¡Los fantasmas no existen! [KookGi]

Capítulo ocho

Yoongi estaba teniendo una extraña mezcla de sentimientos, era complicado procesar todo, pero algo de lo que sí se encontraba seguro, era de que Hoseok no se iría tan fácilmente, ahora sabía a la perfección que la muerte no lo separaría de su mejor amigo. 

Por otra parte, el temor que le causaba Jungkook después de lo que ocurrió era algo que rara vez había sentido al estar con él, sus manos temblaban bastante mientras ese hombre tan intimidante mantenía la cercanía. Sin hacer demasiado, Yoongi permaneció con el cuerpo inmóvil y viéndose como una frágil hoja apunto de ser destruida, tenía miedo de cometer un error estúpido al resistirse a Jungkook y como resultado obtener consecuencias, ya sabía que era capaz de cualquier cosa. 

Jungkook acarició su entrepierna con una sonrisa lasciva en sus labios y Yoongi se resistió a reaccionar ante la desconocida sensación, trató de ocultar cualquier respuesta ante esos indecentes toques en su parte intima pero su cuerpo era bastante sensible, jamás había sido tocado de esa forma por alguien y no duraría demasiado tiempo resistiéndose. El fantasma antes de continuar, le quitó sus pantuflas del oso Kumamon al menor -no pudo evitar que le resultara cómico-, y despúes procedio a quitarle el pantalón por completo para luego tirar la prenda en cualquier lugar donde no estorbara. 

A Jungkook le entretuvo mucho ver al más bajito lleno de vergüenza, temor, y con el cuerpo inmóvil tal como el de un maniquí, aunque Yoongi después de lo que haría le suplicara mil veces que se detuviera con lo que estaba haciendo, no se detendría hasta terminar. Pero viendo la manera en la que el pequeño reaccionaba, esto era pan comido. 

Las piernas blancas del chico eran un sueño, el mayor suspiró sintiéndose como si estuviera vivo otra vez, y aunque no lo estaba, se sentía reconfortante saber que ese hermoso chico despertaba todos sus sentimientos. Jungkook metió sus manos en el bóxer del muchacho y comenzó a apretar ese delicioso trasero que tanto ansiaba tocar, Yoongi como respuesta, se sobresaltó en su lugar ruborizandose hasta las orejas sin saber cómo reaccionar, el mayor estaba contento de que la espera haya valido la pena, Yoongi tenía que agradecerle plenamente lo amable que habia sido con él, y sí, estaba siendo amable, porque ningún otro fantasma hubiera actuado de tal manera con una persona, otros eran mucho más... crueles. 

— J-jungkook... Ah... — El menor estaba apunto de decir algo pero los suspiros que salían de su boca le impedían terminar la oración, sentía cosquilleos en todo su estómago, y lo detestaba, detestaba que el más alto creara un extraño sentimiento en él. Jungkook se dio cuenta de que Yoongi trataba de reprimir sus gemidos, así que se detuvo con una expresión de molestia y bajó la ropa interior del muchacho como castigo, aquello no había sido de su agrado, ahora Jungkook también le pagaría haciendo algo que no le agradara; continuar avergonzándolo. 

— ¿Quién te dijo que debías contenerte de gemir? ¿Acaso te pedí que lo hagas? — El miembro de Yoongi estaba semierecto mientras la mirada del contrario lo hacía actuar con más nervios y ansiedad, bajó la cabeza demasiado avergonzado como para mirar a Jungkook, quien se dio cuenta del pequeño problema que surgía allí abajo — Vaya... Debemos resolver eso, ¿No lo crees? — Yoongi negó con la cabeza reiteradas veces, a Jungkook le gustaba jugar de esa forma para hacer que el menor actuara indefenso. 

El fantasma apoyó un dedo en la punta del miembro de Yoongi y éste soltó un suave gemido al haber sido tocado en esa zona, el menor observaba como aquel muchacho de manos pálidas tocaba esa área haciendo cosquillear su estómago. Sus mejillas ardían más que una pava hirviendo, apretó los ojos con fuerza y un segundo gemido salió de su boca cuando toda su extensión fue tomada por Jungkook. La mano del mayor comenzó a moverse de arriba hacia abajo sucesivamente y con el transcurso de los minutos la velocidad que utilizaba iba aumentando cada vez más.