Capítulo 4: Respirar.

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-El vuelo sale en cinco minutos.- La voz de Mike sonó con inseguridad mientras se sentaba al lado de Alanna y se quedaba en silencio. Katrina fue la única que asintió, dándole una ligera sonrisa.

-Gracias Mike.- Susurro después de unos minutos Alanna. Se había mantenido en silencio en todo momento. Después que Kat y Mike les dijeran acerca de la noticia con respecto a Owen la chica había perdido el conocimiento por diez minutos.

Alanna no sabía con exactitud como habían hecho Mike junto con William para conseguir los boletos de avión tan pronto, pero prácticamente estaban haciendo las maletas una horas después de la noticia para volar hacía Oregon.

Katrina estaba pendiente de todo movimiento. Sus ojos seguían cada uno de los movimientos de su joven prima, que había permanecido en silencio y con una mirada ausente desde que había recuperado el conocimiento. No dijo mucho Alanna, solo comenzó a hacer las maletas y preguntar si su mamá sabía de la noticia.

-Alanna sé que esto es difícil...ni siquiera puedo imaginar que es lo que estás sintiendo en estos momentos.- Katrina confesó en un susurro. Alanna solo fue capaz de asentir.- Sabes que tienes todo mi apoyo, pase lo que pase.- Aseguro la chica con una sonrisa confortante.

-Él no puede estar vivo.- Respondió en un débil susurro. Katrina la miró con atención.- Todo debe de tratarse de una estúpida confusión. Owen murió hace años, y no hay manera de que ahora aparezca.

-Alanna...

-No, yo no voy a caer. Todo debe ser juego de ese detective que contrató Charlotte, él que solo busca dinero.- Interrumpió bruscamente la chica. Mike intentó intervenir, pero de inmediato Katrina le hizo una seña para que guardara silencio.

-No sabemos lo que encontraremos en Oregon.- Murmuró con cuidado.- Como tu misma dijiste, estas cosas no pasan... pero, ¿y si es real todo esto?.- Alanna apartó la mirada y sollozo. Los temblores en todo su cuerpo se intensificaron, y aunque intentó consolarla fue detenida por Mike, que con una mirada le pidió que le diera tiempo a la chica.

Nadie podía ponerse en el lugar de Alanna, era difícil siquiera imaginar lo que pasaba por su mente en esos momentos.

El anuncio de que los pasajeros podían ya comenzar a pasar a sus respectivos vuelos interrumpió el silencio que se había formado entre ellos. Con un suspiro Katrina abrazo y beso a Mike, despidiéndose. Acompañaría a Alanna hasta Oregón, pero desgraciadamente Mike no podía acompañarlos ya que él se haría cargo del despacho en la ausencia de William. Era el segundo al mando, y tenía que responsabilizarse ahora que no estuviera su amigo. Alanna lo necesitaba con ella.

Alanna se levantó de su asiento, dejando a la joven pareja de esposos despedirse en privado. Miro hacía la dirección donde se encontraba William. Él se había mantenido apartado desde la noticia. No decía nada, ni tampoco mostró sentimiento alguno de lo que estaba sintiendo. Desde que habían llegado al aeropuerto se mantuvo de pie, recargado en una pared cercana de donde se encontraban los demás, con una expresión tensa en el rostro.

-Hey.- Saludo Alanna con una débil sonrisa. William enfoco su mirada en la chica cuando estuvo a su lado. Su cuerpo se tenso al sentir la mano de Alanna sobre su hombro. De inmediato Alanna quiso retirar su mano al ver cómo le afectaba su toque.- William yo...

-No digas nada.- Interrumpió. Alanna se quedó en silencio, mirándole. Sus ojos azules chispearon llenos de furia incontrolada. Su cabello estaba despeinado, algo inusual en él. Las ojeras le indicaron a la chica que él tampoco pudo dormir nada después de la visita de Katrina y Mike. Parecía tan cansado.- Necesito pensar, Alanna. Por favor, solo....no me digas nada por ahora.

-¿Estás molesto?.

-No, no lo estoy. Estoy confundido, y no sé qué sentir respecto a esto. No quiero hacer o decir algo que pueda llegar a lastimarte, por lo que es mejor que te mantengas un poco...apartada.- Murmuró. Quería tiempo para procesar todo, y eso es justo lo que la chica necesitaba también. Tiempo para pensar y saber hacía donde iba a marchar su vida. Alanna asintió y quito la mano de su hombro con cuidado. William cerró los ojos con fuerza y apoyo su cabeza en el frío mármol en el que descansaba cuando sintió el abandono de la cálida mano de su esposa. Quiso retenerla, quiso solo abrazarla y huir de ese lugar, pero no era correcto. Nada de los pensamientos que tenía en su mente en ese momento eran los adecuados.

-Bien, es hora de abordar.- Anunció Katrina.

Alanna estaba apunto de seguir a Kat cuando la fuerte palma de William la detuvo del antebrazo. Con confusión Alanna se giró y lo miro. Su rostro estaba a pocos centímetros del de ella, lleno de dolor.

-Los muertos no vuelven a la vida, Alanna. No en la vida real. No sé de qué va esto, ni tampoco sé qué nos espera en Oregon, pero siempre estaré ahí, a tu lado. No lo olvides.- Su hostilidad al hablar la sorprendió. Sin esperar siquiera a que le contestara emprendió camino, dejando atrás a la chica.

Sus palabras, lejos de sonar reconfortantes la dejaron con un sabor agridulce en la boca. Alanna tampoco sabía que le esperaba en Oregon, y ni siquiera tenía idea si sería capaz de enfrentarse a algo así. No pudo evitar el estremecimiento que la embargó a cada paso que daba, dejando cada vez más a Nueva York detrás de ella.

*

*

*

La cubierta vegetal de Oregon fue lo primero que hizo sentir a Alanna en casa. Mientras iban en el taxi hacía el hospital donde por fin sabría de qué iba todo esto, miraba por la ventanilla con una expresión ausente. Oregon era hermoso, y siempre logro hacerla sentir una tranquilidad inmensa. Distintos recuerdos de su niñez la embargaron al ver algunos locales conocidos que prácticamente la vieron crecer.

-Llegamos.- Anunció el conductor al estacionar afuera del hospital. De inmediato William pago y agarrando su maleta abrió la puerta para salir. Antes siquiera de que William intentara abrir la puerta de Alanna ella ya estaba afuera, mirando el lugar con una expresión tensa en el rostro.

-¿Qué pasa?.- Preguntó William. Alanna vio como el taxista la miraba con curiosidad, para después encogerse de hombros y arrancar el vehículo. Cuando quedaron a solas, a tan solo unos cuantos pasos de donde sabría de qué trataba todo esto, Alanna comenzó a temblar de pies a cabeza.

-William...tengo miedo.- Confesó. El semblante del abogado se suavizó, y por primera vez desde hace diez horas se acercó a su esposa y la tomó entre sus brazos. Alanna de inmediato se refugió entre sus brazos, sintiéndose segura.

-Todo va a estar bien.- Aseguró el hombre después de un momento. Recargo la barbilla en la cabeza de la chica, quedándose así por minutos.- Te amo.

-Yo también te amo.- Susurro Alanna. William dejo un pequeño beso en la frente de la chica y se separó. Tomando su mano entre las de él, entrelazo sus dedos y caminaron hacia el interior del hospital.

Alanna se sintió segura y se permitió respirar. Tenía a William de su lado, y siempre estaría ahí para ella y sostenerla si caía. 

[Al final]   Back To The Start.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora