mientras lloraba.

Sonreí, hola, dolor, adiós, soledad.

Lo siento mamá, nunca llegaría a ser fuerte.

Louis.

¿Que coño le pasaba? ¿No fui bueno? Por que no creo que fuera así, si no no lo hubiera oído gemir de aquella manera.

Me pete una torta en la cara, que había  hecho.

La cosa era dejarlo a medias, con ganas, con un dolor de huevos, haciendo que me  "odiara" como él decía.

Pero no, yo tuve que continuar, y ponerme duro.

Era el calentón más grande que había tenido en mi vida, no le diría de esto a nadie.

Lo pensé, Harry y yo nos habíamos desahogado muy bien, quizá ambos estuviéramos de acuerdo en hacerlo más veces.

Salí en busca del ruloso. Quería hablar con él, un leve aullido, me dijo que estaba en el baño.

Pegue en la puerta, algo iba mal, se escuchaban sollozos.

-¿Styles? ¿Estás bien?-pregunté temeroso.

-Sí, genial, Louis, ahora vete.-Dijo Harry reprimiendo los sollozos, eso no tapaba su voz, claramente dolorida.

-¿Estás enfado?

-Sí, Louis. Déjame en paz.

Sus palabras estrañamente dolieron.

-Vale.-dije, y baje a la cocina. Y en ese instante me acordé de Gemma y su amigo y reze todo lo que sabía para que ninguno hubiera escuchado nada.

Gemma.

(hace media hora)

-Bien, ¿Tú sabes quien te ha creado?-Empecé.