Capítulo 6: Detrás de esa puerta se encuentra él.

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La risa de las enfermeras que iban en el elevador junto con Alanna llenaba de ruido  el lugar

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La risa de las enfermeras que iban en el elevador junto con Alanna llenaba de ruido el lugar. Podía ver como ellas reían entre sí, y después le echaban una mirada con una expresión extraña pintada en ellas. Alanna permanecía parada en una de las esquinas en silencio, con los ojos llorosos y el rostro tenso.

-¿Te encuentras bien?.- Pregunto la rubia enfermera después de un momento. Alanna quiso que se abriera un hoyo y la tragará. Las chicas habían dejado de hablar para ahora observarla con atención.

-Si te sientes mal podemos ayudarte.- Dijo la otra, regalándole una pequeña sonrisa amable. Alanna de inmediato negó con la cabeza.

-No, no...gracias. Estoy bien.- Respondió en un susurro. Cuando el elevador se detuvo en el piso nueve de inmediato salió la chica. Las enfermeras que hace un momento le habían preguntado si estaba bien se quedaron adentro, mirando con confusión.

Cuando las puertas del ascensor se cerraron Alanna pudo respirar con tranquilidad. Miró a su alrededor y se dio cuenta que esta parte del hospital estaba casi desierta (algo inusual). Habían dos pasillos donde podía ir; uno a la derecha y otro a la izquierda. Con confusión camino por el pasillo derecho y algunas habitaciones con números enormes pintados de negro indicaban el cuarto. El número doce no se encontraba por ese pasillo, así que Alanna regreso hacia el principio y dobló ahora por el camino izquierdo.

La puerta número doce estaba hasta el final, cerrada. Los guardias que Henry le había platicado a la muchacha no se encontraban, por lo que con confusión comenzó a caminar a pasos lentos. El regocijo en el estómago comenzó a aparecer, y sus manos comenzaron a sudar.

Owen está ahí. Detrás de esa puerta se encuentra él.

Eran los pensamientos que le daban vueltas una y otra vez en su mente. Cuando llegó a la puerta doce se detuvo. Pudo escuchar los ligeros murmullos que habían detrás de esta. Quiso golpear la puerta y entrar, pero su mano se quedó estática antes siquiera de llegar a tocarla. No podía, no podía entrar a esa habitación y verlo ahí.

Es demasiado, no puedo hacerlo.

Sin pensarlo dio tres pasos hacía atrás mientras miraba con horror la puerta, como si de detrás de esta se encontrara el mismísimo infierno.

-¿Alanna?.- La voz de Henry a sus espaldas la sobresaltó. Giró sobre sus propios talones y lo miro. Traía en la mano dos vasos de café. Supuso que uno era para él y el otro era para Charlotte.

-Yo..pensé que estas adentro.- Fue lo único que respondió. Henry asintió.

-Lo estaba, pero Charlotte necesitaba algo caliente así que salí a comprar café para nosotros.- Respondió. Alanna solo se quedo en silencio.- ¿Qué haces aquí afuera, Alanna?. ¿Por qué no entras?.- Por fin preguntó.

-No sé si pueda entrar y verlo ahí.- Confesó. Con nerviosismo bajo la mirada y comenzó a retorcerse las manos, en un tic nervioso que siempre tenía cuando estaba en situaciones así.- Es estúpido, ¿verdad?.

[Al final]   Back To The Start.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora