CAPÍTULO 40

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CAPITULO CUARENTA

En la casa todo estaba tranquilo, ya todos se habían reunido, a excepción de Francesco quien le dijo a Nicolás que le alcanzaría al día siguiente de que aquel regresara en compañía de Sam.

Después de los saludos, Sam fue a la cabaña de Nina, quería ver a Maximiliano y cerciorarse de que todo estuviera en orden; el muchacho permanecía recostado, siguiendo las indicaciones de Diana, poco movimiento para permitir que las heridas se curaran en el menor tiempo posible; por esta causa, solo salía por algunos cortos espacios de tiempo a dar paseos con Nina y a estirar las piernas.

- ¡hey Max! Cambiaste de domicilio ¿eh?

- ¡hola Sami! ¡Qué bueno verte! Te estabas tardando en la ciudad con tu novio ¿Qué tanto hacíais allí?

- no mucho, solo estaba cambiando mi estado; ya no soy novia de Nicolás

- ¡¿de qué hablas?! ¿Le dejaste?

- oh no, eso sí que no, jamás; solo que ahora somos esposos – y le enseñó la mano donde llevaba la alianza

- ¿te casaste sin nosotros? – esa parte no le había gustado mucho

- lo más importante para celebrar una boda – le dijo ella sonriendo – es que los novios estén presentes Max ¿Qué me dices tú? ¿Te casaste estando tus hermanos presentes?

- ¿Cómo sabes que...? ¿Quién te lo dijo?

- el juez Jeremy, no le pediste que te guardara el secreto

- bien, es cierto; tienes razón ¿lo saben los demás? ¿Ya les dijiste que te casaste?

- aun no, eres el primero; les diré a los otros en la comida, ya casi la sirven; pero dime ¿Cómo te has sentido?

- bien, realmente no me gusta estar aquí, pero Diana insiste en que tenga algo de reposo, sin embargo puedo salir a caminar y hago algo de ejercicio con el otro brazo – hizo una pausa y luego extendió la mano hacia ella – ven, te felicito por tu boda con Nicolás y también gracias por enviar al tipo que me hirió, directo al infierno

- gracias, y por lo del hombre aquel, cualquiera hubiera hecho lo mismo

- pero lo hiciste tú, gracias Sami – le besó la frente y luego de un momento la liberó – suerte diciéndole a Diego que te casaste – ella sonrió nerviosa, ese era su único temor, salió de la cabaña sin agregar nada

Más tarde ya todos estaban reunidos en el comedor; Nicolás presidía la mesa y a su derecha estaba Samantha extrañamente silenciosa, los demás charlaban de cualquier cosa mientras comían; pero en un momento Nicolás pidió silencio y Sam se tomó las manos bajo la mesa y se las apretó nerviosa

- chicos, tal vez a alguno de vosotros no le guste como hice las cosas esta vez; pero no vi otra manera de hacerlas; el día de ayer en horas de la mañana, vuestra hermana y yo nos casamos en Grand Rapids ante el juez Jeremy; sé que hubierais querido estar presentes pero espero reivindicarme en la ceremonia religiosa – se hizo un corto silencio, pero cuando Michael fue a decir algo, Diego se puso de pie con violencia

- ¡te veo afuera Andreotti! ¡Solo! ¡Nadie nos siga!

- ¡Diego...! – gritó Sam empezando a enfurecerse

- tranquila cariño, hablaré con él – Nicolás sabía que no era precisamente a hablar a lo que le esperaba Diego, ella esperó que él saliera y se volvió a sus hermanos

- ¿no vais a hacer nada?

- en lo personal, quisiera ayudar a Diego, también yo quería estar contigo en tu boda – dijo Andrés parco

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