flashback
Ryan se puso su máscara para cubrir su rostro al igual que yo. Tenía dos agujeros para los ojos, y para la boca, no podía respirar bien, pero algo de oxígeno entraba. Aún me sentía inseguro de hacer esto, pero no podía echarme para atrás ahora. Mi amigo golpeó la puerta de la casa y esperamos a que abrieran la puerta. Una mujer de unos cuarenta años apareció detrás de ella, y se asustó al vernos con el rostro cubierto. Frunció el ceño y nos miró confundida, con desconfianza y a la vez asustada. Ryan sacó de su bolsillo el arma y la mujer abrió los ojos como platos.
—¿Q-qué... quieren?—preguntó tartamudeando. Antes de que cerrara la puerta, ya estábamos dentro de la casa. La mujer gritaba por ayuda, lo que obligo a Ryan que le amenazara con el arma para que no hiciera más escándalo. Me quedé con la señora mientras él revisaba todo el lugar, buscando el dinero. Dos niñas salieron de su habitación, asustadas al escuchar los gritos de su madre y de vernos a nosotros. Empezaron a llorar, lo que hizo que mi amigo se pusiera más nervioso.
—No lloren—les dijo Ryan, empujándolas para que se metieran de nuevo en su habitación—Cállense, joder.
—¡No!—gritó la más pequeña de ellas—¡Mami!
Al ver que no se callarían, las arrojó junto con su madre, delante de mi. No tardaron en quedar abrazadas las tres mientras lloraban.
—¡¿Dónde mierda está el dinero?—les gritó Ryan.
—N-no tenemos nada.—Sollozó la mujer.
—¡No mientas! No tengo tiempo para esto, dime donde carajos tienes escondido el dinero si no quieres que las mate a las tres.—Amenazó con el arma. Ellas temblaban y no dejaban de llorar, estaban demasiado asustadas. Realmente me sorprendió ver a mi mejor amigo de esa manera, no le culpo, estaba muy nervioso, si no tenía el dinero para mañana, estaría tres metros bajo tierra.
Nosotros sabíamos que tenían plata, porque antes de venir investigamos esta familia. Eran ricos. Finalmente ella le dijo donde se encontraba el dinero, y rápidamente le ayude a tomarlo todo, para luego salir corriendo por la calle. Luego de correr una cuadra, me quité la máscara, ya que no podía respirar bien, y al parecer a Ryan le sucedía lo mismo porque se la quitó al igual que yo. Oí el sonido de la policía, lo que me hizo poner aún más nervioso.
—Justin, métete en algún auto.—Me indicó y yo fruncí el ceño.
—¿Estás loco?
—¡Joder, hazlo! ¡Ese está parado, ve!—me gritó, ya que yo iba más adelante que él. Ryan era lento. Suspiré y corrí más rápido, acercándome al auto aunque no me fascinaba la idea. Si no lo hacía, la policía podría alcanzarnos. Por suerte el semáforo estaba en rojo o no hubiera llegado.
—Bájese del auto.—Le dije apuntándole al hombre frente a mi. Me miró sin mostrar emociones, serio, firme, sin miedo. Quizá intentaba que le echara hacia atrás y huyera, pero no podía hacer aquello.
—No lo haré. —Me respondió. Sostuve mi arma fuertemente, y mordí mi labio inferior para luego lamerlo y dejarlo salir. Estaba demasiado nervioso.
—Bájese del auto si no quiere tener problemas. —Advertí apretando la mandíbula.
—Eres un niño, no te tengo miedo—escupió—un asqueroso niño que cree que puede intimidarme con un arma.
Joder, me la estaba poniendo difícil. Miré a mi costado y vi que Ryan se estaba acercando, y luego vuelvo la mirada al frente. Y veo a una chica asustada en el asiento del copiloto. Su labio inferior temblaba, me miraba con miedo, sus lágrimas se asomaban por sus ojos, que se encontraban fijamente en los míos.
—Por favor.—Pedí en un susurro ahogado.
En ese instante, Ryan se acercó corriendo hacia mi con la bolsa de dinero en su mano y en la otra la pistola. Abrió la puerta del auto, tomó de la camisa al señor y lo tiró afuera. Se encontraba en el suelo y él no tardó en apuntarle con el arma. No pensó en lo que hizo, no pensó en las consecuencias, nada cruzó por su mente en ese momento. El momento en el que apretó el gatillo. Ryan se metió al auto y seguidamente cerró la puerta, mientras yo entraba en el asiento de atrás. El semáforo ya había dado en verde, y él había acelerado a toda velocidad. La sirena de la patrulla de la policía se escuchaba y estaba más que nervioso. Si nos atrapaban estábamos jodidos. Maldiciendo, Ryan miró a la chica a su lado, y supe que iba a hacer.
—No lo hagas. —Le supliqué. Ella miró hacia atrás, encontrándose con mi mirada. Sus ojos chocolate se conectaron con los míos por unos segundos, suplicantes.
Pero Ryan no me escuchó. Su mano llegó hasta la puerta, tiró de la palanca para abrirla y la empujó. La chica dejó salir un grito de su garganta mientras caía. Miré hacia atrás y la vi tirada en la calle.
—Joder, Ryan. ¿Qué rayos hiciste?—grité enfadado e incrédulo. No podía creer que le había disparado a un hombre, seguramente matado, y luego arrojara a esa chica del auto. Sin mencionar que estuvo a punto de dispararle a la señora con sus hijas.
—¿Qué se suponía que hiciera?—gritó nervioso mientras manejaba a toda velocidad.
Gracias a Dios no habían más autos en la carretera a esta hora, pero temía morir en un accidente automovilístico en estos momentos. Ryan iba demasiado rápido, tanto que los sonidos de la sirena de la policía ya no se escuchaban. Dejé salir un suspiro, dejándome caer en el asiento mientras cerraba los ojos y revolvía mi pelo con las manos.
Esto realmente era una locura.
Fin de Flashback.
Los padres de Ryan lo habían echado de su casa. No les gustaba que volviera a la hora que quisiera, que no tuviera empleo y que ellos tenían que hacer todo el trabajo, servirle... No era capaz ni de cuidar a su propia hermanita cuando no tenía con quién quedarse en su casa, ya que sus padres trabajaban. Pero la gota que colmó el vaso fue cuando su madre un día llegó a su hogar temprano de su trabajo, y se llevó una gran sorpresa; su hijo follando con una chica. Sin importar que le dijera él, lo echó de su casa. Decía que no era bueno que siguiera viviendo allí, que no era un buen ejemplo para Allie, su hermanita de diez aňos.
Y tenía razón, hasta en una ocación encontró colillas de cigarrillos, y sus padres no aprobaban aquellas cosas.
Ryan tenía veintiún aňos, era un adulto, tenía que hacerse cargo de sus cosas. Pero como siempre, metió la pata. Fue a pedirle dinero a una jodida mafia, para poder pagar sus cuentas, la luz, la comida, su departamento, o quedaría en la calle. ¿Y que pasa cuando no les devuelves el dinero a tiempo? Te matan.
Cómo no tenía de donde sacar el dinero, la única opción era robar. Odié ver a esa seňora llorar con sus hijas, temiendo por su vida. Pero era mi amigo, y no podía permitir que lo mataran. Lo hecho ya estaba, y nada podía ser cambiado. El padre de __________ había sido asesinado, y ella no tenía idea de quién era yo.
¿Y ahora qué? ¿Me tenía que alejar de ____________ antes de que las cosas se pusieran peor?