Sasuke se quedó mirando a su cocinera como si de repente hubiera empezado a echar fuego por la boca. De pronto se dio cuenta de que no conocía a aquella mujer. Era una enfermera titulada y no una frívola cocinera y, desde luego, no era el tipo de mujer que andaría buscando clientes por la calle.
—Sabía que te sorprenderías — le dijo Sakura al ver la expresión de su rostro y enseguida devolvió su atención a los operarios de la ambulancia —. Gracias por venir tan rápido. ¿Creéis que se pondrá bien?
—Yo creo que si — respondió uno de ellos sonriendo —. Tiene el pulso más firme y está volviendo en sí. Buen trabajo.
—Le has salvado la vida a Kenji — le dijo Takashi cuando se hubo marchado la ambulancia —. Es el mejor amigo que tengo, muchísimas gracias.
—Es mi trabajo — respondió Sakura con dulzura —. Ahora no intente ir a la misma velocidad que la ambulancia.
—No se preocupe — dijo él riendo y se alejó de ellos para ir a acompañar a su amigo.
—Vaya — era Itachi, que por fin había conseguido reaccionar después de haber estado conteniendo la respiración durante tanto tiempo —, eres increíble en las emergencias.
—No me queda otro remedio — en su rostro se dibujó una triste sonrisa. Entonces miró a Sasuke y vio lo furioso que estaba, debía de estar pensando que lo había tomado por tonto —. Sé lo que estás pensando, pero yo no te mentí en ningún momento. Nunca me preguntaste a qué me dedicaba, más bien lo diste por hecho — añadió con sarcasmo.
Él no contestó, sólo se quedó mirándola en silencio, pero en sus ojos se podía ver la poca simpatía que sentía por ella en aquel momento.
—Me voy al hospital a ver qué tal está Kenji — dijo Sasuke por fin.
—Voy contigo — anunció Itachi —. ¿Sakura?
—Sí, yo también voy. Me gustaría conocer al médico con el que hablé por teléfono.
...
El médico resultó ser un viejo amigo de los Uchiha que además conocía un episodio oscuro de la vida de Sasuke.
—¿Te acuerdas como quedó aquel abogado después de la pelea que Sasuke tuvo con él? — Le preguntó a Itachi en tono provocador una vez que los informó de que Kenji estaba recuperándose sin problemas.
—¡Cómo no me voy a acordar! — Le siguió la broma Itachi —. En realidad, lo único que Sasuke quería al lanzarlo por aquella ventana era facilitarle el camino hasta su coche.
—Ese tipo había intentado violar a Akane, la mujer de mi hermano Kagami — explicó Sasuke sin mirar a Sakura a los ojos.
—El caso es que me pasé más de una hora sacándole cristales del trasero — completó el médico en tono jocoso —. Después de aquello, Sasuke no ha podido volver a entrar en aquel bar.
—Pero tampoco me he vuelto a emborrachar — se justificó mientras que su hermano y el médico se dirigían a ver al paciente.
Sasuke dio un paso hacia Sakura con cara de disgusto; no le hacía ninguna gracia que lo hubieran descrito como un camorrista, y eso no hacía más que empeorar el estado de ánimo que le había dejado enterarse de quién era ella realmente.
