CAPÍTULO 7

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CAPITULO SIETE

La noche caía sobre la ciudad y las cosas empezaban a calmarse; Michael y Samantha también abandonaron la cueva, tenían varias cosas aun que hacer para cerrar por completo el caso de Nicolás Andreotti.

Para ese momento, de una agencia especial del gobierno de la cercana ciudad de Lansing, les habían pedido colaboración, para encontrar a un peligroso delincuente que había escapado de prisión junto con otros reos; Michael puso a sus hermanos Diego, Tomás y Andrés en ese caso, mientras él, Maximiliano y Samantha, concluían su más reciente y emotivo caso.

Michael se paseaba intranquilo en la oficina que tenía en la agencia de alquiler de vehículos, no sabía si llamar a Nicolás o esperar; ya que aunque sabía dónde se encontraba aquel, también sabía que la estaba pasando mal, a causa de todo lo sucedido en las últimas horas.

La respuesta llegó sola minutos después; su móvil empezó a vibrar, vio de quien se trataba y respondió

- aquí Michael

- hola Monseñor – dijo la voz burlona y algo quebrada al otro lado de la línea – soy Eminencia; si quieres acompañarme, estoy en... - dudó un momento – tú sabes dónde me encuentro, no creo que me hayas perdido la pista

- en poco tiempo estaré contigo – cortó y marcó el número de Francesco – tu hijo está bebiendo por ahora; es normal dadas las circunstancias, iré con él y te mantendré informado

- gracias muchacho; en tres horas te escribiré para que vayas por Alessia

- perfecto, nos vemos luego

Michael salió sin informarles a sus hermanos, no llevó nada salvo su móvil privado, se puso ropas casi formales, dado lo que acostumbraba vestir y partió en su Jaguar negro; cuando llegó al bar donde sabía que estaba Nicolás, se vio de inmediato asediado por varias mujeres que encontraban su seriedad muy atractiva

- ¡vaya! al parecer te persiguen más que a mí – se mofó Nicolás cuando Michael se acercó a la mesa – siéntate

- ¿Cómo está tu madre? – dijo Michael sirviéndose dos dedos de whisky

- bien, la dejé en casa junto a Nina; a propósito, alcance a entrever que a mi hermana pequeña le gusta el bravucón de tu hermano; no sé qué le ve, en fin; eso no importa. A mi madre la convencí de que todo estaba bien, que no me va a perder, que tan solo quería saber la verdad; ya está en casa, resultó que tu hermanita sabe mucho de lo que dice, solo fue una alza en su presión. – pareció perdido por un momento en sus pensamientos – Sam – dijo con un suspiro – es una cría – Michael era buen oyente, tan solo sonreía

- ¿quieres hablar de Francesco? – el otro hombre se arrellanó en el asiento

- ¿Por qué? ¿No quieres que hable de tu pequeña hermana?

- oh, no, no me importa si es de ella de quien quieres hablar; pero pienso que en el fondo prefieres hablar de Francesco

- mi verdadero padre – dijo suspirando – ¿sabes que el hombre no me cayó mal en absoluto? No puedo culparlo por nada de lo ocurrido; puede que me tome tiempo asimilar el engaño de mi madre; pero – apuró todo el contenido del vaso y volvió a llenarlo del líquido ambarino – el hombre ha conseguido mi admiración; al parecer el peligro solo estaba en ese par de locas encargadas del secuestro

- según lo que hablé con Francesco, realmente Fanny no comparte ningún parentesco real con él; pero conocedora de parte de la situación, pensó en que con su ayuda, podría vengarse de ti.

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