Capítulo X - Se me va Salomé y Mariana se vuelve un maldito quiste. (I)

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El semblante de Sofía dejaba ver una tristeza profunda, al parecer, recordar esta parte de su vida, descamaba costras de heridas que creía cerradas.

Esta etapa de mi vida fue difícil, en realidad, todo era confuso. Llegué a pensar que todo ese tiempo con Salomé me había hecho cambiar, todo era maravilloso entre nosotras, yo no necesitaba más que eso, estar con ella, pero, ella seguía con el chip en la cabeza de que yo necesitaba ser libre y me lanzaba de lleno a los brazos de Mariana. Fui cobarde para confesarle que yo quería mantenerme como lo habíamos venido haciendo durante un año, pero, ella veía algo que yo no, porque Salomé es así, tiene un don para entender el comportamiento humano, que me aterra. Salomé me aterra...

Luego de ese encuentro sexual con Mariana, se autoproclamó "mi novia". No presté atención pues, para mí, era solo un capricho, en cualquier momento ella se cansaría, y se alejaría. No soy la clase de persona que entiende del todo cómo llevas un noviazgo, y no, Salomé no cuenta, porque las cosas con ella siempre han sido lo que son, fluidas, perfectas.

Pasarían al menos tres meses, si mal no recuerdo. Fui a la oficina de Salomé para conversar respecto a unos asuntos de trabajo, la extrañaba, pero, desde que Mariana se instaló, ella se mantuvo bastante al margen de mi vida.

Si cerramos estos tratos antes de fin de mes, podemos comenzar a pensar en una nueva franquicia para finales de año. —Me decía Salomé, mientras redactaba un correo electrónico en su laptop.

Su mirada era nostálgica, no hacía mucho contacto visual conmigo, y solo hablaba de trabajo.

Salomé... —Me atreví a interrumpirla.
Dime, Sofía. —Respondió sin verme. Juro por mi madre que esa mierda dolía.
¿Podemos hablar?
¿Sobre?

Suspiré, mi garganta se anudó y me cortó la respiración, no sabía qué decir, a pesar de sentir tanto.

¿Almuerzas conmigo? —La vieja confiable.
¿Mariana? Ese tono inquisidor en su voz me partía en dos.

Me levanté ofuscada, hace meses que no podía hacer nada con Salomé, ella me tenía bloqueada, esto jamás pasó antes, me sentía ahogada, desesperada.

¿Por qué has tomado esta actitud desde que ella está? —Alcé un poco la voz, esto no le agradó. Se puso de pie y se acercó a mí llena de ira.
Primero, me bajas el tonito. Segundo, tienes novia, es algo que ambas debemos respetar.
Tú eres mi novia. —Le dije, con los ojos llenos de lágrimas.
Estamos claras en eso, pero, estás con ella. Se dio la vuelta y algo dentro de mí se descontroló.

La abracé desde la espalda, le respiré en la nuca, pude sentir que suspiraba, y cuando le di la vuelta para tenerla frente a mí, ella lloraba.

Salomé...
Mi amor, no digas nada —Dijo, acariciando tiernamente mi mejilla. —Yo no me iré a ninguna parte, no entiendo por qué reaccionas así. Yo no puedo decirte qué sucede con ella, pero, es evidente que hay algo que tienes que resolver ahí, pues, la dejaste entrar en tu vida. Llegará el día en que las cosas estarán más claras para ti, y podrás tomar mejores decisiones.
Antes no eras así, es eso lo que no entiendo.
¿Todavía no lo ves? —Sonrió, mientras negaba con la cabeza. —No es Mariana, eres tú. Lo diferente en este momento, eres tú. Estás tocando áreas que jamás tocaste. Esa es la gran diferencia. Por mí, ella puede comer mierda, pero, a quien veo es a ti. Por eso me mantengo al margen, esto no es solo sexo, como siempre lo ha sido. Me molesta un poco tener que decirlo, cuando eres tú quien debe aprender a discernir entre tus sentimientos y tus acciones.

Me quedé petrificada, eso no me lo esperaba.

Esto que haces ahorita, es lo que me impulsa a estar lejos, siento que hay mucho que aún no has aprendido, mucho que no has explorado. Mira... ella entró, de la forma que sea, pero, lo hizo.
Pero...
No, cielo, yo no voy a interponerme, jamás. Insisto, no me gusta, pero, "mami Salomé" no puede resolver esto por ti. No iré a ninguna parte, puedes estar tranquila.

Por tu amor [+18 explícito]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora