Habían pasado dos semanas desde que Owen había recuperado el conocimiento. Aún se mantenía hospitalizado ya que continuaban revisando de que todo en él fuera en correcto funcionamiento. Constantemente hacían chequeos de sus lesiones, y se mantenían en alerta por cualquier signo anormal que presentara. Alanna pocas veces lo había dejado solo desde que despertó. Se mantenía siempre con Owen en la habitación del hospital sosteniéndolo, cuando él parecía estar apunto de tener un colapso mental.
Siempre lo observaba en silencio mientras él estaba distraído. Su comportamiento era extraño. A veces lo sorprendía mirando hacia la nada por horas, totalmente estático. Otras veces se veía inquieto, mirando constantemente a la ventana o la puerta, esperando como si alguien fuera a entrar y atacar.
-Él está mal.- Dijo Katrina. Ambas chicas habían salido a comprar un café a la cafetería que estaba justo al lado del hospital. Después de tantos días sin tener una conversación normal, Alanna se sintió con la necesidad de alejarse de los doctores, enfermeras y el olor a desinfectante del lugar. Era agradable encontrarse en un lugar que podría describirse como "común".
-¿A qué te refieres?.- Preguntó Alanna dándole un sorbo al café.
-Habló de su salud mental. Es totalmente comprensible. Él pasó por tanto ahí, con esos hombres...¿nunca ha entrado en detalles sobre lo ocurrido en los seis años de cautiverio?. Por las múltiples heridas con las que llegó y las cicatrices que tiene por todos lados es evidente que fue torturado.
-No he querido inquietarlo con eso.- Hizo una pausa, recordando cuando uno de los agentes de FBI había ido para preguntar más detalles de esos hombres. Owen se había inquietado, y aunque intento mantener el control al final terminó perdiéndolo, haciendo así que el agente se retirara.
-Lo sé, pero en algún punto él tiene que hablarlo. No es bueno para Owen quedarse con todo, sin decir nada más que detalles superficiales. Necesitará ayuda psicológica, como tú también.
Alanna no lo discutió. Owen necesitaba ayuda, al igual que ella.
*
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Más tarde cuando Alanna y Katrina se dirigían de nuevo al hospital, Alanna vio como William estacionaba el mercedes en el lugar designado del hospital y se bajaba de el. Sus miradas de inmediato se encontraron. William camino hacía ambas chicas.
-Yo me iré, te veo después.- Anunció Katrina. Alanna asintió. Kat saludo a William y paso de ellos, adentrándose al hospital.
William miró en silencio a su esposa por varios minutos. Sus grandes ojos siempre expresivos ahora brillaban, pero no de felicidad. Un pequeño destello de dolor los opacaba. Sus mejillas no tenían su rubor común, ahora se mantenían pálidos, como el resto de su piel. Toda ella era diferente ahora.
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[Al final] Back To The Start.
RomanceLa vida suele ser dura en algunas ocasiones. Aunque las desgracias del pasado nos lastiman, también esas mismas situaciones son las que nos hacen más fuerte. Alanna Foster sintió lo que era vivir el más grande dolor que se puede experimentar al per...