Ofrecida por Ti (CEO #2)©

Capítulo #30 |Entre un Millón (+18)

ANA

Un beso largo y tendido. Perdí la noción del tiempo, pero volví de un mundo de fantasía cuando sentí que se apartó de mi.

Aún mantenía los ojos cerrados y me deleitaba con la frescura de su loción.

-no puedo dejarte ir. No quiero y si Hyde desea guerra, es lo que tendrá.-musita cerca de mí.

Abro los ojos y lo primero que puedo observar es una estela de fiereza en su mirada.

No le doy crédito a lo que escucho.

-tú y Wyatt son mi familia.-la intensidad y la seriedad con que dice esas palabras hacen meollo en mi.

-me han decepcionado tantas veces, que no quisiera creerte, pero lo hago- de su rostro brota una sonrisa. - así que ni se te ocurra herir a mi hijo porque te mató.

Alza las manos en defensa propia.

-tranquila diablita, haré mi mejor esfuerzo.

-bueno... - cojo un trozo de pan tostado y corto dos trozos pequeños en forma de triangulo y el pan se convierte en una corona deliciosa que pongo en su cabeza.- oficialmente te corono como el padre de Wyatt, si deseas tomar el puesto, por supuesto.

Christian toca el trozo en su cabeza riendo.

-claro que acepto- tira de mi y me besa rápidamente.

-es una gran responsabilidad.

-aja- musita y destroza la tostada en su boca.

-criar a un hijo no es fácil.

-estamos de acuerdo- sigue embelesado con la idea de ser padre con la mirada perdida.

-Wyatt es un niño especial que requiere cuidados extra especiales.

-lo se- sigue en la Luna.

Tierra llamando a Christian.

-es muy importante que sepas que mi hijo no es un juguete y que tu no puedes jugar al papa y dejar todo cuando se te plazca- insisto y esta vez obtengo su atención.

Hace un ademán.

-tengo claro eso, solo falta que aceptes casarte conmigo.-cambia el tema de repente y lanza una granada en mi cara.

-ni en tus sueños.

Lanza una carcajada al aire.

-me fascinas. Algún día lograré que seas mía oficialmente.

-ni siquiera soy tuya en promesa, no seré tuya en papel. - le desafio.

Me escudriña con la mirada.

-¿intentas enloquecerme?

-pensé que ya lo estabas. -bufe.

-deberia castigar te por eso.

Niego con la cabeza y sonrió con malicia.

-puedo ofrecerte otra parte de mi, pero si me castigas lamentablemente jamás sabrás cómo se siente mi apretado coño alrededor de tu polla.

Jamás había hablado de esa forma con tan poco pudor.

-¡Anastasia!-vocifera, parece más avergonzado él que yo misma y velozmente se cubre en medio de su pantalón con un cojín.

Le mire expectante, sorprendida y busque lo que estaba tratando de ocultar. En ese momento fui yo quien se ruborizo de la vergüenza al palpar la dureza de su miembro debajo de la tela fina del pantalón.