Capítulo V - Nace un imperio (Tercera parte)

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Me... hiciste... mojar... —María Fernanda sonreía débilmente.
¿En serio? —Sofía soltó una carcajada y se acercó a ella para besar su frente. —Con más razón tienes que pelear, salir de esta cama y volver conmigo a casa. —Los ojos de Sofía se humedecieron. —Nos resta mucho por vivir, no puedes dejarme así.

María Fernanda se abrazó a ella, Sofía la sentía menuda en sus brazos.

Sigue. —María Fernanda suspiró buscando aire. —Está... bueno...
No te gusta, pero, te entretiene. —Sofía se acurrucó a su lado, y la sujetó entre sus brazos mientras reía. La risa de Sofía tenía cierta pizca de tristeza...

La "relación" con Thais era algo agradable, libre. Ella de vez en cuando iba a mi apartamento y nos quedábamos juntas una noche, sin preguntas, sin peticiones especiales... la química laboral se intensificaba y las cosas estaban fluyendo maravillosamente.

Varios meses después, la empresa había logrado posicionarse adecuadamente en el mercado, ya hablábamos de excedentes, y Thais se quería volver loca. No podía permitirlo, además de esto, tenía una idea en mente que podría hacer que las cosas pintaran mucho mejor aún.

Un buen día, le pedí a Thais reunirnos en privado. Ella pensó que era una de esas "reuniones" de las cuales salía con los labios hinchados y la camisa desfajada, pero no, era una reunión de verdad.

Ella preparó todo en la sala de juntas para hacerlo más ameno, pidió café, jugo y algunos pasapalos. Me pareció exagerado, pues solo éramos nosotras.

Bien, cuéntame, ¿qué es tan importante como para que tengamos que reunirnos?
Bueno, he estado viendo los indicadores económicos y todo marcha de acuerdo a lo planeado, así que he estado pensando en hacerte una propuesta. —Mientras le decía esto, diluía un poco de azúcar en el café que acababa de servirme.
Soy toda oídos...
Quiero invertir en tu compañía. —Dije, sentándome cerca de ella.

Los ojos de Thais se entornaron, y se ahogó con el trozo de enrollado de jamón que estaba engullendo en ese momento.

¿Invertir? —Preguntó, para luego beber una ingente cantidad de jugo de naranja.
Sí. Te estoy ofreciendo formar sociedad. Le inyecto capital a tu compañía y ampliamos el alcance de los proyectos, eso se traduce en más ganancias, lo cual implica mejores cosas.
¿De cuánto estamos hablando?
Doblar tu capital. No sería nada para mí.

Thais se quedó pensando, eso era demasiado dinero...

Eso fulminaría al resto de accionistas. Decía, rascando un poco su mentón, mientras miraba hacia un lado.
¿Cuántos son? —Pregunté con firmeza.
Tres, yo soy mayoritaria, tengo el cuarenta y ocho por ciento, ellos comparten el cincuenta y dos por ciento restante en una proporción de dieciséis, veintiséis y diez por ciento.
Que se fusionen, y no quedarían tan relegados. —Di un sorbo ligero a mi café.
Hasta yo quedaría comprometida. —Thais dudó.
¿Te parece?, entonces no confías en mí. —Suspiré. —Es comprensible. De cualquier forma, es una propuesta. Tu empresa tiene potencial para muchas cosas y quería incorporar una idea de negocio que nos catapultaría hasta lo más alto, pero, bien. Aférrate a tu magnánimo cuarenta y ocho por ciento, que yo invertiré en otra compañía. —Sentí cierta frustración, Thais estaba siendo demasiado mentecata.
¿Me dejas? —Thais se mostró sorprendida.
Momentáneamente no, pero, no puedo quedarme toda la vida como una asalariada, sobre todo cuando no lo necesito. Tampoco puedo dedicarme a despilfarrar mi dinero, simplemente quiero salvaguardar mi patrimonio haciendo algo productivo, ¿vivir de intereses? Nada mal para alguien como yo.
¿Alguien como tú?
Libre. Cuando esto se empiece a manejar solo, no sabrás qué hacer con el tiempo que te sobre. Sonreí.
Y... ¿qué idea es esa? —Thais se sintió tentada a preguntar.
Buen intento. Me levanté para servirme más café. —De cualquier forma, la razón por la cual me contrataste, perdió sentido. Mi trabajo aquí terminó. Esa era una de las razones por las cuales te ofrecía la inversión. Me gusta trabajar contigo. —Me acerqué y le susurré al oído. —Me gusta estar contigo.

Por tu amor [+18 explícito]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora