Capítulo #7| Ana

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Intento no lloriquear como una mujer despechada o algo parecido, pero mientras mi hijo me hace unos gestos exasperantes yo caigo en un mar de lagrimas en la escena final en la que Lady Gaga canta en A star is born.

-¿mamá?

-¿si bebé?- me sueno la nariz con un trozo de papel higiénico y lo tiro en la montaña de papel que hay sobre el sofá.

-¿no tenías que ir al trabajo?

-decidí iniciar mis labores mañana y tú abuelo creyó que un día más me vendría bien- replique, nariciando.

-¿de verdad?

-no me culpes por querer cuidar de mi hijo.

Rueda los ojos y se cruza de brazos.

-bien, porque llamé a Christian esta mañana y llegará dentro de dos horas.-culmina con una sonrisa diabolica pintada en la cara.

Estaba a punto de darme una crisis de ansiedad. Me quede boquiabierta en mi sitio mientras los creditos avanzaban.

-¿hay un problema?

Eso pasa por tener un hijo que debería estar cruzando por una niñez repleta de juguetes, rabietas y dulces, pero este es la etapa a lo que yo llamó madurez prematura. Donde tu hijo te hace sentir que el niño aquí es su madre.

-no, tienes una madre guay. No habrá problemas y para que veas, me tomare la delicadeza de hacer el almuerzo.-dije con superioridad. Pero lo que más deseo ahora es gritar.

Salte del sofá para buscar el basurero de la cocina y hacer desaparecer todo rastro de mis desagradables hábitos. Luego corrí a mi alcoba y en un traspié entre a la bañera. No me tomé tanto tiempo y con ciertas habilidades diestras logre usar la secadora en mi cabello mientras me pasaba por los brazos un vestido gris de cuello de tortuga que me llegaba hasta las rodillas.

Había pasado una hora para ese momento y solo tenía otra hora para pensar que debería elaborar en mi nueva cocina casi vacía porque no he tenido tiempo de ir al supermercado.

Incluso hay cajas que no han sido vaciadas obstaculizando la sala. Esto será un desastre, lo veo venir. Que vergüenza. Alguien como él, rico y acostumbrado a la comodidad, no se sentirá a gusto.

¡Eh!...no se sentirá a gusto. Solo así Wyatt entenderá que él no puede relacionarse con nosotros. No soy estupida y se lo que trama. Es el tipo de hombre al que rechazan y luego se acerca al hijo para acostarse con la madre. He visto muchos de esos rondando mi vida.

Y voy hacer de este día tan miserable que no tendrá más opción que irse.

Embozo una risa macabra y esta desaparece a la velocidad de la luz en el momento en que oigo el timbre del ascensor.

Dios, ha pasado demasiado rapido. Tranquila Ana.

Me aclaro la gargante, me despojo del mantel y dejando el tazon de pasta en la isla. Echo andar al elevador y Wyatt llega antes que yo. Christian aparece del otro lado enfundado en un traje azul oscuro y con una botella de vino en la mano derecha.

-pasa Christian. Mi casa es tu casa- dice mi hijo en un acento casi hispano.

-gracias- se acerca y me entrega el vino.- es un placer estar aquí.

Me acerco un poco a él- si haces algo indebido o te pasas de la raya...sabrás que muerdo.- mascullo por lo bajo.

-a menos que quieras, yo también muerdo.- sonríe- ya nos estamos entendiendo tu madre y yo, Wyatt- refiere girando hacia él.

Dios, dame paciencia, que como me des fuerzas, lo mato.

Se que es corto. No me maten. 😂 y también se que la semana pasada no actualice así que el proximo fin de semana habrá una maratón. Este fin no puedo porque debo estudiar. La vida universitaria si que es dura. Espero que les guste la noticia y que me tengan paciencia.

Pd. Los proximos capítulos serán un poco más larguitos.

Ofrecida por Ti (CEO #2)©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora